El increíble contubernio que une a Mauricio Macri con el extorsionador Marcelo D’Alessio

Corría el año 1923 y el entonces ex presidente Hipólito Yrigoyen, quien había apoyado públicamente la candidatura del actual presidente Marcelo Torcuato de Alvear, comenzó a recibir en el austero escritorio de su casa información privilegiada sobre los acuerdos que los antipersonalistas, como se llamaban los seguidores de Alvear, estaban celebrando a sus espaldas en el Congreso.

Socialistas, conservadores, demócratas - progresistas, nada quedaba afuera de las redes del presidente. La vieja ideología nacionalista y concienzuda de Yrigoyen había muerto con él. Fue entonces que notó con mezcla de furia y vergüenza que, “allá dentro, todos están con todos; es un contubernio”.

Así como en el mundo civilizado la historia es cíclica, se repite, en la Argentina simplemente continúa inmutable. El “contubernio” de 1923 sigue con vida, el “todos están con todos” también. Simplemente cambió de nombres.

Con sólo destapar la olla del escándalo de extorsión protagonizado por el fiscal Carlos Stornelli y su supuesto mediador, el abogado Marcelo D’Alessio, vemos nadar en un viscoso caldo a gran parte de los actores políticos más relevantes de la última década. Los nombres se agolpan unos sobre otros. Claudio Bonadío, Cristina Fernández de Kirchner, Juan Manuel Campillo, Leonardo Fariña, Patricia Bullrich, Juan José Aranguren y hasta Alfredo Yabrán.

Llama la atención la figura de Mauricio Macri. A pesar de que algunos medios omitieron su nombre, pareciera ser el más involucrado de todos. Hace apenas unos meses, el presidente de la nación le entregó la custodia de todos sus bienes a la empresa Seguridad Fiduciaria SA. La fortuna del presidente, que forma parte vital de un “fideicomiso ciego”, es oficialmente administrada por el titular de dicha sociedad, llamado Carlos D’Alessio.

Carlos no es otro que el tío de Marcelo D’Alessio, el abogado involucrado en el escándalo de extorsiones del juez que tiene a cargo nada menos que la causa de los cuadernos, a través de la cual se busca juzgar y encarcelar a gran parte de la cúpula política kirchnerista.

Las irregularidades y decisiones sospechosas del presidente Macri en relación a la familia D’Alessio parecieran no tener fin. En primer lugar, para ser el administrador del fideicomiso, D’Alessio no debe tener ningún tipo de relación con el dueño de los activos. Sin embargo, Carlos D’Alessio no es otro que el Escribano General del Gobierno, trabajando bajo el ala del ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano. Como si fuera poco, además es titular de Lafibal International Corporation, una off shore radicada en Panamá y creada a través del estudio Mossack Fonseca, acusado de ser el máximo “incubador” de sociedades off shore del planeta.

Elevando las ramificaciones del contubernio a la enésima potencia, María Josefina D’Alessio, hija del escribano, es socia del matrimonio entre Gustavo López Espinosa y Silvia Crook, quienes a su vez fueron contratados por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para realizar los talleres de una empresa: Seguridad Fiduciaria S.A., del propio D’Alessio.

El socio del Escribano General, Guillermo Francisco Fornieles, también tiene una off shore en Panamá, constituida en el 2011 y participó de la creación de Latin American Communication S.A. (LATCOM), que tuvo su principal ingreso nada más y nada menos que como creador de la campaña de vía pública del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta en el interior, cobrando 80 millones de pesos. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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