Se detectó el tercer caso de tuberculosos en los galpones del Sarmiento

En el galpón hay traescientos trabajadores divididos en tres turnos en la especialidad limpieza y mecánicos. Cuando apareció el primer caso -el 1 de octubre del año pasado-, las autoridades del Sarmiento se enfrentaron con el reclamo gremial por la falta de higiene e insumos de limpieza y la puesta en marcha de un protocolo sanitario para revisar a cada uno de los trabajadores.

El primer enfermo de tuberculosis fue Leandro Castellanos, obrero del turno noche. Desde el gremio Unión Ferroviaria la denuncia llegó rápido, pero las autoridades tomaron el reclamo con pinzas. Recién ahora con el tercer caso a la vista, los trabajadores están siendo escuchados.

“Cuando cae Castellanos (obrero del sector limpieza, del turno noche) se logró que se haga un protocolo (de revisación y vacunación). Nosotros queríamos que (en el control) entraran los trascientos compañeros que están en el ferrocarril, pero ellos insistieron que fueran los cuarenta y ocho que trabajaban a la noche y se comprometieron a hacer un seguimiento. No lo hicieron”, dijo a REALPOLITIK, Mónica Schlotthauer, delegada gremial de la Unión Ferroviaria.

“El segundo compañero que cae es (Fabián) Ramírez que está en grado tres. Cuando el 27 de octubre pide servicio de emergencia a la noche, porque él trabaja a la noche, llega el servicio de ambulancia y no tenían ninguna información sobre que había habido un caso (de tuberculosis) como para estar advertidos. Ramírez bajo 8 kilos. En octubre empezó con la sintomatología pero no había un protocolo de seguimiento y recién en enero, con grado tres, no fue más a trabajar”, abundó la gremialista.

Por los casos de tuberculosos en los obreros del galpón de Castelar, Unión Ferroviaria responsabiliza a la patronal. “La responsable es la jefa del Cuerpo Médico y el director de Recursos Humanos. Se hicieron cargo de los cuarenta y ocho del turno noche, pero no hicieron el seguimiento. Pero resulta  que el tercero  (Soto) es del turno mañana”, dijo para graficar el complejo panorama. “A Ramírez se lo detectan ahora pero lo tenía desde noviembre. Si hubieran hecho la revisación a todos, esto se podría haber evitado”, se quejó.

Schlotthauer dijo que en el taller de Castelar hay “ratas, cucarachas, pulgas, faltan baños. Hay otros baños que están tapados” y que la foto es similar “en toda la traza del ferrocarril que va desde Once hasta Mercedes”.

“Desde julio estamos con problemas de suministro de cloro. Hay un problema general de desidia de la limpieza que tiene que ver con la política general. No darle bola, no tener presupuesto y recortar por ahí”, señaló.

“En medio de todo este lio, el sábado, domingo, lunes y martes no se podían utilizar los vestuarios del taller de limpieza porque había reventado un caño que tenemos pedido de reparar hace dos años. Le hicimos mil notas y jamás desinfectaron. Ahora, después de tres años, tenemos tuberculosos, todo podrido, no hay saneamiento. Es una cosa terrible”, concluyó. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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