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18 de febrero de 2019 | Nacionales

Otra preocupación para Cambiemos

Macri, Lousteau, la UCR y cómo se cocina un sapo

No es un secreto para nadie que el radicalismo se encuentra en estado de rebeldía dentro de Cambiemos, insatisfechos con el magro papel que le ha sido asignado durante estos tres años de gobierno. 

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Tampoco les resulta grata -más bien, la consideran “piantavotos”-, la asociación que la sociedad pueda hacer entre la UCR y las políticas económicas implementadas que provocaron un colapso social en nuestro país.

Por esa razón, los radicales se dividen en dos grupos. Uno de ellos, compuesto por quienes tienen a su cargo cargos relevantes –gobernadores, senadores, los miembros del comité nacional-, consiguió torcerle el brazo al gobierno y disoció –o está a punto de hacerlo- las elecciones provinciales de las nacionales en Mendoza, Jujuy y Corrientes, y le ha impuesto la realización de internas competitivas para la composición de las listas, a contramano de la voluntad de Marcos Peña y Jaime Durán Barba. Incluso en la provincia de Buenos Aires, el vicegobernador Daniel Salvador se encuentra en pié de guerra con la gobernadora María Eugenia Vidal por ese motivo.

El otro grupo, con escasa incidencia en la conducción nacional, y con peso evidente en las provincias no gobernadas por Cambiemos, directamente plantea la ruptura y su participación, con lista y candidatos propios, o en el marco de un amplio frente opositor. Allí encontramos a Ricardo Alfonsín, Federico Storani y la UCR santafesina, que acaba de ser intervenida en tiempo récord por el comité nacional, luego de renovar su alianza con el Partido Socialista. Una decisión que viola, de manera flagrante, lo dispuesto por la convención de Gualeguaychú de 2015 que dio luz verde para la incorporación del partido a la alianza Cambiemos.

En ambos casos, las expectativas están puestas en Martín Lousteau como candidato presidencial, ya sea en competencia en una PASO contra el presidente Mauricio Macri, ya sea como precandidato en otro frente al que pudiese sumarse la UCR, o bien en el improbable escenario de presentarse en soledad, con la histórica Lista 3. 

La figura de Lousteau causa terror dentro de Cambiemos, ya que muchos recuerdan el balotaje contra Horacio Rodríguez Larreta, y las sospechas que generó su apretada definición. “Si con Larreta casi nos tapó el agua, en caso de que el pibe enfrente a Macri no habría posibilidad alguna de reelección”, afirmó un habitualmente poco comunicativo referente del Pro.

Por este motivo es que, ya abandonada la política de imposición de decisiones sobre sus aliados, el gobierno ha decidido utilizar con Lousteau la receta indicada para cocinar a un sapo. La misma indica que, si se tira el sapo en agua hirviendo, por acto reflejo salta y se escapa. El secreto es ponerlo en la olla con el agua fría, y calentarla progresivamente hasta que reviente.

Por esta razón, el presidente invitó a Martín Lousteau a acompañarlo en la gira que ha emprendido por la India y Vietnam, y le ha hecho llegar un ofrecimiento para incluirlo como primer candidato a senador por la ciudad de Buenos Aires. Lo único que queda claro es que Marcos Peña se opone a cualquier posibilidad de que Macri tenga que afrontar una PASO para convertirse en candidato.

En el radicalismo evaluaron la oferta, y concluyeron por confirmar la debilidad extrema que experimenta Cambiemos. Las encuestas encargadas por el oficialismo le dan números mucho peores a las contratadas por la oposición, razón por la cual habrían decidió mantenerlas bajo reserva. Sin embargo, este es un indicador más de la crisis que enfrenta y no parece saber cómo resolver.

Desde el radicalismo se evaluó que no sería adecuado negarse a la invitación presidencial a participar de la misión, lo cual tiene el riesgo de que su mejor carta sufra los efectos de presentarse en público con el actual presidente. Pero también evalúan que esto significa un reconocimiento al peso preponderante que el gobierno le adjudica al radicalismo de cara a los próximos comicios. 

Una fuente cercana a Lousteau aseguró que “Macri no se da cuenta que, con esta invitación, esta oficiando como jefe de campaña de quien lo derrotaría sin problemas en una eventual interna. Y, llegado el caso de que se decida aceptar al actual presidente como candidato sin pasar por las PASO, el destino de Martín no sería una senaduría bajo el ala de Cambiemos, sino la revancha frente a Rodríguez Larreta por la jefatura de gobierno de la ciudad Autónoma de Buenos Aires. Hay mucho malestar aquí, y es el momento más apropiado para que los opositores pesquen en la pecera. Además, debe considerarse que, si no se presenta Lousteau, los votos del malestar se los llevará la Unidad Porteña o como sea que termine llamándose el frente opositor que va creciendo día a día”. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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