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18 de febrero de 2019 | Campo

El interior productivo argentino, muy complicado

Economías regionales: Anuncios pobres de Macri para un sector que vive una fuerte crisis

En el presupuesto laborado para este año, Cambiemos centró todas sus expectativas en las exportaciones del sector agroindustrial. Con una campaña electoral que ya puso primera, este sector empieza a mostrar señales preocupantes en varios frentes: las ventas del complejo sojero, el mayor generador de divisas, cayó de manera notoria durante 2018.

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En líneas generales, las exportaciones agroindustriales argentinas apuntan cada vez hacia una mayor primarización.

En este escenario delicado, las economías regionales argentinas se encuentran por demás golpeadas. De acuerdo a un informe elaborado por la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (CONINAGRO), el año pasado ocho actividades económicas regionales cerraron en crisis o con signos de crisis. Estas producciones sufrieron el impacto del aumento en los costos de producción, sobre todos aquellos atados al dólar; atrasos en los precios recibidos por sus productos y la baja en el consumo.

De acuerdo a la entidad, las actividades en estado más crítico fueron la del vino y el mosto, por sobreoferta y precios bajos; la de la papa, por valores atrasados y la lana por precios bajos y caídas en las ventas externas. Otras actividades afectadas fueron la de cítricos; forestal; hortalizas; peras, manzanas  y tabaco.

En declaraciones periodísticas, el presidente de CONINAGRO Carlos Iannizzotto sostuvo que en un contexto económico dominado por la caída del salario, “las producciones que pueden dar trabajo y generar empleos están mal".

Con las economías regionales en rojo, el presidente Mauricio Macri busca dar buenas noticias como sea. Antes de partir a su gira por países asiáticos, dio a conocer una serie de medidas para estas actividades. Junto al ministro de la Producción Dante Sica, anunció una rebaja de cargas sociales para las economías regionales. En concreto, se trata de una medida que beneficia a unas 20 mil Pymes exportadoras de productos agrícolas, que desde marzo pagarán contribuciones patronales a partir de salarios de 17.500 en lugar de 7 mil.

Esta medida es insuficiente para reactivar a este sector, que asfixiado por la política económica y tributaria de Cambiemos, necesita un cambio de rumbo concreto y no una acción aislada, más destinada a buscar un efecto mediático que a solucionar los problemas concretos de estas producciones. Además, la presencia de Sica junto a Macri refleja la pérdida de poder del secretario de Agroindustria Luis Miguel Etchevehere, que cada vez más queda reducido a un papel secundario. 

Uno de los problemas graves de las economías regionales, que este anuncio no solucionará, es la brecha de precios que existe entre los productores y los puntos de venta. Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la diferencia de precios entre estos eslabones se multiplicó 5,53 veces el pasado mes de enero en relación a diciembre 2017.

Así, los únicos perjudicados no son solo los consumidores: también se redujo a 21,4 por ciento la participación del productor en el precio, según el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), elaborado por la entidad empresarial. Algunas diferencias llaman la atención: en el caso de la manzana es de quince veces desde el campo hasta el consumidor final, mientras que en el caso de la naranja es de diez veces. 

De esta manera, mientras el gobierno nacional busca respuestas en los mercados externos, las economías regionales que sostienen gran parte de la vida en el interior productivo argentino, están en un callejón sin salida. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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