Los padres del extorsionador D’Alessio: Entre lujos, periodistas y el Grupo Clarín

“Levanta una piedra y allí me encontrarás”, relatan los evangelios gnósticos. Algo similar ocurre con la causa que sacude a la Justicia. Con sólo correr con el pie algún dato surgen inmediatamente periodistas, empresarios, fiscales, jueces, abogados reconocidos y hasta mediáticos.

En este escenario, no es extraño que los padres de D’Alessio tengan su propia historia para contar. Eduardo Luis, su papá, es el propietario de D’Alessio Irol/Berensztein, una consultora que comenzó haciendo encuestas online y que ahora ostenta una asociación directa con el diario Clarín, en donde aparece con notable frecuencia, y una variada cartera de clientes que incluye a pesos pesados como Ford, Easy, L’Oreal, OSDE, Clarín Credicoop, Allianz, BNP Paribas y el HSBC, entre otros. No llama la atención, en este sentido, que el periodista Sergio Berensztein, que suele escribir encendidas columnas crucificando a éste tipo de individuos, haya elegido con respecto a éste tema un mutis por el foro tan pesado y sospechoso que echa a volar cualquier seguridad periodística que se pueda tener por sus aseveraciones.

Lo de Berensztein es entendible. Su socio, Eduardo Luis, ciertamente lleva adelante una vida que dista mucho de la discreción. Cercano al ministro Dante Sica, el padre del extorsionador de Stornelli suele ser quien encabeza la encuesta oficial del coloquio anual IDEA de grandes empresas, se maneja en un Audi Q5 y suele sumar hasta 223 mil pesos mensuales de tarjeta, aunque su recibo de sueldo de la empresa Eldasa S.A. asegura que sólo gana 45 mil mensuales. Puede que haya que hacer una encuesta para tratar de comprender la magia de sus finanzas.

Algo similar ocurre con su esposa, la madre del ahora detenido con prisión preventiva Marcelo D’Alessio, Nora Beatriz Israelson, quien asegura ser rabina aunque entre los consagrados de la comunidad nadie la conoce. Norita, como le gusta que la llamen, maneja según el día de la semana una camioneta BMW X5 o la costosísima Toyota SW4 automática. Y todo lo hace, aunque parezca mentira, con otro salario de 45 mil pesos.

Consultoras, empresarios con sueldos de 45 mil pesos comprando autos de 2 o 3 millones, periodistas investigativos que prefieren no hablar de sus propios socios y una Justicia cómplice, en una putrefacta sopa que pareciera no dejar a nadie afuera. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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