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9 de marzo de 2019 | Campo

Comer se transformó en un lujo

Argentina: Del ficticio “supermercado del mundo” al hambre de los más pobres

En Europa se sorprenden al notar que el país que produce alimento para 400 millones de personas, no pueda ofrecerle alimentación a 4.3 millones propios.

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Mientras el presidente Mauricio Macri y su equipo de Agroindustria no pierden oportunidad para destacar el rol de Argentina como proveedor global de alimentos, los medios extranjeros tienen una visión diametralmente opuesta al optimismo prefabricado de la Casa Rosada.

En el discurso de apertura del año legislativo, el primer mandatario señaló eufórico que “abrimos mercados para exportar bienes y servicios, cerezas y arándanos a China, ajo a Taiwán y carne a Japón. Llegamos con trabajo argentino a las góndolas del mundo”. Pero la realidad se encarga de demostrarle que a pocos kilómetros de Plaza de Mayo, muchos argentinos no llegan a cubrir sus necesidades alimentarias básicas.

En un lapidario artículo titulado “Los argentinos vuelven a comer solo una vez al día”, el matutino español El País describe una realidad que duele y señaló “que 3,4 millones de personas sufre inseguridad alimentaria en un país que produce para 400 millones”.

Uno de los testimonios del diario europeo relata el día a día de una mujer de 35 años de la localidad bonaerense de Campana, que debido a la crisis debió “unificar” sus comidas en una sola ingesta, en donde ella y sus cuatro hijos comen lo que pueden.

En este sentido y de acuerdo al Barómetro de la Deuda Social, confeccionado por la Universidad Católica Argentina (UCA), durante 2018 la inseguridad alimentaria severa creció y afectó a un 6 por ciento de los hogares argentinos, sobre todo en estratos bajos de áreas metropolitanas de grandes ciudades.

Para ilustrar estas desigualdades, sirve un trabajo elaborado por el consultor lechero Marcos Snyder, que en base a información suministrada por FAO explicó a qué cantidad de alimentos podría acceder cada argentino, además de compararla con otros países de fuerte impronta agroindustrial.

Al analizar los números de granos, el especialista remarcó que cada argentino dispone de casi 6,68 kilos diarios. En este ranking, nuestro país se ubica en segundo lugar, por detrás de Estados Unidos, que cuenta con 7,3 kilos.

Cuando se evalúan las principales carnes  (sumando bovinos, pollos y porcinos), la ecuación arroja que hay oferta como para que cada argentino consuma 291 gramos diarios o 107 kilos al año. En este rubro, Argentina ocupa el tercer puesto, por detrás de Uruguay (470 gramos/día ó 175 kilos anuales) y Brasil (304 gramos/día ó 111 kilos anuales).

Con estas cifras, queda claro que las prioridades del actual Gobierno es “llegar a los supermercados del mundo”. Mientras tanto, en las góndolas de cualquier comercio argentino que se dedique a la venta de alimentos, cada vez más gente o bien debe realizar cambios en sus hábitos de compra, o directamente no puede adquirirlos.

De acuerdo a la Asociación Consumidores Libres, durante los dos primeros meses del año la canasta básica de alimentos aumentó en un 7,57 por ciento. Ante este escenario, el oficialismo brilla por su ausencia a la hora de controlar precios y recorrer los pasillos de cualquier cadena de supermercados en Argentina es asistir a un feroz descontrol en los valores de alimentos.

Queda más que claro que en Argentina, la producción de alimentos alcanza para alimentar sin sobresaltos a la población y generar saldos exportables. Pero la torpe ineficacia de Cambiemos hace, para los estratos más comprometidos de la sociedad, que el acto básico de alimentarse sea un verdadero suplicio. (www.REALPOLITIK.com.ar) 


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Luis Miguel Etchevehere, Dante Sica

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