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26 de marzo de 2019 | Nacionales

Incongruencias discursivas

Stornelli, Ramos Padilla y los “republicanos” de Cambiemos

La república es una forma de gobierno donde no gobierna un monarca. Por lo tanto, implica naturalmente, una cierta difuminación del poder, que podría ser entre unos pocos -república aristocrática, república oligárquica-, o entre la mayoría -república democrática-.

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por:
Alberto Lettieri

En su versión moderna, la república adopta el sistema de división de poderes -ejecutivo, legislativo y judicial- y la autonomía de cada uno de ellos.

Llamativamente en la Argentina, donde nada es lo que parece, el partido popular -el peronismo- que indefectiblemente llegó al poder a través de las urnas, y siempre respetó la división de poderes republicana, ha sido caracterizado por sus adversarios como “autoritario”, aunque las fundamentaciones siempre han sido inconsistentes. Consecuentemente, el principal partido de oposición pretendió instalarse en el imaginario colectivo como "garante de las instituciones republicanas", aún cuando respaldó numerosos golpes de estado y se valió de la proscripción del peronismo, entre 1955 y 1973, para aprovechar el espacio vacante y acceder en dos oportunidades al gobierno, sin poder concluir esos mandatos.

En la campaña electoral de 2015, la muletilla del pretendido "autoritarismo peronista" y su contracara, el "republicanismo" de Cambiemos, aparecieron nuevamente en la escena. Pero ya desde los inicios mismos de su gestión, Mauricio Macri se encargó de desmentirlo, pretendiendo designar por decreto de necesidad y urgencia a dos miembros de la Corte Suprema de Justicia, pasando por encima de las disposiciones legales.

La generosidad con la que el actual presidente recurrió a los decretos para resolver cuestiones que le estaban vedadas por la ley llevó a muchos votantes, incluso de la propia alianza Cambiemos, a creer que el presidente desconocía la constitución nacional o simplemente no la tenía en cuenta.

Durante estos tres años y medio de gobierno, también la violación reiterada de la autonomía de los poderes públicos significó un sustantivo deterioro aún mayor de una calidad institucional que nunca fue demasiado alta en la Argentina. Por ejemplo, las sanciones recibidas por jueces y fiscales que se animaron a fallar en contra de las aspiraciones del poder ejecutivo y su entorno no tienen parangón en gobierno democrático anterior alguno.

En la última semana, los conceptos vertidos por el presidente sobre el juez Ramos Padilla y su insistencia en la necesidad de sancionarlo, claramente dañan la división de poderes republicana. Hasta el presente, el juez ha sido respaldado por la sociedad y por la Cámara, que incluso lo instó a avanzar en sus investigaciones sobre el caso Stornelli - D'Alessio.

Sin embargo, la división de poderes es algo que la naturaleza misma del Pro parece rechazar. Ante las críticas que recibió el presidente Macri por su inadecuada intervención en este tema, una treintena de diputados de Cambiemos, encabezados por Graciela Ocaña -la ex “hormiguita” de Elisa Carrió-, presentarán un escrito en defensa de Stornelli, en el que expresan su preocupación por el procedimiento disciplinario que se le habría iniciado a pedido del juez Ramos Padilla.    

Los diputados de Cambiemos -también hay varios radicales que firman la nota- se manifiestan preocupados ya que, a su juicio, "se trataría de un modo de interferir o bloquear indebidamente el excelente trabajo que viene desempeñando en el proceso conocido como ‘causa de los cuadernos', que ha puesto en evidencia la trama de corrupción más importante de la historia argentina".

Lo que no parece preocuparles en los más mínimo es la interferencia que ellos mismos pretenden ejercer sobre la división de poderes, tratando intervenir en el ámbito de acción correspondiente al poder judicial.

La lista completa de los firmantes es la siguiente: Graciela Ocaña, Fernando Iglesias, Waldo Wolff, Karina Banfi, Héctor "Toty" Flores, Eduardo Amadeo, Cornelia Schmidt Liermann, Álvaro González, José Cano, Pablo Torello, Estela Regidor, Jorge Enríquez, Juan Carlos Villalonga, Eduardo Cáceres, Gonzalo Del Cerro, Marcelo Monfort, Marcelo Wechsler, Samanta Acerenza, Gustavo Menna, Javier Campos, Luis Pastori, Alejandro García, Paula Arroz, Hernán Berisso, Sebastián Bragagnolo, Hugo Marcucci, Federico Zamarbide, Juan Aicega, José Luis Ricardo, Alejandro Echegaray y Horacio Goicoechea.

La nota colectiva, que parece implicar una clara intromisión sobre las áreas de competencia autónoma de otro poder -en este caso el Judicial-, paradójicamente sostiene: “La posibilidad de que la Justicia actué libremente y sin presiones en este proceso permitirá recuperar para beneficio de todos los ciudadanos de esta república, importantísimas sumas de dinero que han sido desviadas por una matriz de corrupción que históricamente viene afectando la obra pública en nuestro país”.

Una lectura ingenua llevaría a cualquiera a concluir que, para los diputados de Cambiemos, mientras se recaude y se desprestigie a la oposición, no importaría llevarse puesta a la propia constitución nacional. 

El escrito concluye denunciando la “persecución a través de citaciones judiciales a los representantes del ministerio Público, (que) formaría parte de la maniobra que intentan sectores involucrados en los delitos investigados, para apartarlos de la causa y anular toda la investigación, buscando impunidad a toda costa”. Cuesta reconocer en estos diputados a aquellos que avalaron otras situaciones judiciales que fueron denunciadas oportunamente como “persecuciones”. Sin embargo, ahora se muestran muy preocupados por la situación de Stronelli.

¿Les preocupará lo que Stornelli pueda decir o los contenidos incriminatorios que se extraigan de las pruebas en análisis, y a qué actores del corazón del poder incriminan?

La república y Cambiemos. Una tensión que no debe descuidarse. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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