Nacionales
Ajuste al Instituto de Tecnología
El INTA, un nuevo capítulo en la saga de ajuste del gobierno nacional hacia el sector agroindustrial
Las políticas de flexibilización laboral impactan de lleno en el campo. Luego de los despidos en Agroindustrial y el SENASA, desde la Casa Rosada apuntan al INTA, un organismo reconocido a nivel mundial por su excelencia técnica.
En sus redes sociales, el presidente Mauricio Macri postea imágenes de los accesos al puerto de Rosario, desbordados de camiones que depositarán en el puerto de Rosario la “supercosecha” que salvará a la economía argentina. Es año electoral, todo vale en política y desde la Casa Rosada esperan que el campo llegue como el Séptimo de Caballería a salvar al cowboy en apuros.
Pero mientras la estrategia discursiva del oficialismo pasa por mostrar a una agroindustria pujante, generadora de agregado de valor y abierta al mundo, a la hora de diseñar políticas específicas para impulsar a ese sector, el gobierno nacional falla de manera estrepitosa.
El último capítulo de esta saga es el ajuste que Macri busca implementar en el Instituto Nacional de Tecnología (INTA). Tras unos días de debate, el consejo directivo de la entidad aprobó un ajuste del 20 por ciento en toda su estructura. Esta medida tendría un fuerte impacto en las estructuras de la dirección nacional, centros regionales y de investigación, estaciones experimentales e institutos.
De esta manera, se eliminarían 25 agencias de extensión que se encuentran dentro de los predios de las estaciones experimentales que el INTA posee por todo el territorio nacional. La Asociación del Personal del INTA (APINTA) reflejó con crudeza esta situación en un comunicado: “Se sabe que por intereses netamente políticos intentarán cerrar tres de los cinco institutos de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (IPAF).
En esta modalidad de ajuste se puede ver el sello Cambiemos. Es el mismo modus operandi que se implementó en Agroindustria, cuando desmantelaron salvajemente la secretaría de Agricultura Familiar, que durante el segundo mandato de Cristina Fernández como presidenta estuvo a cargo del dirigente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico.
Desde el inicio del macrismo y en el marco del plan de ajuste pergeñado desde el ministerio de Modernización, la planta del INTA sufrió la baja de unos 850 empleados. No sólo con despidos se flexibiliza: desde 2016 no se reponen las vacantes que se generan tras jubilaciones, retiros voluntarios y renuncias.
Así, se jaquea la continuidad de labores de investigación y se derrumban equipos de trabajo que demandaron años de esfuerzo poner en pie. Mientras tanto, el Presupuesto 2019 para el organismo se ubica sobre los 7 mil millones de pesos, que si bien es similar a la otorgada el año anterior, por la actual inflación pierde valor cada día. En este contexto, desde APINTA denunciaron que de los 213 millones de pesos que debían recibir en el primer trimestre, solo recibieron 93 millones.
Desde el Gobierno argumentan que esta decisión es para que el INTA reorganice su estructura. “Se aprobó un plan de reestructuración para integrar agencias de extensión e institutos de investigación de la agricultura familiar”, señalaron fuentes oficiales.
En esta línea, destacan que las Agencias de Extensión Rural permanecerán activas y según el presidente del INTA Juan Balbín "no se van a cerrar agencias, ni centros de investigación, ni a despedir empleados. Al contrario, buscamos potenciar las líneas de trabajo”.
El próximo capítulo de esta historia se escribirá el 8 de abril. Ese día, los representantes gremiales del organismo técnico convocan a una marcha frente a las oficinas centrales del INTA y el ministerio de Producción. En esta puja, la secretaría de Agroindustria, encabezada por Luis Miguel Etchevehere está totalmente diluida. A tal extremo, que ni siquiera merece una protesta de trabajadores preocupados por su futuro laboral. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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