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21 de abril de 2019 | Cultura

Aniversario de una tragedia

La muerte de Walter Bulacio o el rock como hecho trágico

Se cumple un nuevo aniversario de un episodio donde la cultura rock y una democracia violenta se espejaron en un debate que sigue vigente. 

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por:
Juan Provéndola

La muerte de Walter Bulacio, inscripta como un hecho trágico de la cultura rock, también marcó un antes y un después en la democracia argentina. Toda estadística necesita al menos un hecho que le dé humanidad a las cifras: algo que le permita a la masa empatizar con el número, para sentirse interpelada en su individualidad. 

Bulacio tenía 17 años cuando fue a ver a Los Redonditos de Ricota en Obras el 19 de abril de 1991. Durante muchas décadas ese sitio fue considerado “el templo del rock en Argentina”, pues llenarlo implicaba certificar un status de convocatoria digno de respetar. Para cualquier banda, llegar a Obras era un hecho digno de aplauso. Para Los Redondos, no obstante, esto devino en ciertos cuestionamientos -por cierto- cuestionables: diversos sectores los acusaron de “venderse” por autoproclamarse independientes y autogestivos pero tocar en lugares sagrados del rock business. 

Antes del inicio del show, la policía detuvo no sólo a Bulacio, sino también a otras 72 personas en el marco de una violenta razzia. Los 90’s se precipitaban con furia: las fuerzas represivas del estado empezaban a desplegar un accionar que fue representativo de aquella década. A pesar de que la ley de Patronato de Menores prohibía la detención de menores de edad sin la autorización de un juez, Walter permaneció varias horas en la comisaría 35 de Cuba y Campos Salles, en el barrio porteño de Núñez. 

Walter Bulacio recién abandonó la seccional al día siguiente, pero no por haber recuperado la libertad, sino porque su frágil estado de salud obligó a internarlo en el sanatorio Mitre de Buenos Aires. Allí estuvo una semana hasta que murió producto de una hemorragia interna que lo tuvo los últimos cuatro días en coma. Las pericias hablaron golpes y apremios, aunque la causa judicial -empantanada por lobbies oficiales de impunidad- tuvo que llegar hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos. 

Su muerte se convirtió en un emblema de la violencia institucional en democracia. Ya sea por la arbitrariedad con la que fue detenido, por la brutal golpiza que padeció en la seccional o por la impunidad de la que gozaron los culpables, el caso Bulacio evidenció como pocas veces desde 1983 la perdurabilidad de prácticas represivas que se creían desterradas una vez que la última dictadura abandonó el poder en Argentina.

Para Los Redondos implicó también transitar una experiencia hasta entonces novedosa en el rock argentino: tener que salir a dar explicaciones por la integridad física de su público. ¿Hasta dónde son responsables los artistas sobre los eventos que producen? Pregunta que aún hoy debe mortificar al Indio Solari, de momento retirado de los escenarios tras su fatídico show en Olavarría de marzo de 2017. Entonces, cuando Bulacio falleció, significaba todo un debate de avanzada. Aunque para ello que instalara con seriedad tal vez no alcanzó con la muerte de Walter, sino que fueron necesarias otras 194 más una década y media después. (www.REALPOLITIK.com.ar)


ETIQUETAS DE ESTA NOTA

Indio Solari, Los Redondos, Walter Bulacio

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