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23 de abril de 2019 | Provincia

Escándalo

Grave denuncia: El ministerio de Salud creó un curso para pasarle plata a ñoquis del estado

Se trata de una capacitación en "gestión de bancos de sangre", que sería organizada por una pareja que fue inhabilitada para la función pública y denunciada por "ñoqui". Docentes sin preparación y cargos sin concursos, entre otras preocupaciones.

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La denuncia sacudió los cimientos del ministerio de Salud bonaerense. En la sede de la calle 51, que recientemente saltó a la fama por el preocupante estado de abandono general de sus instalaciones, se supo que un matrimonio de ex funcionarios habría creado un curso con docentes en grave estado de irregularidad, con el único fin de pagarles “horas cátedra”.

El curso denunciado, que hace foco en la gestión de bancos de sangre, está dirigido a médicos hemoterapeutas, y fue organizado por el Daniel Fontana, médico especializado en la materia y su mujer, Gabriela Fernández Cid, que es docente.

Fontana, quien fuera director provincial, habría recibido recientemente una denuncia de un profesional de la prestigiosa Fundación Hematológica Sarmiento y a consecuencia de ésta habría sido inhabilitado para ejercer la función pública en todo el territorio bonaerense.

Acorde a la denuncia presentada por los propios funcionarios del ministerio, la preocupante falta de preparación de los supuestos docentes deja a las claras un turbio manejo en la elección de los mismos. La propia Gabriela Fernández Cid, por ejemplo, habría sido denunciada por ser planta permanente en la institución pero no asistir a su trabajo. El mismo rol de “ñoqui” cumpliría su hijo, Franco Fontana, quien habría extendido su licencia hasta que “se la cortaron para que vaya a trabajar”. Aún así, Fontana continuaría sin concurrir a su puesto de trabajo y, además, conservaría un segundo empleo en simultáneo en la ciudad de Tandil.

El prontuario de la familia Fontana - Fernández Cid es ciertamente preocupante. Un interminable árbol genealógico de ñoquis y denuncias.

Finalmente, se supo que la reglamentación actual ordena que todos los cargos docentes de los cursos deben ser concursados. En el curso que organiza la familia Fontana, sin embargo, no se habría concursado ninguno.

Según lo denunciado, se especuló con que el verdadero propósito del curso no sea otro que el pago de horas cátedra a los implicados, cuya contraprestación difícilmente sea en forma de clases de calidad, dada la poca o nula preparación que tienen en la materia y los preocupantes antecedentes de cada uno. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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