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El presidente del Banco Central, Guido Sandleris, anunció que dejará de informar sobre la variación diaria de las reservas en divisas de la entidad. El argumento utilizado es que se trata de una forma de no revelar la estrategia utilizada.
El secreto incluye, además, el ocultamiento de las ventas diarias de divisas que realiza la entidad para tratar de contener el dólar.
La medida resulta preocupante y muy desafortunada, y parece confirmar el malestar con que recibieron los mercados el anuncio de la nueva estrategia de intervención agresiva del Banco Central para contener la escalada del dólar sin aguardar a que sobrepase el techo de la banda fijada previamente por la entidad, con la autorización del FMI.
La decisión de Sandleris causó rechazo en los mercados y en los especialistas, que ven en la nueva política financiera una amenaza concreta de liquidación de las escasas divisas con las que cuenta la entidad. Debe recordarse que, más allá de las declaraciones de sus autoridades sobre la magnitud de las reservas argentinas, 39.000 millones de dólares corresponden a préstamos del FMI, 20.000 millones de dólares a un Swap de China –que implica un compromiso, pero no el giro de moneda física- y 12.000 millones de dólares a encajes (depósitos de particulares en los Bancos). Los expertos aseguran que el monto real de las existencias propias ronda los 20.000 millones de dólares, un monto bastante exiguo para frenar un incremento sostenido de la demanda y hacer frente a las obligaciones externas.
La decisión tomada, sumada a la imposición del secreto sobre la variación cotidiana de las divisas preocupa gravemente a los mercados, y presiona directamente sobre el riesgo país ante las expectativas negativas sobre la capacidad de Argentina de no poder hacer frente a sus compromisos externos.
Adicionalmente, la emisión de Leliqs ha superado la base monetaria de nuestro país, por lo que, además de la presión que supone el incremento de los altísimos intereses que devengan, una venta masiva para consolidar posiciones en dólares sería el último empujón hacia el abismo que anuncia el sector financiero internacional. Sólo cabía esperar una fabulosa emisión de moneda local para hacerles frente o un incremento astronómico de la cotización del dólar si se produce la recomposición de carteras.
El ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, se apresta a presentar una causa penal por “traición a la patria” y “administración fraudulenta” contra las autoridades del Banco Central y el Comité de Política Monetaria (COPOM). No es el único en advertir los riesgos que entraña la política económica. Muchos economistas, más moderados que el ex secretario de Comercio, temen por su derivación en una gravísima hiperinflación, sin que el default pueda excluirse de las hipótesis, incluso de las más cautas.
En la jornada de este martes, el dólar descendió inicialmente, para luego repuntar rápidamente y cerrar con una disminución en su cotización de 18 centavos respecto de la jornada del lunes. Al costo de que el Central fijara una nueva tasa de interés récord del 74 por ciento anual y ocultara las ventas de divisas realizadas.
Las expectativas no son precisamente optimistas. Los mercados están agazapados y el malestar social se incrementa. ¿Será la calma tensa que precede a una tormenta?. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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