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3 de mayo de 2019 | Campo

“La 125”, segunda parte

Sobre llovido, mojado: El gobierno analiza un cambio en el esquema de retenciones

La fiebre del dólar barre con los intentos de Macri de estabilizar la economía. En este escenario de alta volatilidad, no descartan una modificación en los derechos de exportación.

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Los vaivenes de la economía argentina tienen un impacto directo en la actividad agroindustrial y constituyen un auténtico dolor de cabeza para la Casa Rosada, que incumple cada una de las promesas efectuadas a este sector. Una de ellas es la vinculada a la eliminación de los derechos de exportación a la producción granaria.

Al asumir, el presidente Mauricio Macri cumplió a medias con lo prometido y eliminó este impuesto en trigo, maíz y girasol mientras que en soja fue decretando una baja gradual, con la idea de llegar al final de su mandato con un 18 por ciento.

El vendaval económico de 2018, en donde la disparada del dólar fue uno de los datos excluyentes, obligó al macrismo a un fuerte golpe de timón. De esta manera, implementaron el retorno de los derechos de exportación de la siguiente manera: se pagarían cuatro pesos por dólar exportado en el caso de producción primaria y tres pesos por dólar vendido al exterior en aquellos casos de productos con algún valor agregado.

De esta manera, en el caso de casi todos los cultivos, los productores desembolsarían un 10 por ciento en retenciones. Salvo en soja claro, porque a esa escala se le agregó un 18 por ciento extra, que derivó en un porcentaje del 28 por ciento en tributo. En tiempos de escasez de divisas, la soja es caja asegurada y el oficialismo lo tiene bien claro.

Este anuncio escondía una pequeña gran letra chica. A medida que sube la cotización de la moneda norteamericana, el porcentaje de este tributo se va licuando. La reciente disparada del dólar vuelve (una vez más) a quemar las naves del macrismo en materia de recaudación fiscal y las luces de alarma volvieron a encenderse.

Mientras las pizarras de la city porteña enloquecían con un dólar que superó los 47 pesos, los rumores no tardaron en correr. Vía redes sociales, empezó a tomar forma una posible modificación en el esquema de derechos de exportación, en donde los 3 y 4 pesos por dólar que se pagan por dólar exportado se anularían y se regresaría al sistema de porcentajes.

En este déjàvu que vive la cadena agroindustrial argentina, las versiones se contradicen. Tanto desde el Gobierno nacional como desde la dirigencia gremial del campo niegan que se modifique este esquema tributario y atribuyen estas versiones a un sector del periodismo agropecuario.

No importa que durante los tres años y medio de macrismo se hayan roto las principales promesas de campaña a este sector, que la política en materia de comercio exterior deja mucho que desear y que se registró una fuerte primarización de las exportaciones: la culpa siempre es un tercero, en este caso de una fracción del periodismo especializado del campo.

Desde la industria sojera, al menos en estricto off, las versiones son opuestas. Así, reconocen que hubo conversaciones por este tema e incluso adelantaron cifras. Las retenciones en trigo, maíz y girasol quedarían en un 10 por ciento, mientras que para soja ascenderían al 30 por ciento. Por ahora son sólo rumores, pero no sería la primera vez en donde el equipo económico encabezado por Nicolás Dujovne niega una situación que después termina ocurriendo.

Por ahora, las autoridades nacionales vinculadas al sector agropecuario no se han pronunciado sobre este tema. A mediados del pasado mes de marzo, el secretario de Agricultura Luis Miguel Etcheverere reconoció en declaraciones periodísticas “que no se sentía cómodo con las retenciones” y que para el próximo año se eliminarán.

Eso sí, no brindó precisiones si se darán de baja en enero o diciembre del próximo año y omitió un detalle: en el texto que se aprobó para el regreso de este tributo, uno de los apartados dejaban bien claro que se finalizarían en diciembre 2020. Esta es una de las tantas desprolijidades habituales en Etchevehere, que en afán de materializar un discurso “amigable” con el agro, no tiene idea en donde se encuentra parado. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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