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6 de mayo de 2019 | Nacionales

Se cae el proyecto de Macri

Massa descartó un acuerdo con Cambiemos

Aseguró que pese a la acuciante crisis, el gobierno de Mauricio Macri desoye a quienes intentan ayudarlo y sólo busca insistir con las mismas recetas.

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por:
Alberto Lettieri

La negativa de los principales referentes de Alternativa Federal obligó al presidente Mauricio Macri a ensayar una pronta respuesta. Por las redes sociales, salió a defender a rajatabla su gestión, aunque los argumentos presentados no superaron el voluntarismo y las promesas inconsistentes, tal como ha sido su costumbre desde la campaña presidencial de 2015.

Junto con las publicaciones en twitter, Macri intentó una aproximación directa con Sergio Massa, a quien contactó telefónicamente, sin ningún resultado. Resulta muy difícil llegar a buen puerto cuando la propuesta presentada consiste exclusivamente en conseguir que la oposición avale las políticas implementadas, cuando son repudiadas por el 70 por ciento de la sociedad y cotidianamente impactan en la disminución de la voluntad de voto del presidente cotidianamente.

Pero más difícil aún resulta proponer un consenso, cuando el único convencido de la necesidad de dialogar con la oposición es el ministro Rogelio Frigerio, quien nunca ha gozado de las simpatías ni de la confianza del PRO. Sabido es que ni Jaime Durán Barba ni Marcos Peña Braun están de acuerdo con esa convocatoria, manteniendo su tesis de que polarizar y tomar distancias del peronismo continúa siendo la mejor estrategia para la reelección.

Por esta razón, no extrañó que lo que era una conversación reservada fuera rápidamente divulgado por el círculo que rodea a Mauricio Macri a la prensa. Tampoco la inmediata contestación que efectuó el Frente Renovador a la filtración. Y allí Sergio Massa salió a poner las cosas blanco sobre negro.

"El gobierno no tiene ninguna voluntad de corregir el rumbo, solo quiere que nos hagamos cargo de su fracaso"-aseguró Massa. "El país está atravesando una gravísima crisis por el fracaso de Macri, su gobierno y sus políticas". Y concluyó, terminante: "Pese a la innegable realidad, desoye a quienes intentan ayudarlo e insiste con las mismas recetas. Es un gobierno terco que repite una y otra vez 'no hay otro camino, es por acá', pero nosotros sabemos que hay otra manera de hacer las cosas".

Sergio Massa refirió que en su conversación con Mauricio Macri en su tesis de que la "Argentina necesita un compromiso que fije el rumbo de los próximos cinco meses". Pero que no solamente  "este acuerdo debe dar seguridad y previsibilidad sobre el futuro de la política argentina", sino que debería "fundamentalmente estar centrado en medidas inmediatas y urgentes para paliar la grave situación económica y social de la mayoría de los argentinos." El “mercado necesita señales; los argentinos necesitan respuestas".

Massa también calificó a la propuesta del gobierno como "electoralista" y reclamó que la "Argentina necesita políticas de Estado, no marketing electoral". Los diez puntos presentados por el gobierno no son "es otra cosa que un listado de buenas intenciones, no son propuestas de políticas reales y concretas". "No buscan solucionar las urgencias de la Argentina, sino evitar la debate".

Massa reclamó al gobierno “honestidad, sinceridad y patriotismo”, y una convocatoria

"a todos los sectores, sin exclusiones", lo que incluye no sólo a la dirigencia política opositora, sino también a líderes sociales, económicos y sindicales, para  “dialogar y definir un programa de transición".

"No habrá acuerdo –anticipó-, no habrá salida de la crisis, no tendremos soluciones reales a los problemas de los argentinos si buena parte del Congreso no participa y si una porción importante de la sociedad no se siente representada. Hay que terminar, de una vez, con el negocio de la grieta".

La convocatoria parcializada al diálogo presenta muchos aspectos en común con la política de control de precios. Ni el presidente Macri ni su entorno fundamentalista creen en ellas, y parecen lanzarlas como respuesta a un pedido de la sociedad, aunque no estén dispuestos seriamente a justificarlas ni a llevarlas a cabo.

Como un Robin Hood moderno, intenta en el tramo final repartir los costos con quienes dejó afuera en momentos menos críticos. Pero la lógica de la grieta sigue imperando en su estado mayor y, como se sabe, la primera víctima de la intolerancia es la democracia. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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