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El gobierno de CABA sostiene que el nuevo sistema busca prevenir robos y atrapar delincuentes prófugos de la Justicia. Sin embargo, hay fundadas razones para sospechar que la instalación de cientos de cámaras de seguridad busca también vigilar y controlar al mayor número de personas posible, hayan o no cometido un crimen.
El jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, presentó hace tres semanas el nuevo sistema de reconocimiento facial y vigilancia que pretende que “los vecinos estén más seguros”. El programa se implementó mediante la contratación de la empresa DANAIDE SA, la cual posee la tecnología necesaria para localizar y detener a personas prófugas de la Justicia a través de la detección de rostros a partir de la instalación de trescientas cámaras ubicadas en distintas estaciones de subte y calles.
La empresa fue beneficiada con una contratación directa para proveer el flamante software para la red de vigilancia por un total de 1.511.300 dólares, y según el propio gobierno porteño, el sistema ya permitió reconocer y apresar a siete prófugos de la Justicia.
En este sentido, vale recordar que el gobierno de Cambiemos ya tiene el control de acceso por lectura de chapas patentes que, si bien es un buen sistema para prevenir el robo de autos, también permite vigilar persona.
INSEGURIDAD
Pero lo más alarmante, infiriendo que se usaría la excusa de la seguridad para espiar ciudadanos, es que DANAIDE SA es la misma empresa que había denunciado la ex presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, por haberle realizado espionaje en su departamento de Recoleta en noviembre pasado. Según la ex jefa de estado, tres personas sin identificación intentaron colocar tres cámaras y un domo en la esquina de su casa.
“Dijeron que eran empleados de la empresa DONAIDE SA e iban a colocar estas cámaras por disposición del ministerio de Seguridad de la ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, no contaban con ninguna documentación que acreditara tales circunstancias”, afirmó la senadora nacional. La denuncia penal de la líder peronista cayó nada menos que en el juzgado de Claudio Bonadío y fue desestimada.
¿QUIÉNES ESTÁN DETRÁS?
El principal accionista y director de DANAIDE SA es Hernán Pablo Carzalo, quien mantiene vínculos con el ex militante de Montoneros devenido en empresario proveedor de sistemas de seguridad, Mario Montoto. La relación es tan importante que ambos fueron socios en la firma Tecnoview SA, que ofrecía servicios de provisión de tecnología aplicada a la seguridad.
Montoto es el titular de la Cámara de Comercio Argentina Israelí, y quedó implicado en el caso D’Alessio cuando el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, hizo escuchar audios de WhatsApp enviados por el fiscal federal, Carlos Stornelli, al falso abogado a los diputados de la comisión de Libertad de Expresión, a mediados de marzo pasado.
“Es mi hermano”, le dijo Stornelli a D´Alessio en referencia a Montoto, a quien también se lo vio a los abrazos con Bonadío en un evento de las fundaciones Taeda y Finint.
EMPRESARIO EXITOSO
Carzolo también figura como director suplente en otras empresas. Una de ellas es Transportes Abel Sociedad Anónima Constitución, la cual dedica a la prestación de servicios de estibajes, la carga y descarga en zonas portuarias y no portuarias, aeropuertos, estaciones marítimas, fluviales, terrestres y ferroviarios. También es miembro de Vale Exploración Argentina SA y de Alefede Construcciones SRL.
Ascensores Electro Joule SRL, dedicada a la instalación, reparación y mantenimiento de ascensores, montacargas, monta autos, escaleras mecánicas, rampas, portones levadizos y equipos de bombeo de agua, es otra de las compañías de las cuales forma parte el principal accionista de DANAIDE SA.
Finalmente, como si lo mencionado fuera poco, Carzolo también forma parte de Bayres Trade SRL, empresa que se dedica a la compra, venta, permuta, importación y exportación, fabricación, representación y distribución de sopletes y sus repuestos. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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