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12 de mayo de 2019 | Cultura

Birra y metal

Walter Meza, de Horcas: “No somos una banda que vive el pasado”

Con treinta años encima, el legendario grupo heavy mira hacia delante y lanza dos novedades: una línea de cerveza artesanal y “Gritando verdades”, disco que presentará el sábado próximo en el Teatro de Flores. 

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por:
Juan Provéndola

Fundado en 1988 por Osvaldo Civile (guitarrista del emblemático grupo V8), Horcas supo construir una carrera pródiga de momentos felices pero también de situaciones difíciles. Sin embargo, sus músicos siempre encontraron la forma de sobreponerse para mantener el prestigio de una banda que, finalmente, terminó convirtiéndose en un pilar de la cultura heavy metal argentina.

Pero, a pesar de contar ya con tres décadas en el lomo, el grupo no se queda en los bronces del ayer y sale a la cancha dispuesto a renovar el romance con su gente a través de dos productos igualmente apetecibles: una línea de cervezas artesanales en homenaje a sus treinta años y “Gritando verdades”, décimo disco y primero en ser lanzado de manera independiente. 

“Haber sacado el disco de este modo fue un acto de rebeldía, ya que en el medio el dólar se sometió a vaivenes infernales que cambiaron drásticamente los costos”, asegura el cantante Walter Meza. “Igual encaramos ese desafío con felicidad y estamos muy contentos por el resultado: el disco acaba de ser ternado para los premios Gardel”. El álbum en cuestión será presentado el sábado 18 de mayo en el Teatro de Flores.

RP.- Manejar la rienda comercial de la banda es una decisión política pero desafiante. ¿Cómo se llevan con estas nuevas responsabilidades?

- ¡Creo que muy bien! Son trabajos adicionales pero que nos gustan. Lo cual, además, obligó a profesionalizarnos un poco más y a escalar un peldaño. Ojo: no es que nos faltaron ofertas, porque de hecho la última compañía con la que estábamos nos ofreció seguir. Simplemente preferimos aprovechar nuestros últimos años como músicos de manera independiente para decidir nuestro destino. Ahora, por ejemplo, tenemos que hacernos cargo de la distribución del disco para que esté en todos lados. Y también de su prensa y publicidad. Esas son las partes que debimos aprender de cero. Encontramos como variante de difusión la firma de discos en disquerías. De ese modo entregamos los álbumes con foto, autógrafos y besito, jaja. 

RP- El año pasado hicieron algo valioso y audaz: organizaron una gira por Estados Unidos de manera independiente y artesanal. ¿Qué tal esa experiencia?

Fue la consecuencia de muchos años de trabajo y de tener buena relación con mucha gente. La onda nos la hizo Rata Blanca, una banda que no es terminada de reconocer en Argentina aunque tenga un éxito impresionante en Latinoamérica y un circuito armado en Estados Unidos. La cuestión es que un grupo de fans nos organizó una serie de shows y nosotros agregamos otros. La experiencia más hermosa nos sucedió en el Rainbow, un bar mítico de Los Ángeles donde estuvieron próceres como Led Zeppelin o Mötley Crüe, y en el que prácticamente vivía Lemmy de Motörhead. Fuimos una noche a festejar ahí y nos terminaron invitando tocar. Conocer Estados Unidos fue como estar adentro de una película. ¡Nos sentíamos en Disney! Compramos muchos instrumentos… Y así nos terminamos endeudando: cuando volvimos a Argentina, el dólar empezó a irse a la mismísima mierda. Pero lo disfrutamos mucho. Pocas bandas pueden bancarse una experiencia tan intensa y no volver todos peleados, jaja. 

RP.- El heavy metal argentino va camino a cumplir cuatro décadas. ¿Por qué creés que en nuestro país, a diferencia de otros, caló tan hondo esta cultura?

Porque es resistencia, más allá de que pueda tener mucha convocatoria o poca. Ha tenido años de gran exposición y otros en los que parecía un ghetto, pero siempre fue una cultura combativa que puso en alto ciertos valores que a lo mejor otros estilos no predican, como la amistad, convivencia, el respeto y el honor. Claro que siempre hay excepciones, pero en su esencia se trate de eso. 

El heavy es una forma de vida con una visión crítica y luchadora, aunque no debemos olvidarnos que su razón de ser es la música, y por lo tanto no hay que verlo como algo mesiánico o que te obligue a despreciar a otros géneros. 

RP.- ¿Cómo surgió la idea de hacer una cerveza propia? ¡Es el sueño de todo músico!

Nació como una charla de bar, soñando de cosas que a veces se cumplen y a veces no. Y eso que esta jugada era muy difícil: “Sacar una birra entre la bebida, la lata, la etiqueta y la publicidad sale 50 mil dólares”, nos decían. Parecía inalcanzable… Hasta que encontramos a la gente dispuesta a invertir y a soñar con nosotros para producir cerveza artesanal. A ellos les cerró, y entonces salió. 

Mientras están todos los músicos interesados en hacer vino, nosotros preferimos la cerveza. Es un mimo para nuestros fans. Y un viaje de ida para nosotros: disco, gira, birra. ¿Sabés como vamos a quedar? ¡Jaja! Todo eso nos pone felices porque venimos cosechando muchos años de trabajo, estamos asentados y le seguimos dando contenido a nuestra carrera para que Horcas siga en boca de todos. No nos quedamos recordando solamente el pasado. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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