Atención Ciudadana: No le pagaron el sueldo al personal y se fueron a Londres

La subsecretaría de Atención Ciudadana, dirigida simbólicamente por Juan Pablo Becerra y en la práctica por Guillermo Vallarino es, posiblemente, el organismo más cuestionado de toda la estructura administrativa de la provincia de Buenos Aires. Su mayor logro conocido, hasta ahora, es el haber ploteado de verde el edificio de oficinas que ocupan como un verdadero hito de la democracia moderna.

Según supo REALPOLITIK, los empleados de planta permanente de la subsecretaría se encuentran presos de un curioso calvario laboral, caracterizado por caprichosos traslados y sueldos sin cobrar.

El mecanismo de “búsquedas internas” inaugurado por la subsecretaría de Capital Humano, a cargo de Daniel Maggi, tiene como propósito cubrir vacantes en el Centro de Atención Telefónica 148 (C.A.T. 148). Dicha estructura funciona a requerimiento de la subsecretaría de Atención Ciudadana que, en el intento de mostrar gestión, ordenó una catarata de entrevistas para incorporar personal a los puestos vacíos de los dos pisos equipados con computadoras y ambientación acústica del edificio de la calle 48 entre 1 y 2, envuelto en un mar de sospechas que apuntan a que en realidad se trata de un Troll Center.

Tantos agentes incorporaron, que excedieron el límite que impone el compromiso fiscal al que adhirió la provincia cuando se sumó a la ley 15.017 del Régimen Federal de Responsabilidad Fiscal. Con el presupuesto excedido y cada vez mayores cuestionamientos, Vallarino habría optado por una curiosa maniobra para deshacerse de los empleados de más: Dejar de pagar los sueldos.

De este modo, trabajadores del supuesto Troll Center ya llevan hasta ocho meses sin cobrar, experimentando un perverso juego implementado por el propio Vallarino, con el fin de extenuarlos y obligarlos a irse.

La mayorías de estos agentes, generalmente provenientes del ministerio de Gobierno, tienen su pase en las manos de Joaquín de La Torre, que estaría esperando la orden de Vallarino y los sectores afines a Cambiemos para darle la salida a quienes sobrevivan al perverso esquema.

Mientras esto ocurre, Vallarino se fue 2 meses a Londres, dejando de lado a los “chalecos verdes”, como se conoce a los agentes de Atención Teléfonica, dado que son obligados a vestir los poco agraciados colores luego de una jugosa licitación de uniformes.

Paseos por el Puente de Londres, visitas al Big Ben y mucho tiempo libre, la respuesta de un curioso líder a la angustiosa realidad de sus súbditos. (www.REALPOLITIK.com.ar)  

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