El presidente de la UCR le bajó el pulgar a Macri y comenzó la búsqueda de un plan de emergencia

“Sabía que eras pícaro, pero no tan hijo de puta”, arremetió Carrió.

Massot le replicó montado en cólera: “¿Cómo me dijiste?”.

Carrió repitió: “Hijo de puta”.

Massot: “A mí no me faltes el respeto. Sos una irresponsable, estás destruyendo todo, sos la responsable del desastre de Córdoba”.

La cuestión quedó ahí, gracias a la oportuna intervención de la diputada radical Carla Carrizo, ante la atónita mirada de los diputados peronistas por Mendoza Pedro Rubén Miranda y Omar Félix.

El día anterior, la diputada Carrió había arremetido contra Rogelio Frigerio y Patricia Bullrich, y Marcos Peña debió salir a cruzarla en las redes.

Los episodios protagonizados por Carrió son la expresión del desmoronamiento y creciente disolución de una coalición política que prometió el paraíso y terminó llevando a la Argentina al borde del abismo.

El clima derrotista imperante es tal, que todos pronostican una derrota por paliza en las elecciones nacionales en caso de no implementar cambios drásticos, tanto en las políticas del gobierno nacional cuanto en la composición de la alianza. No hay elemento de juicio racional alguno que permita suponer otro escenario después de los ocho fracasos cosechados en otras tantas elecciones provinciales celebradas hasta ahora.

Del lado del Pro parece no haber plan B, V ni H. Sólo la insistencia en confiar a ciegas en los consejos de Jaime Durán Barba que, a la postre, cuando se observa la película completa, parecen haber terminado siendo más útiles para Cristina Fernández de Kirchner que para Mauricio Macri.

Esta observación no ha escapado de la percepción de un radicalismo mucho más experto en olfatear el clima político y social. Algunos radicales se acercaron a Roberto Lavagna. Otros, los oficialistas que detentan cargos públicos y pretenden renovarlos, fueron operando, de manera larvada, la posibilidad de desplazar a Macri de la candidatura presidencial y de ampliar la alianza para confrontar con el frente ya consolidado entre el PJ nacional y bonaerense y Unidad Ciudadana.

Hasta ahora la cuestión se manejaba con cierta reserva, con trascendidos y puntos suspensivos en las declaraciones. Pero el nivel de descomposición es tal, que el presidente del comité nacional Alfredo Cornejo decidió alzar la voz al ser entrevistado por el periodista Luis Novaresio en la AmCham Summit 2019, que organiza la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina.

“Cambiemos quedó chico y se diluyó su poder político”, disparó Cornejo, para inmediatamente promover una ampliación de la coalición, adoptando otro nombre que no sea Cambiemos, e incluyendo a actores peronistas que han declarado que su límite es la ex presidente, como Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey, y a figuras que mantienen su imagen en la opinión pública, como Martín Lousteau.

“Más Frigerio y menos Durán Barba”, fue la consigna que lanzó Cornejo, ante la mirada atónita de los participantes. La traducción fue “más gestión y menos operaciones mediáticas”. Lapidario.

Cornejo no le cerró la puerta en el nuevo armado ni al Pro ni al presidente Macri. Cuando Novaresio le preguntó si, a su juicio, la candidata podría ser María Eugenia Vidal, respondió sin medias tintas: “Por supuesto y tantos otros. Una PASO que puede ser Macri compitiendo contra otra figura es una opción, que podría ser un plan A. Por qué no competir en un frente amplio”.

El presidente de la UCR agregó que “el próximo gobierno debe realizar reformas impositiva, previsional y laboral. Tras una elección tan dividida, no se pueden llevar a cabo esas reformas. Se requiere un alto consenso”.

“Cambiemos solo no puede, se necesita un poder político mayor al que logró construir Macri. Hay que ampliarlo a otras figuras en un programa similar al de 2015”. Y ahí lanzó el garrotazo a Marcos Peña: “Tenemos que buscar un jefe de Gabinete que sea apoyado por el Congreso para las reformas de economía que requieren un sólido poder político”.

Las declaraciones de Cornejo son la consecuencia directa de la drástica derrota recibida en Córdoba a manos de Juan Schiaretti y de la foto de Cristina Fernández de Kirchner con el PJ nacional, ampliamente difundida por los medios. Quedan pocos días antes de la convención nacional de la UCR, y el radicalismo se encuentra desconcertado respecto de la decisión más conveniente a adoptar. Cornejo parece haber lanzado con claridad su propuesta.

Sin embargo, la propuesta de Cornejo de armar un amplio arco que incluya a todos los que se oponen a la posibilidad de que la ex presidente pueda acceder a un tercer período presidencial parece excesivamente reduccionista e ignora datos básicos de la realidad. Tanto Juan Manuel Urtubey como Roberto Lavagna han puntualizado reiteradamente que, si bien no acordarían con Cristina, tampoco lo harían con Mauricio Macri. Sergio Massa ha sido mucho más crítico aún con el gobierno nacional, y continúa sus tratativas con el cristinismo. Y Juan Schiaretti ha proclamado su pertenencia a Alternativa Federal, un peronismo republicano, plural y democrático.

En síntesis, Cornejo fijó posición en la interna de Cambiemos, de cara a la convención nacional partidaria. Pero para cerrar la coalición que postula, debería excluir a una serie de actores, que incluyen no sólo a Durán Barba y a Marcos Peña, sino también a “Lilita” Carrió y al Pro. Aunque dentro del oficialismo actual algunos nombres podrían ser recibidos con agrado. (www.REALPOLITIK.com.ar)

APOYÁ A
REALPOLITIK

Periodismo independiente.
Información sin censura.

COLABORÁ DESDE $290 POR MES

COMENTÁ / VER COMENTARIOS