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Chizzo: “El Che fue el último romántico del siglo XX”
En la ceremonia previa de los premios Gardel, Benito Cerati y Eruca Sativa versionaron “El hombre de la estrella” de La Renga. El cantante de la banda de Mataderos había detallado las motivaciones de esa canción en una vieja entrevista que REALPOLITIK ahora reflota.
“Las letras de La Renga hablan de algo social, pero mezclado con el sentimiento de uno y con lo que se vive cotidianamente”. Así explicaba el cantante y guitarrista Chizzo Nápoli su poesía en una entrevista que le concedió luego de la salida de “Detonador de sueños” (sexto disco de la banda) a Si se calla el cantor, revista independiente de rock argentino que se editó entre 2001 y 2006.
Esquiva a los medios de comunicación mainstream, La Renga suele hablar poco y nada más allá de sus canciones y de sus shows. Pero en aquella ocasión hizo una pequeña excepción a la regla para darle entrevistas a distintos medios alternativos que por entonces circulaban en ámbitos como, por ejemplo, tiendas de música o rockerías del conurbano bonaerense.
El reportaje circuló en ámbitos under hasta que la edición se agotó y nunca más pudo conseguirse. Quince años después REALPOLITIK rescata este interesante intercambio en el que Chizzo -como pocas veces- habló de la influencia social y política que tiene su obra.
“Nosotros no militamos ni tocamos para ningún partido político. Las letras tratan de denunciar lo que le pasa al ser humano común más allá de que milite en un partido o no”, aclaró Nápoli. Y, en ese sentido, el músico mencionó como ejemplo “El hombre de la estrella”, canción dedicada al Che Guevara que salió en el cuarto disco de la banda, titulado con el mismo nombre del grupo y cuyo arte de tapa tiene justamente una estrella blanca sobre un fondo negro. El tema en cuestión alcanzó nueva circulación gracias a una particular versión que recientemente hicieron Benito Cerati (hijo de Gustavo) y Eruca Sativa en la última ceremonia de nominaciones de los premios Gardel.
“Más allá de si era comunista, para mí el Che fue el último guerrero del siglo XX. Y también el último romántico, porque tenía toda esa rebeldía que lo llevó a ir más allá de toda postura política. Es más: el mismo partido por el que dio la vida fue el que lo abandonó en la selva de Bolivia. Se trata de una imagen y un espíritu de libertad que cada uno lo puede interpretar cómo quiera”, opinó el Chizzo en esa entrevista a la revista Si se calla el cantor.
“Para mí fue un tipo valiente que, dentro de las posibilidades humanas que un hombre pueda tener, eligió esa: la de ser guerrillero. Y eso me pareció alucinante, porque se jugó por gente humilde que necesitaba ser liberada de una opresión. Me gusta mucho la historia de él, desde que parte de acá en moto y hace todo ese viaje por América Latina siendo apenas un estudiante de medicina. Fue realmente una locura la vida que él flasheó”, continuó Nápoli, quien además es fanático de las motos y suele hacer largos viajes por las rutas argentinas.
“Entiendo que para muchos fue aberrante lo que hizo, pero él lo canalizó por ese lado. Yo me lo imagino como aquellos grandes guerreros que hubo en otras civilizaciones, donde se combatía cara a cara en el campo de batalla. Es decir: nada de estar viendo cómo hacerle la cama a uno o cagar a otro, sino ir de frente”, continuó.
En esa entrevista, Chizzo también habló sobre el grupo de trabajo conformado por viejos amigos del barrio de Mataderos (“los mismos de siempre”), la negativa a grabar un disco acústico (ofrecimiento que le hicieron a La Renga en pleno furor de los Unplugged de MTV) y los obstáculos que ya en ese entonces le imponían a la banda para tocar en Buenos Aires.
“Nuestro último disco (N: en alusión a “Detonador de sueños”) tiene letras sociales, aunque no son tan directas como las de Las Manos de Filippi o de bandas más netamente políticas”, prosiguió Nápoli, quien entonces observó que “tanto en Argentina como en el mundo este último tiempo fue muy violento, y ese es el contexto en el que fueron influenciadas nuestras letras”.
Finalmente, consultado sobre cómo maneja el impacto y la influencia que pueden tener sus canciones en la numerosa cantidad de seguidores de la banda, Chizzo fue sincero: “Cuando me siento a escribir una letra es porque algo me viene, baja con una melodía, la anoto y la grabo con lo que tenga a mano. Después lo voy armonizando con la viola hasta que lo llevo a la sala y lo ensayamos con los chicos. No hay un método de trabajo o una conciencia de escribir para esto o para lo otro. Es algo que baja. Y si en algún momento deja de bajar… no sé que podrá pasar”. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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