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13 de junio de 2019 | Campo

Contradicciones e intereses

A pesar del enfrentamiento por “la 125”, el establishment del campo apoyó a Pichetto

Con las fórmulas presidenciales ya definidas, el sector agropecuario argentino tiene una opinión formada sobre quienes se presentarán en las próximas elecciones presidenciales del mes de octubre.

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Como era de esperar, la fórmula compuesta por Alberto Fernández como presidente y Cristina Fernández como vice ha generado un fuerte rechazo en el campo. Cuando se conoció este principio de unidad en el peronismo, la dirigencia rural fue tajante y se alineó tras el concepto de “no volver al populismo”.

Las entidades gremiales del campo no olvidan el conflicto de la 125, cuando en 2008 la entonces presidenta Cristina Fernández buscó implementar un esquema de retenciones móviles al cultivo de soja. Fueron cuatro meses de una disputa que excedió el ámbito agropecuario y generó una fuerte división entre campo y gobierno, con un doble efecto político: generó un duro desgaste en el oficialismo y a su vez representó el desembarco en la arena política de un grupo de dirigentes agropecuarios.

Una gran mayoría del campo no perdona al kirchnerismo y en el afán de impedir su retorno, depositarán su voto una vez más en el macrismo, tras el fuerte respaldo en las presidenciales de 2015 y las legislativas del año pasado. “Estamos mal económicamente, pero en lo institucional vamos bien”, reconoce por lo bajo más de un dirigente de primera línea.

Esta obsesión por impedir la vuelta del peronismo es el único sostén del oficialismo con el agro. Durante su gestión, el presidente Mauricio Macri incumplió sus principales promesas en materia de políticas agropecuarias.

Así, la producción agroindustrial paga derechos de exportación y además se encuentra asfixiada por la elevada presión impositiva; degradaron el ministerio de Agroindustria al rango de secretaría y su titular Luis Miguel Etchevehere perdió poder de decisión, al quedar subordinado al ministro de Producción, Dante Sica. También fallaron en crear estrategias efectivas de comercio exterior, más allá del discurso que pretende instalar el macrismo de Argentina como “supermercado del mundo”.

La Federación Agraria Argentina constituye una excepción a este rechazo generalizado hacia el binomio Fernández. Si bien critican algunas políticas agropecuarias aplicadas por CFK durante su segundo mandato, prefieren esperar las propuestas de los candidatos presidenciales. El ex presidente  de los federados, Eduardo Buzzi se pronunció a favor de la fórmula peronista y remarcó que Alberto Fernández es un personaje muy importante para esta etapa de la Argentina.

La fórmula que busca la reelección de Macri secundado por el peronista Miguel Piccheto fue aceptada por el establishment agropecuario, pero más por resignación que por convicción. Que un peronista secunde a Macri es un trago difícil de digerir para los ruralistas, pero muestran displicina partidaria y aceptan al candidato a vice. No los une el amor, sino el espanto: apoyan a un vicepresidente que durante el conflicto por las retenciones jugó a favor de la “125”.

Un ejemplo de este panorama son las declaraciones radiales del pampeano Ulises Forte, actual presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) y diputado nacional por el radicalismo entre los años 2009 y 2013. “Fue una jugada fuerte, pero yo soy radical y la Convención de Parque Norte pidió la ampliación de Cambiemos", reconoció sobre la designación de Pichetto.

De esta manera y a la espera de propuestas en materia de políticas agroindustriales, la dirigencia rural argentina dejó bien claras cuáles son sus preferencias políticas.  (www.REALPOLITIK.com.ar)


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