San Luis: Adolfo y Alberto compiten entre sí y crece la expectativa de Claudio Poggi

Entre sus consejos y reflexiones más populares se rescata aquel que rezaba: “Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera, tengan unión verdadera, en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera”.

Hasta hace un par de años, los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá habían seguido a rajatabla la sugerencia de Hernández. Pero entonces, sorpresivamente, algo se quebró. Se iniciaron las declaraciones cruzadas, las descalificaciones y las agresiones del Adolfo. Muchos creyeron que el agua no llegaría al río. Otros, incluso, afirmaban que no era mucho más que un ejercicio de marketing político económico. Pero no: llegaron las elecciones, y el Alberto y el Adolfo –tal como se los conoce en su provincia- terminarán confrontando por la gobernación de San Luis. 

El Alberto cerró su campaña con un discurso esperanzador, destacando el papel que ya viene asignándoles a los jóvenes en su gestión y las brillantes perspectivas que imagina para lo que sería su cuarto mandato: “Siento una enorme alegría de que va llegando la fecha de la elección. El domingo va a nacer una nueva provincia. Esta campaña es de los jóvenes, de las mujeres. Estamos haciendo esta campaña con certeza y seguridad y los del peronismo histórico acompañamos con orgullo esta enorme renovación. Esta campaña es con alegría, en paz, con humildad y respeto”. 

“Nosotros conocemos que cuando hay una crisis, siempre estamos al lado de los humildes. Estamos hermanados en los sueños y en las certezas. Frente al hambre ahí está nuestro plan de inclusión, nuestras becas, el plan Empezar, nuestra ayuda a los comerciantes, a los taxis. Llenamos de optimismo y esperanza a nuestro pueblo”.

Las políticas anticíclicas y protectoras de la capacidad de compra del salario, implementadas durante su presente gestión, autorizan a afirmar que sabe muy bien de lo que habla. La acción gubernamental ha demostrado una eficacia llamativa para colocar a la sociedad puntana razonablemente a salvo de la crisis económica desatada durante el gobierno de Cambiemos. 

El Adolfo, convertido en agresivo fiscal de la acción de su hermano, centró su campaña en esas críticas, adoptando un discurso conservador, sobre todo en lo referido a su posición frente a la cuestión del aborto, donde asumió un tono militante a través de la campaña “defender la vida”. En caso de una victoria, accedería a la gobernación por sexta vez. 

El Adolfo realizó sus promesas electorales, no exentas de una crítica tácita a la gestión de su hermano: “Desarrollaré una nueva promoción industrial, que será la segunda parte de lo que hice desde 1983 al 2001, cuando dejé una provincia con pleno empleo viviendas y un modelo de administración, que con el correr de los años se fue deteriorando”. También prometió revisar los niveles salariales, “incluyendo la meritocracia de acuerdo al rendimiento y la capacitación”. Con la frase “¡Soy el Adolfo y sí, cumplo!”, concluyó su encendida argumentación. 

La fractura entre los hermanos Rodríguez Saá ha generado expectativas en el tercer contendiente, Claudio Poggi, quien cerró su campaña con una caravana por la ciudad capital, acompañado por su candidato a vice, el intendente de la ciudad de San Luis, Enrique Ponce. 

Poggi fue gobernador de la provincia durante un mandato, entre 2011 y 2015, con el respaldo de sus actuales contendientes. Su gestión es valorada por sus realizaciones, aunque le valió la enemistad de los hermanos ahora enfrentados. A partir de entonces, se alineó con Cambiemos a nivel nacional, e incluso llegó a imponerse en las PASO de 2017, aunque ese resultado fue revertido en las elecciones generales.

En su entorno confían que cuentan con encuestas sumamente auspiciosas, y sostienen que la pelea entre el Alberto y el Adolfo abre grandes posibilidades de alzarse con la victoria. 

Este domingo sabremos si la sentencia de José Hernández vuele a confirmarse, o si será desmentida por la voluntad del pueblo puntano. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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