Juntos por el espanto: Peña y Vidal se amigaron para hacerle frente a Pichetto

De Miguel Pichetto no se esperaban votos, sino que aportara a la gobernabilidad -ahora desde adentro- hasta la finalización del mandato presidencial de Mauricio Macri, que contuviera los temores de los mercados y del poder financiero, y que insuflara nuevos aires a un ala política a la que el gobierno debe su estabilidad, aunque pocos dentro del círculo selecto de Macri están dispuestos a reconocerlo.

Pichetto aportó al gobierno nuevas energías, auspició la caída del riesgo país y la suba de las acciones argentinas en Wall Street. El FMI y la liquidación de divisas de los exportadores garantizaron -aunque sea provisoriamente- un cierto descenso de la cotización del dólar, y los números de Mauricio Macri experimentaron una mejoría, por primera vez después de largos meses. 

Sin embargo, los excelentes resultados iniciales provocaron cierta preocupación dentro de los sectores Pro puros del gobierno. No les cayó bien que el senador participara activamente de la reunión de gabinete ampliada, mucho menos que solicitara informes sobre algunas áreas específicas y el broche de oro lo aportó el almuerzo de bienvenida que le ofrecieron peronistas relevantes dentro de Cambiemos, y que concluyó con la entonación de la marcha peronista con la voz de Hugo del Carril. 

La consecuencia fue que el eje Marcos Peña – María Eugenia Vidal depusiera sus diferencias tradicionales para excluir a Emilio Monzó, Rogelio Frigerio y a sus respectivos círculos de las listas electorales, y asignaran una participación prácticamente nula a Pichetto en la discusión de las candidaturas. Esta jugada, considerada exitosa por sus gestores, inmediatamente recibió la respuesta inmediata de los mercados: este lunes las acciones argentinas en el exterior cayeron y el riesgo país se incrementó. De un plumazo, las garantías sobre un incremento de la gobernabilidad en el marco de una eventual reelección de Mauricio Macri parecían diluirse, con el golpe brutal descargada sobre el ala política. 

Lejos de experimentar el golpe, Pichetto continuó con su paciente acción de acercamiento de referentes y agrupaciones al espacio de Juntos Somos el Cambio. La primera visita, este mismo lunes, fue a la provincia de Córdoba, donde lo recibió el gobernador Juan Schiaretti, quien desde la campaña electoral de 2015 se ha constituido en otro de los principales artífices de la gobernabilidad para Cambiemos. El gesto político fue muy claro, ya que, si bien dejó en libertad de acción a sus votantes en la carrera presidencial, queda claro que Schiaretti lejos está de respaldar la candidatura Fernández - Fernández. Bajo la consigna del provincialismo, marchará con boleta corta y con candidatos propios para el Senado y la Cámara de Diputados. 

La agenda de Pichetto, en los próximos días, incluye la reunión con otros espacios y dirigentes políticos provinciales, a los fines de incrementar la trama política de Juntos por el Cambio. No la tiene fácil, ya que no quedan candidaturas por discutir y no siempre la mesa chica del Pro aporta señales positivas de bienvenida. También ha quedado flotando en el aire el interrogante sobre el rumbo político que tomarán Monzó y Frigerio de aquí en adelante. 

Pero Pichetto se muestra confiado de la tarea emprendida. Y este lunes, los mercados le han ofrecido una señal ineludible de su respaldo. Algo que, en el universo de Juntos Somos el Cambio, no resulta una cuestión accesoria. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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