Jueves 25.04.2024 | Whatsapp: (221) 5710138
29 de junio de 2019 | Séptimo Arte

Investigación hecha ficción

Susan Orlean: “Con los años me fui volviendo buena en distinguir dónde hay una buena historia”

Susan Orlean trabaja hace años para la revista The New Yorker y ha logrado que varios de sus artículos se conviertan en libros o películas. El caso emblemático es el de “El ladrón de orquídeas”, cinta del 2002 protagonizada por Nicolas Cage, Meryl Streep y Chris Cooper.

facebook sharing buttonCompartir
twitter sharing button Twittear
whatsapp sharing buttonCompartir
telegram sharing buttonCompartir
print sharing buttonImpresión
gmail sharing buttonCorreo electrónico

por:
Federico Carestia

El sueño de todo periodista de la vieja escuela, de esos que levantan hasta la piedra más chiquita para chequear o encontrar un dato, es el de llevar sus escritos a un libro. Para algunos, el anhelo va todavía más allá, y piensan en transformar sus artículos en series o películas. Así fue para Susan Orlean, quien hace años se dedica al periodismo de investigación y publica en The New Yorker. Con varios proyectos en su currículum transformados en ficción, el caso emblemático fue el de “El ladrón de orquídeas”, una nota suya que fue llevada al cine y protagonizada por Meryl StreepNicolas Cage y Chris Cooper, quien se terminó quedando con un Óscar gracias a su papel.

"Tengo contrato con The New Yorker y el 90 por ciento de las cosas que hago son para ellos. Propongo ideas y si les gustan, me asignan un presupuesto para que viaje. Nunca viajo a un lugar sin saber a dónde voy a vender la historia de antemano", aseguró Orlean a REALPOLITIK. Para ella, el placer está en los viajes, y según contó, hay dos tipos de proyectos que la suelen tentar: "Por un lado, me encanta encontrar una subcultura que no sabía ni que existía. Me fascina conocer ese mundo, incluso cuando hay veces en las que ni siquiera tengo que viajar a la otra punta del mundo. Por otro lado, me pasa con cosas que siento que conozco completamente, pero cuando me pongo a pensar, en realidad no sé tanto, porque nunca las exploré. En ambos casos, me gusta aprender". Para todas estas cuestiones, la periodista de 63 años sostuvo que tiene un instinto para encontrar sus investigaciones: "Creo que con los años me fui volviendo buena en distinguir dónde hay una buena historia".

A continuación, la entrevista completa.

RP.- ¿Qué importa más para vos, la información cruda o una anécdota?

Creo que tiene que haber un poco de las dos. No alcanza hacer una historia si sólo son datos, tiene que haber cierta narrativa, una historia que te den ganas de contar. Por lo general, es una persona o una situación que hace interesante contar esos datos. Tiene que haber algo más, porque necesito que haya un principio, un nudo y un desenlace.

RP.- Tenés un montón de libros y películas.¿Es una meta para vos escribir y pensar si puede ser una ficción?

Creo que no lo hago a propósito. Pienso en si las cosas funcionan para una revista, pero si se transforman en un libro, genial. Por lo general, me doy cuenta a mitad de camino si pueden ser una película o no. Son cosas diferentes, si pensás mucho en cuál va a ser su próxima versión, te perdés la oportunidad de escribir una buena historia. Creo que me doy cuenta cuando leo un artículo y el periodista estaba muy enfocado en que se transforme en una película.

RP.- ¿Alguna vez pensaste hacer el proceso inverso e iniciar una investigación a partir de un libro o una película?

La verdad que no. Puede pasar, pero nunca me salió. Por lo general tiendo a inspirarme por leer una historia en un diario que quiero expandir, o algo con lo que me cruzo. 

RP.- Así fue con “El ladrón de orquídeas”. ¿Cómo fue el proceso hasta que se convirtió en película?

Alguien dejó un diario en un avión, lo leí y había un artículo en el que hablaban del robo de orquídeas. Me pareció interesante y le dije a mi editora que no sabía qué pasaba pero que sonaba como una historia interesante. Me aprobó la historia y de inmediato sentí que estaba ante algo raro, no era típico. Toda la gente involucrada era muy rara, extrema, muy comprometida con esa pasión.

Cuando casi terminaba la historia, me di cuenta que tenía que ser un libro, quería escribir más sobre el mundo que estaba descubriendo. Al mismo tiempo un productor había propuesto la historia de The New Yorker para hacer una película, pero les dije que me tenían que esperar, porque quería terminar el libro, y lo hicieron. Pero mientras escribía el libro, no entendía cómo iban a hacer la película. Contrataron a Charlie Kauffman y terminó experimentando lo que me imaginaba, porque no es una historia típica de Hollywood: no hay un gran crimen, accidentes de autos, asesinatos, nada. Irónicamente, hizo la versión que vimos. Fue un viaje muy interesante, no hubiera soñado una adaptación tan brillante. Era muy fiel al libro, no literalmente, sino artísticamente.

RP.- ¿Cómo reaccionaste cuando leíste el guión por primera vez y viste que eras un personaje de la película?

La primera vez que lo vi, llamé a mi representante para decirle que había algo raro, que no se suponía que fuera una película sobre mí. Me negué a que estuviera mi nombre. Pasé mucho tiempo con Spike Jonze (el director), horas y horas de entrevistas.

RP.- ¿Te gustó lo que viste de tu personaje?

Al principio me incomodaba ver a alguien decir mi nombre y hacer de mí, fue raro. Algunas cosas eran ficción, parte de la imaginación del guionista. Fue surrealista. Vi la película un montón de veces y todavía no dejo de pensar que es muy extraño. Después de verla tanto pude disfrutarla como film, y es una película que cuantas más veces la ves, mejor. Es muy sutil y sofisticado. 

RP.- ¿Cómo fue para vos que te interpretara Meryl Streep?

Una locura. Ahí fue cuando me di cuenta que iba a ser una buena película, porque estaba preocupada, no quería ser un personaje. Ella estuvo genial, no me estaba imitando, hizo un gran personaje y fue un rol muy importante para ella, la gente empezó a verla de otra forma desde ese momento.

RP.- Chris Cooper hizo un gran trabajo, y terminó ganando un Oscar...

Era increíble, incluso fue raro para el verdadero John Larroche, que vio a alguien interpretándolo con tanta precisión. Chris Cooper se transformó en ese hombre, me encanta que haya ganado el Oscar, fue una gran interpretación. Tenía esa energía extraña que caracterizaba a Larroche, que te vuelve loco, con ese carisma raro, encantador. Era una persona loca y Chris capturó eso.

RP.- ¿Hablaste sobre la película con Larroche?

Sí, lo vi en la premiere y le gustó. Fue una experiencia tan intensa para él como para mí, aunque para él todavía más porque Chris se parecía a él. Fue un poco raro, pero al final se quedó contento y la disfrutó. Fue una gran experiencia para todos nosotros. La gente que trabajó en la película estaba muy compenetrada en hacer algo bueno.

RP.- El gran dilema de la película es saber si la periodista va a encontrar una orquídea o no. ¿Pudiste ver una de esas flores cuando hiciste el viaje original?

Nunca vi una. Fui un montón de veces a los pantanos, era un poco intenso, fui con Larroche, que me prometió ver una orquídea fantasma que nunca vi. Para cuando estaba terminando el libro me di cuenta que no importaba porque se trataba de la búsqueda y no de encontrarla.

RP.- ¿Tenés más historias en proceso de adaptación?

Tengo tres en desarrollo: una sobre un grupo de chicas llamado The Shags, otra llamada Little Wings sobre una chica que cría palomas, y otro libro que todavía no salió y va a ser una serie. Es divertido ver que esto está pasando. No escribo con eso en mente pero es genial pase. Soy afortunada. 

RP.- En el medio, la cultura del papel cambia y ya no se imprime tanto. ¿Cómo te hace sentir?

Mientras sigan leyendo, por más que sea distinto, acepto la forma en la que lo estén leyendo, ya sea con un teléfono o si te implantan un chip en la cabeza. Mientras las leas, perfecto. Es muy difícil vivir de la escritura, pero creo que la gente lee lo mismo o más que antes, están todo el tiempo leyendo en una computadora. Es distinto porque quieren cosas más cortas.

RP.- ¿Esto influye en la forma que escribís?

Estoy al tanto de que la gente está más dispuesta a leer cosas cortas, pero no cambio la forma en la que escribo, sino que siento que tengo que escribir mejor. Hacer que la gente sienta que vale la pena leer mi historia por más que sea larga. (www.REALPOLITIK.com.ar) 


¿Qué te parece esta nota?

COMENTÁ / VER COMENTARIOS

¡Escuchá Radio Realpolitik FM en vivo!