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14 de julio de 2019 | Campo

Sincericidio

“En comparación a la nafta o al helado, el precio de la carne no está mal”, señalaron desde la CRA

El titular de la entidad, Dardo Chiesa, afirmó que en comparación a un kilo de helado o a un litro de nafta, la carne no es cara. Mientras tanto, el consumo en Argentina registra las cifras más bajas de los últimos diez años.

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Uno de los sellos distintivos de Cambiemos y sus aliados en el poder son los brutales “sincericidios” frente a la opinión pública. Desde su llegada al poder, funcionarios de distintos niveles y dirigentes de diversos ámbitos afines al oficialismo han protagonizado exabruptos que permiten ver el verdadero pensamiento de los encargados de gestionar la política argentina.

El último de estos sinceramientos brutales estuvo a cargo del presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Dardo Chiesa. En una entrevista radial, el ruralista sostuvo sin ruborizarse que “los argentinos siempre quieren comer carne y que esté barata, pero hay que dejar de consumir algunas cosas”.

Para justificar esta idea y pese a reconocer que en muchos casos el valor de los cortes de carne bovina son “inaccesibles” para un amplio sector de la población, estimó que en comparación a la nafta o a un kilo de helado “el precio no está mal”.

El negocio de la carne presenta una dualidad cada vez más evidente. Por un lado, las exportaciones no paran de crecer, con China como destino excluyente. Para tomar dimensión de este fenómeno, de cada cuatro kilos vendidos al exterior, tres tienen como destino la mesa de los chinos. Esta situación, si bien representa un negocio interesante, presenta algunas aristas que preocupan.

La principal categoría que se comercializa con el gigante asiático es la vaca, que si bien en relación a otros cortes de mayor calidad se vende a menor precio, en cierta manera compensa por la cantidad vendida. Pero los especialistas del sector han empezado a remarcar que se debe prestar atención a la elevada faena de hembras, que el próximo año podría reflejarse en una caída de la producción de terneros.

En materia de comercio exterior, la carne también formó parte de las conversaciones a la hora de negociar el acuerdo comercial entre los bloques del MERCOSUR y la Unión Europea. Con respecto a los resultados finales para la industria frigorífica argentina, Chiesa se mostró disconforme. “La negociación no fue buena. Nosotros pedimos 350 mil toneladas de res con hueso, que era el 5 por ciento de consumo de carne de Europa. Terminamos en 99 mil y dividido cuatro países”, advirtió.

Como contrapartida, en el mercado interno la situación dista de ser la ideal. La caída en el consumo es sostenida y según estadísticas privadas se ubica sobre los 50 kilos anuales por habitante, una de las cifras más bajas de la última década. En paralelo, los precios de venta al público no bajan en el mostrador.

Con un poder adquisitivo erosionado por la inflación, los consumidores optan por otras carnes, como la de pollo o cerdo, que también han sufrido fuertes aumentos. En este contexto, una parte de la dirigencia rural estima que la mejor opción es exportar toda la carne bovina posible y que aquellos que no pueden pagarla, o que bien exploren otras alternativas o directamente no coman. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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