¿Qué hacer con Vaca Muerta? Sin acuerdo en el Frente por Todos

Por supuesto que no deben descartarse acuerdos y negociaciones puntuales al momento de definir políticas o impulsar proyectos legislativos, pero, al menos por ahora, no se trata de una coalición de gobierno.

Esta elemental definición permite entender por qué coexisten diversos equipos que asesoran a los candidatos, los que, a menudo, manifiestan disidencias marcadas tanto en lo referido a las estrategias de campaña como a las problemáticas que se abordan, e, incluso, a la manera de afrontar esos desafíos.

El problema es que las discusiones y enfrentamientos internos, así como la adjetivación que se dedican mutuamente algunos referentes, podría ser tomado como una señal de cierta inconsistencia que no resulte grata al elector indeciso. Esta situación se la han transmitido gobernadores e intendentes a Alberto Fernández, quien trató de poner paños fríos y de racionalizar el frente interno, aunque todavía esos esfuerzos no parecen haber alcanzado los resultados esperados.

El clivaje de esta profunda divergencia interna se reproduce en uno de los emprendimientos al que todos coinciden en asignar un papel estratégico en los próximos años: el yacimiento de Vaca Muerta. Sin embargo, más allá de esta caracterización común, las recetas para su explotación varían diametralmente, generando nuevas rispideces que no resultan apropiadas a tres semanas de las PASO.

Las posiciones, sintéticamente, son dos. Del lado del ultrakirchnerismo se apunta a desdolarizar las tarifas energéticas, volcar la producción sobre el mercado interno para reactivarlo a través de una baja en los precios de la energía y abrir el juego a las empresas chinas y rusas para potenciar su explotación. Del lado más liberal o pro-mercado, se considera que sería mejor realizar una fuerte convocatoria a inversores privados para que el país se convierta en exportador de energía, y esperan que los ingresos producidos equiparen a los del agro. Dos maneras de resolución del problema que responden a dos proyectos claramente diferenciados.  

Unas semanas atrás, Guillermo Nielsen, por entonces el principal referente económico de Alberto Fernández, presentó en el Congreso de IDEA realizado en Neuquén su proyecto, consistente en colocar a “Vaca Muerta y otras formaciones no convencionales en pie de igualdad tributaria y regulatoria con Permian y con Marcellus, las dos grandes formaciones no convencionales de Estados Unidos". La propuesta fue celebrada por los asistentes con entusiasmo.

Sin embargo, sus críticas sin anestesia a Axel Kicillof obligaron al candidato presidencial a relativizar la influencia de Nielsen, a punto tal que su nombre suena ahora para hacerse cargo de la Cancillería. Inmediatamente se potenció la figura de Matías Kulfas –economista integrante del Grupo Callao- como probable ministro de la Producción en caso de una victoria de la fórmula Fernández - Fernández. Kulfas realizó en 2016 una crítica muy similar a la de Nielsen sobre los méritos y consistencia del ex ministro de Economía, pero tuvo el tacto de no repetirla en plena campaña electoral. De todos modos, el equipo de Kulfas coincide en el plan presentado por Nielsen a los empresarios, y su equipo está armando un plan que aspira a que el yacimiento consiga exportar alrededor de 40.000 millones de dólares para 2023.

En la vereda de enfrente del Frente con Todos, el principal referente de Cristina Fernández de Kirchner es Federico Bernal, quien asegura que la prioridad deberá ser el privilegio del mercado interno por sobre las exportaciones, que "sólo deben permitirse en caso de que haya excedentes, con un precio diferencial, bajo el compromiso de reposición de reservas y aportando a un fideicomiso que permita realizar la infraestructura faltante".

Para Bernal debe aspirarse a alcanzar el "desarrollo nacional con equidad social y fuerte industrialización", y lo justifica del siguiente modo: "Si tu producción se enfoca en el mercado externo, el precio local queda igualado al internacional como le pasó a Australia y resulta impagable. Por eso nosotros decimos que Vaca Muerta puede ser una generadora de divisas, pero no es seguro que pase en esta década, ya que la prioridad es ampliar el servicio de gas a los 5 millones de argentinos que hoy están afuera".

Dos miradas, dos proyectos, un único frente electoral. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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