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8 de agosto de 2019 | Nacionales

A horas de las PASO

Cierres de campaña. ¿Reconciliación nacional o profundización de la grieta?

Este miércoles tuvieron lugar dos cierres de campaña: el del presidente Mauricio Macri en Córdoba y el del Frente de Todos en Rosario. En las próximas horas, Alberto Fernández hará su último intento para seducir al electorado cordobés, en tanto que la cúpula de Juntos por el Cambio hará su cierre definitivo en Vicente López. 

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por:
Alberto Lettieri

Mauricio Macri no sorprendió. Siguió en la línea de las exclamaciones, los exabruptos y el voluntarismo, descargando descalificaciones sobre la oposición y también epítetos agraviantes. La línea argumental que le marcó Jaime Durán Barba apuesta a la profundización de la grieta, la demonización del pasado y a la proposición de un futuro sin arriesgar argumentos. Y, por supuesto, a evitar cualquier referencia a las grave crisis económica y social. 

¿Será el discurso que mejor sintoniza con las expectativas de la mayoría de los argentinos?

Luego de reconocerse como “cordobés por adopción”, Macri concluyó su intervención ante la acotada y escogida audiencia que acudió al acto con un ruego: "Les quiero pedir, queridos cordobeses, que este domingo 11 de agosto nos acompañen con su voto para que sigamos adelante, para que demostremos que los argentinos juntos somos imparables, ¡imparables! Por eso les pido, ¡vamos Córdoba, vamos Argentina! Y lo vamos a hacer por nuestros hijos, por nuestros nietos, por nosotros mismos y porque amamos este país. Porque es nuestro país. ¡Vamos Córdoba, vamos Argentina!" 

No muy lejos de allí, en la vecina provincia de Santa Fe, tuvo su cierre el Frente de Todos. El monumento a la Bandera fue el escenario de una verdadera fiesta popular y multitudinaria, bajo el cielo rosarino. Los actos fueron sensiblemente diferentes. No sólo por las características de la audiencia, sino por el tono que primó en cada acto. Lejos de apelar a la grieta, la propuesta del Frente de Todos se centró en la necesidad de la reconciliación de los argentinos. La apelación al pasado estuvo ausente: sólo se invitó a construir el futuro de manera compartida. Sólo se recordó al pasado para reconocer errores, como cuando Cristina reconoció su error al apostar a la división, y Alberto aceptó que la política los había separado, pero que, tras la reconciliación entre viejos amigos, eso no volvería a repetirse. "Nunca más me voy a pelear con Cristina porque vamos a hacer la Argentina que todos merecen”, prometió.

A excepción de Schiaretti y Urtubey, el resto de los gobernadores peronistas o filo peronistas estuvieron presentes. Previamente, firmaron un compromiso federal de tres puntos con Alberto Fernández. No faltó Sergio Massa, ni multitud de legisladores, concejales e intendentes. Por sobre algunas pancartas infaltables, primaron las banderas argentinas entre una audiencia, en su mayoría no encuadrada. 

Primero fue el turno de Cristina, que aseguró que “Lo que viene no es nada fácil”. “No podemos imaginarnos otros cuatro años más de esta política. Quiero que la gente vuelva a tener trabajo y que los pibes vayan al colegio a estudiar, no a comer".

También exigió poner fin a la grieta y les solicitó a los presentes que “no peleen" y "hablen con los vecinos y amigos", para convencerlos de que ésta es la mejor opción. Cuando los presentes comenzaron a corear el clásico “Mauricio Macri….”, Cristina no les permitió continuar: "No, no, no. Están esperando eso para seguir dividiéndonos a los argentinos. No les demos el gusto”.

Como cierre, afirmó:  “La tarea de todos nosotros debe ser hablar, persuadir y seguir construyendo. Los argentinos necesitamos imperiosamente otro gobierno a partir del 10 de diciembre. Necesitamos que haya otro gobierno en Argentina y ese tiene que ser con Alberto presidente"

Educación, salud, trabajo, producción, protección de los trabajadores, de los jubilados, de las mujeres. La tolerancia y la reconciliación fueron la clave. "Vamos a ser nosotros los que recuperemos las fábricas, los que volvamos a encender las maquinarias y los que volvamos a dar trabajo”, anticipó Alberto Férnandez, en el inicio de su alocución.

“Nos dejan 11.000 millones de dólares de reservas reales y una moneda devaluada un 300 por ciento”, denunció. “Nosotros ya salimos de este laberinto y lo hicimos por la dignidad del pueblo argentino”.

Frente a una audiencia que insistía en sus cánticos de “se siente, se siente, Alberto presidente”, el candidato cerró su intervención instando al pueblo argentino a auditar su gestión. “Tengan la certeza de que no los voy a defraudar, (pero) si alguna vez me ven claudicar en algo que les prometí, salgan a la calle y recuérdenme que les estoy fallando”.

Dos actos, dos propuestas, dos públicos muy diferentes. El domingo, con las PASO, el pueblo argentino comenzará a expresar sus preferencias: ¿Profundización de la grieta o reconciliación?. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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