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18 de agosto de 2019 | Provincia

Manotazos de ahogado

Jaqueada por la derrota, la subsecretaría de Atención Ciudadana regularizó a sus empleados

Rodeada de escándalos, licitaciones de dudosa legalidad, dotada de un enorme presupuesto y con contados logros en los cuatro años de gestión de Vidal, tuvo que regularizar a los trabajadores del Call Center a quienes habían relegado por no ser "Defensores del Cambio".

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Puertas adentro de la estructura de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, la subsecretaría de Atención Ciudadana que conduce Juan Pablo “Desaparecido en Acción” Becerra en los papeles y Guillermo Vallarino en la práctica, se convirtió en la punta de lanza de la flexibilización laboral que pretendía llevar adelante el gobierno en todo el país.

Contrataciones informales, monotributistas, sobres con dinero que sobrevolaban los escritorios y despidos sin consecuencias son sólo algunas de las historias que atravesaron de lado a lado el organismo provincial.

A todas luces, la subsecretaría está destinada a la desaparición o, como mínimo, a un cambio profundo en la próxima gestión de Axel Kicillof. Los altos costos de mantenimiento contrastados con los magros resultados obtenidos en los últimos cuatro años perjudicaron notablemente a la repartición. Los escándalos en los que se vio involucrada, como el icónico ploteo del edificio de la calle 48, el papelón de las “Estaciones de Trámite” en el que confundieron domicilios privados con inmuebles provinciales por relevar domicilios vía Google, las curiosas licitaciones y los expedientes plagados de errores simplemente la sentenciaron a su extinción.

Todo el ámbito de Modernización en la provincia de Buenos Aires es tierra fértil para La Generación, una suerte de La Cámpora Clase “B” creada bajo el amparo de la gobernadora María Eugenia Vidal, pletórica en jóvenes con muy poco recorrido político, provenientes del sector privado y faltos de experiencia, que fueron conocidos dentro de la gestión como “los monotributistas VIP”, ocupando mayormente cargos de directores, subsecretarios y asesores. Esto ayudó realmente muy poco a la reputación del organismo.

La reforma laboral que buscaba encarar el gobierno en todo el territorio nacional pareciera haberse iniciado en tierras de Vallarino. El robusto funcionario habría aceptado que sólo 14 empleados del Call Center, los que aceptaron ingresar al grupo “Defensores del Cambio” lograran los pases en tiempo y forma a la subsecretaría de Atención Ciudadana. El resto quedó afuera, debiendo esperar meses para completar sus trámites, mientras cumplían las mismas tareas pero con una remuneración mucho menor, lo que provocó que los gremios de UPCN y ATE deban presentarse en más de una ocasión en el edificio para defender a sus afiliados.

Pareciera no obstante que los empleados desfavorecidos lograron ver la luz al final del túnel con la derrota de Cambiemos en las PASO. De forma inesperada y, horas después de afirmar que “no moverían un pelo por los pases”, decidieron gestionar en forma exprés los expedientes irregulares y el cobro de la tan aclamada bonificación del decreto 125. Así como el kirchnerismo afirma que la Década K “no fue magia”, es posible afirmar que el pase de los empleados rezagados tampoco lo fue. “No fue magia, fue la derrota”. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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