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16 de agosto de 2019 | Nacionales

“Si me vuelvo loco puedo hacerles mucho daño”

La reacción de Macri ante el miedo de terminar en Comodoro Py

La tensa tarde del viernes parecía anunciar un fin de semana largo sin demasiadas novedades disruptivas, a diferencia de los que nos acostumbró la última semana. Pero claramente las apariencias engañan.

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por:
Alberto Lettieri

Durante el día habían abundado las denuncias sobre las decisiones adoptadas por Mauricio Macri. Puramente electoralistas, sin impacto efectivo sobre el bolsillo de los consumidores. Benéficas para los bancos y algunas empresas. Y limitadas hasta fin de año. Una vez que cayeran, el próximo gobierno deberá hacer cargo de los costos gravísimos que significan. Un total desfinanciamiento del estado nacional y de los estados provinciales será la consecuencia directa.

El candidato Alberto Fernández no se mantuvo prescindente y a partir de las 17.00 lanzó una catarata de tuits, redactadas en tono enérgico.  “Las medidas anunciadas por el gobierno actúan sobre los efectos y no sobre las causas de la crisis económica que han generado. Con estas medidas solo desfinancian a las provincias”, aseguró Alberto.

“Son, además, una muestra más de desaprensión hacia el interior del país. Todo se hizo sin haber consultado a los gobernadores, cuando son sus provincias las que pierden 1.500 millones de dólares de recaudación fiscal con esas decisiones”, añadió. Y no dejó de llamarle la atención a Mauricio Macri: “El presidente debe trabajar como presidente y separar su rol de candidato. Busca golpes de efecto electorales en lugar de soluciones a los padecimientos que sufren los sectores más débiles”. “La Argentina debe superar la crisis que la mala gestión del gobierno nacional ha causado y es el presidente el que debe resolverlo con seriedad y despojado de sus ambiciones electorales”.

Pero Macri, lejos de privilegiar la situación nacional, parece dispuesto a cumplir la advertencia que formuló a mediados del año pasado: “Si me vuelvo loco, les puedo hacer mucho daño”.

El día había comenzado bastante mal. En un reportaje radial, Martín Redrado denunció que el lunes pasado Macri dio la orden de no frenar la corrida. Que el dólar “se vaya donde se tenga que ir y que los argentinos aprendan a votar”, habrían sido sus palabras.

La idea de convertirse en Atila y dejar la tierra arrasada no parece haberlo abandonado ese lunes. Por la tarde dio la terrible conferencia de prensa en la que acusó a los votantes de no saber votar, de no comprender el sentido del cambio, en tono agresivo e indignado.

Ese mismo lunes por la noche, reunido con su mesa chica, recibió algunos llamados de atención. La periodista oficialista Debora Plager mantuvo el siguiente diálogo este jueves a la noche en Intratables:

- “¿Te puedo dar una información que da cuenta de que el propio Macri se creyó fuera del juego?”, interrogó Plager al conductor, Fabián Doman. Y ahí mismo lanzó la bomba: “Macri mismo se autoexcluyó en un momento de la derrota electoral”. 

Y a continuación relató los sucesos.

Horacio Rodríguez Larreta le llamó la atención: ‘Mauricio, cómo puede ser que te enojes con la gente, vos tenés que tener otra actitud’”.

“Bueno, si no les gusta me voy”, fue la respuesta de Macri.

Allí habría intervenido su candidato a vicepresidente: “Pichetto lo agarró del brazo y le dijo, ¿a dónde te vas a ir vos? Vos no te vas a ningún lado, porque además si te vas, tu historia termina mal. Por Comodoro Py y algo más”.

El llamado de atención de Miguel Pichetto, y el futuro que le auguraba en tono seguir esa línea, lo habría llamado a la reflexión. Al día siguiente, a primera hora, salió a disculparse y hasta se comunicó con Alberto Fernández. Pero uno de los presentes dejó trascender que no estaba convencido en lo absoluto. Sólo lo abrumaba la amenaza de una condena judicial.

En los días posteriores comenzó a adoptar decisiones, siguiendo el consejo de algunos de sus allegados más resentidos. Las medidas tienen un costo fiscal imposible de sostener, que heredará el próximo gobierno.

Lejos de llamarlo a la reflexión, las declaraciones y autocríticas de la mayoría de los periodistas oficialistas incrementaron su resentimiento, que se vio colmado con la visita de Marcos Galperín (CEO de Mercado Libre) a Alberto Fernández, y las afirmaciones de Eduardo Constantini, desarrollador inmobiliario y presidente del presidente del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), asegurando que “sería mejor que gane Fernández en primera vuelta para ya pensarse como presidente y empezar a hacer declaraciones”. Así no habría una segunda vuelta “donde se lo obligaría (a Alberto Fernández) a seguir en campaña y peligraría un mayor desorden”.

“Estamos en un momento en que el presidente (Macri) es prácticamente un presidente saliente y el entrante todavía no entra”, adicionó Constantini. Y agregó: “Falta un liderazgo político que haga público un programa económico”.

Para peor, la calificadora de riesgo Fitch le bajó las notas a la Argentina, ubicándolas en la categoría de default. En Wall Street, esta opinión se está espiralizando.

Alberto Fernández hizo su parte. Aportó calma y tranquilizó a los mercados. Mauricio Macri, por el contrario, parece decidido a cumplir su amenaza. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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