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El economista e integrante del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Juan Cruz Lucero, dialogó con RADIO REALPOLITIK (www.realpolitik.fm) sobre la situación económica de cara a las elecciones de octubre,el dólar, la inestabilidad cambiaria y el acuerdo con el FMI. “Para muchos analistas es difícil que se revierta el resultado de las PASO".
El economista e integrante del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Juan Cruz Lucero, dialogó con RADIO REALPOLITIK (www.realpolitik.fm) sobre la situación económica de cara a las elecciones de octubre,el dólar, la inestabilidad cambiaria y el acuerdo con el FMI. “Para muchos analistas internacionales es difícil que se revierta el resultado de las PASO, por eso hay una sensación extraña con el triunfo abultado de Alberto Fernández aunque no es un presidente electo”, aseguró.
A continuación, lo más destacado de la entrevista.
RP.- ¿Cómo evalúa la designación de Lacunza en lugar de Dujovne?
El cambio de ministros se puede analizar desde el plano político. En términos de programa económico no veo cambios sustanciales, me parece que va haber una continuidad. El objetivo va a seguir siendo contener el dólar, con miras a las generales de octubre, porque si el gobierno vuelve a tener una situación de inestabilidad, sería imposible que incluso repita los números de las PASO.
El oficialismo ya venía haciendo esfuerzos con una tasa altísima, con una suerte de olla a presión, con el único objetivo de llegar competitivo a las elecciones. Las urnas le demostraron que claramente eso no ocurrió y que el costo social de mantener el dólar quieto, fue muy alto. La sociedad mostró su rechazo a estas políticas.
RP.- ¿Las medidas que tomó Macri van a ayudar a la realidad económica?
La experiencia reciente más cercana a la eliminación del IVA la tomó Lavagna en 2003, y no funcionó. Por el tipo de impuesto del IVA, su impacto termina diluyéndose y no bajan los precios, que sería su objetivo. No es una medida que funcione y encima desfinancia a las provincias. El propio gobierno fue muy crítico del proyecto que impulsó Massa hace unos años.
La segunda cuestión tiene que ver con las elecciones: el presidente va a tratar de aminorar el impacto de la inflación para hacerle un guiño a la sociedad. En algunos casos, los volúmenes de ingresos que anunció el gobierno pueden mejorar la situación levemente, pero claramente no corrige los problemas estructurales.
RP.- Los indicadores económicos están peor que antes de las PASO, con el dólar y las tasas de interés altas. ¿Por qué el gobierno continúa con esta metodología?
Hay que analizarlo en dos planos. El productivo implica que ningún emprendimiento tenga sentido con esta tasa, es imposible que un empresario pyme o una gran industria puedan sostenerse con estos niveles de tasas. Cambiar un cheque y tomar un crédito, son imposibles, por eso la economía está tan paralizada.
Es un contexto muy complejo para la economía real porque las herramientas son las mismas y los resultados muy negativos. También preocupa que Lacunza haya planteado lo mismo; en términos de nombres no hubo muchos cambios, debería haber un cambio de modelo.
Desde el 2016 para acá, el gobierno generó las condiciones para la especulación financiera, la bicicleta, la libre entrada y salida de capitales especulativos, y por eso sería difícil que cambie el modelo. Con el aval del FMI, llegamos hasta acá. Estas políticas ya se aplicaron con Martínez de Hoz y en los ´90´, los impactos son siempre los mismos.
RP.- ¿Es comparable la actualidad económica - social con el 2001?
Hay que ser bastante cauto, cuando uno piensa en el final de gobierno de De la Rúa remite a la peor crisis económica - social de la Argentina. Cualquier comparación es compleja, aunque sí me parece que hay similitudes y diferencias sustanciales. Sí estamos en otro momento histórico, no es lo mismo el 2001 viniendo de la dictadura, el alfonsinismo y los ´90, que los últimos de doce años de enorme reparación en términos de poder adquisitivo.
El gobierno está en una encerrona muy grande, desde el 2018 tuvo que elegir cuidar que no se le disparara el dólar, sacrificando la economía real como la industria, el comercio, las pymes; así y todo, atravesó cuatro crisis cambiarias. Las elecciones demostraron un descontento social muy fuerte, pero no es comparable con el 2001 por los niveles de pobreza, antes no estaban los 5 millones de puestos de trabajo que se crearon, no estaba la moratoria jubilatoria. Ahora, hay un proceso sustancial en términos de poder adquisitivo, que tiene que ver con los 12 años del kirchnerismo.
Todo esto permite que no haya un colapso social como en 2001. En los últimos dos años hubo un deterioro incontrastable que se vio reflejado, sobre todo, en el electorado del Conurbano porque allí está la matriz industrial de la provincia y es el sector más perjudicado por estas políticas de industricidio.
RP.- ¿Qué le daría tranquilidad a los mercados?
A mí me hace ruido la versión oficialista que carga las tintas a la oposición. Hasta el 10 de diciembre la responsabilidad es del gobierno. Hay un juego político de validar el esquema económico. No creo que los mercados le presten más atención a la oposición. Sí es cierto que el resultado de las PASO fue tan abultado e inesperado, que hay una sensación extraña porque ganó Alberto Fernández pero no es un presidente electo.
Para muchos analistas internacionales, es difícil que las elecciones se reviertan. Nunca se dio esta situación, pero el gobierno tiene que marcar el rumbo y llevar confianza hasta diciembre. También me parece que hay mucha prudencia en la oposición, no sólo del Frente de Todos, porque en vez de propiciar la inestabilidad, se comportaron correctamente y eso es un valor democrático agregado.
RP.- ¿El acuerdo con el FMI debería empezar a renegociarse?
Se tienen que sentar las partes y discutir, el acuerdo no se está cumpliendo. Por eso me asombra mucho el silencio del Fondo. Parecería que está tomando distancias, pero hay que ver qué pasa con los desembolsos de septiembre. De cara al futuro, cualquier gobierno va a tener que renegociar los plazos de pago y ver cómo generar capacidad de cumplimiento para futuras gestiones.
Estos últimos dos años demostraron que mayor ajuste implicó menor capacidad de pago. Acá hay una cuestión muy cierta que dijo el ex presidente Néstor Kirchner: los muertos no pagan. Estas palabras son muy gráficas, ya que sin crecimiento de la economía y los recursos, es cada vez más difícil pagar la deuda.(www.REALPOLITIK.com.ar)
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