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27 de agosto de 2019 | Nacionales

“Tienen la responsabilidad de poner fin”

Alberto Fernández se reunió con representantes del FMI y los culpó de la “catástrofe social”

Ayer tuvo lugar la reunión entre Alberto Fernández y su staff económico con la misión técnica del FMI. El candidato fijó claramente su posición e hizo corresponsables de la gravísima crisis económica y social que atraviesa nuestro país, y les confirmó que no dará su apoyo a ninguna medida que trabe o impida el crecimiento económico.

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por:
Alberto Lettieri

Alberto Fernández concurrió acompañado de los economistas Guillermo Nielsen y Cecilia Todesca Bocco, y también de Santiago Cafiero, su vocero y colaborador más estrecho. Por el FMI participaron el director para el Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, y los técnicos Roberto Cardarelli y Trevor Alleyne.

Si bien se dejó trascender que se trató de una reunión "con buena predisposición y profesionalismo", hubo marcadas diferencias en las perspectivas de las partes.

A la salida del encuentro, Alberto comunicó: “Le transmití al FMI nuestra disposición a reformular los acuerdos sin exigirle más esfuerzos a nuestro pueblo”. Raudamente, el equipo de campaña del candidato presidencial difundió un durísimo comunicado en el que dio cuenta de las posiciones sostenidas en el encuentro: su acuerdo con los cuatro objetivos explícitos del acuerdo Stand By (recuperar el crecimiento de la economía, generar empleo para combatir la pobreza, reducir la inflación y lograr una trayectoria decreciente de la deuda pública), pero que las recetas aplicadas fueron a contramano de esos fines, por lo que “la situación macroeconómica de la Argentina se ha deteriorado significativamente”.

“De estos cuatro objetivos no sólo ninguno fue alcanzado, sino que todo empeoró desde la celebración de aquel acuerdo: la economía cayó -1,7 por ciento, la deuda pública subió 29 puntos porcentuales del PBI, el desempleo aumentó al 10,1, la pobreza creció a más del 32 por ciento y la inflación se disparó al 53,9”, enuncia el documento.

Alberto Fernández expresó además su convicción de que el gobierno nacional habría “desviado” los fondos en cuestión al financiamiento de la fuga de capitales.

“Como fuera advertido en la primera reunión del Frente de Todos con el staff del FMI realizada en junio de este año, el último desembolso ha sido íntegramente destinado a financiar la fuga. Este fenómeno constituye un incumplimiento flagrante a lo dispuesto por artículo VI del acta constitutiva del organismo cuyo primer párrafo dispone que ‘ningún miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital’”.

Las cifras oficiales publicadas entre la firma del acuerdo y el mes de julio de este año reconocen que salieron del país unos 27.500 millones de dólares en la categoría formación de activos externos de libre disponibilidad –un eufemismo para referirse a la fuga de capitales- y otros 9.200 adicionales de salida de capitales externos especulativos o golondrina. “En total la salida neta de dólares supera los 36.600 millones de dólares, lo que representa más del 80 por ciento de los desembolsos recibidos hasta la fecha”.

Los miembros de la misión del FMI insistieron en obtener de Alberto Fernández su consentimiento para la liberación de la nueva partida por 5.400 millones de dólares de la próxima cuota del acuerdo, para corresponsabilizarlo de la nueva sangría de divisas que se producirá a continuación, cuando esos dólares se vayan al exterior por la canaleta de la fuga de divisas. Pero Alberto no pisó el palito, manifestó que sólo era un candidato opositor, que no cogobierna ni lo votaron para hacerlo, y que el FMI había violado claramente su carta orgánica al financiar a un gobierno y no a un estado, por montos que exceden claramente los fines de la institución.

“El programa económico que impulsa el gobierno nacional no refleja ninguna de las prioridades establecidas en la plataforma del Frente de Todos. Tampoco existen coincidencias con las recomendaciones de política impulsadas por el FMI. Se trata, en ambos casos, de aproximaciones dogmáticas que no se ajustan a las condiciones objetivas actuales ni resuelven los principales problemas estructurales de la economía argentina”.

El resultado de la aplicación del acuerdo sólo sirvió para incrementar la inflación y reinstalar problemas ya resueltos, como la sustentabilidad del endeudamiento público.

“A juicio del Frente de Todos, que en las últimas elecciones ha obtenido más de 11 millones de votos, la recuperación del crecimiento a través del impulso de la producción y el empleo debe ser la componente central de un modelo económico alternativo. La recuperación de la economía real es, a su vez, una condición sine qua non para estabilizar la economía y reencauzar su situación financiera”.

La conclusión del documento es demoledora: “Quienes han generado esta crisis, el gobierno y el FMI, tienen la responsabilidad de poner fin y revertir la catástrofe social que hoy atraviesa a una porción cada vez mayor de la sociedad argentina. Para ello deberían arbitrar todos y cada uno de los medios y las políticas necesarias”.

La posición de Alberto Fernández en su reunión con la Misión del FMI apuntó a mantener la prescindencia en una verdadera catástrofe social y de endeudamiento en la cual no ha sido consultado ni ha tenido responsabilidad alguna, devolviendo el juego al campo adversario: aquellos que provocaron esta situación deben ser los encargados de encontrar una solución. Asimismo, no sólo denunció el desvío de los fondos recibidos respecto de los fines acordados, sino que denunció la ilegalidad de la acción del FMI al haber actuado en contra de las disposiciones de su propia carta orgánica.

Fuentes cercanas a los emisarios del FMI dejaron trascender que en la reunión circuló la hipótesis del “vacío de poder” que existe actualmente en nuestro país, y que quedó en duda la liberación de la próxima cuota, ya que hay muchos sectores dentro del propio FMI que tradicionalmente se opusieron a un acuerdo suscripto por Christine Lagarde, con el visto bueno de Donald Trump.

No sólo la Argentina se aproxima a una etapa de definiciones. También el FMI libra su propia interna. Y para muchos resulta inevitable recordar el tramo final del gobierno de Fernando De la Rúa, cuando el FMI le negó un desembolso de divisas luego de comprobar la catástrofe ante la apabullante incapacidad que caracterizó a su gestión.

¿Qué pasará hoy con el dólar? El interrogante nos quita el sueño a todos. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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