Provincia
4 de septiembre de 2019 | Nacionales
Triste y solitario final
Desde el gobierno aseguran que Macri “ya tiró la toalla”
Los últimos meses del gobierno de Mauricio Macri presentan una situación caótica. El gobierno toma decisiones y se arrepiente, no sabe por dónde ponerle el cascabel al gato.
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por:
Alberto Lettieri
Las medidas que adopta se contradicen. Llegan tarde y mal. El reperfilamiento –en realidad, el default de los títulos en pesos- fue una medida inadecuada, desprovista de timming, costosa y absurda. ¿Para qué defaultear una deuda que podría haber sido saldada con emisión monetaria? Más aún si se pensaba firmar el DNU que se conoció el domingo, y que impide que los inversores institucionales adquieran dólares para atesoramiento, por lo que la masa monetaria adicional no podía destinarse a ese fin.
Fuentes del propio gobierno admiten que se trató de dos decisiones inconexas. Totalmente inútil la primera a partir del anuncio de la segunda. A punto tal que el citado “reperfilamiento” podría destinarse al tacho de basura en los próximos días.
El Banco Central no consigue renovar los vencimientos de Leliqs. Hasta el lunes pasado tuvo que emitir, de todos modos, 363.000 millones de pesos, sólo para pagar a quienes desistieron de tal renovación.
Para dar una sensación de estabilidad, el Banco Central se esforzó por bajar la cotización del dólar. A 57 pesos anteayer y, pese a la intervención del Banco Central mediante ventas directas, subió a 58,49 ayer. El dólar Blue trepó hasta casi 63,50 pesos y el dólar Liqui llegó a cotizar a casi 70. Al haber cepo para la compra, éstos son los valores a tenerse en cuenta mientras dure la restricción.
Pero otros datos aún son peores. La tasa interanual se pautó en 85,73 por ciento (más de 120 por ciento real) -otra vez récord- y el riesgo país se fijó en 2531 puntos básicos. Las acciones argentinas en Wall Street perdieron el 48 por ciento de su valor respecto del 9 de agosto. Las acciones cayeron en el día de ayer 12 por ciento y los bonos soberanos, el 9 por ciento. El Banco Central perdió 995 millones de dólares de reserva.
La inflación para el mes de agosto no sería inferior al 4,3 por ciento, y la de septiembre sobrepasará tranquilamente el 6 por ciento. No hay un solo número o dato esperanzador.
En la sociedad está instalada la sensación de que este gobierno no podría arribar al 10 de diciembre. Las encuestas conocidas en el día de la fecha le dan 30 puntos de diferencia a la fórmula Fernández - Fernández. En el caso de Córdoba, la provincia del macrismo por excelencia, la ventaja del Frente de Todos sería del 28 por ciento según las encuestadoras.
En los analistas impera la sensación de que lo peor aún no ha llegado. En el FMI, cuatro naciones de peso se niegan a entregar más fondos a la Argentina antes del cambio de gobierno, e incluso plantean iniciar acciones administrativas y/o legales sobre las decisiones anti-estatutarias adoptadas por Christine Lagarde.
La oposición le pide al gobierno que deje de actuar a tontas y a locas, y que deje de rifar las últimas divisas que quedan en existencia.
En el entorno de Mauricio Macri reconocen que ya tiró la toalla. Su único interés consistiría en negociar un futuro que no lo envíe tras las rejas.
Ya todos le soltaron la mano. Los mercados descuentan un default aún más generalizado, y no imaginan cómo se evitaría la hiperinflación si este gobierno sigue tomando decisiones hasta el 10 de diciembre.
El presidente del cambio hundió a la Argentina en la peor crisis de su historia. No es sorpresa. Ya muchos lo anticipamos durante la campaña electoral de 2015. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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