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5 de septiembre de 2019 | Nacionales

Muy lejos del balotaje

Pichetto, entre las críticas a Macri y un futuro incierto

Los que lo frecuentan lo notan enojado, apesadumbrado. Sabe que al dar el salto hacia el espacio de Juntos por el Cambio corría el riesgo de cerrar para siempre la puerta de retorno al peronismo. Aunque las puertas de la política nunca se cierran del todo. Sólo hay una situación que las blinda: la derrota.

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por:
Alberto Lettieri

Eso es justamente lo que habría cruzado por la cabeza del senador. Su mandato expira el 10 de diciembre, no tiene estructuras políticas propias y la paliza de las PASO terminó de cortar los puentes que lo unían a su partido de siempre, el PJ. A tal punto que, en su provincia de adopción desde hace largas décadas, Río Negro, decidieron expulsarlo del partido por su “traición”. 

No le quedó, entonces, más remedio que radicalizar su discurso, alineándolo con los sectores más reaccionarios del Pro. Para algunos no se trató sino de demostrar la fe del converso. Aquella antigua máxima de que la mujer del César no sólo debe ser buena, sino también parecerlo. Pero no habría caso: para los peronistas, Pichetto -por algún tiempo al menos- llevará el mote de “garrochista”. Para el Pro, de “arribista”. Para la mayoría de la sociedad, simplemente un caso de conveniencias. 

Sólo él sabe lo que luchó para articular una tercera opción. Un “peronismo republicano”. Una opción de centro moderna y plural. Pero no pudo. Los extremos de la grieta se lo impidieron. Y por más que intentó negociar su inclusión en el Frente de Todos, no logró conseguirlo. 

Tenía responsabilidades con su gente y con su futuro. Por eso, cuando le ofrecieron la candidatura a vicepresidente de Juntos por el Cambio ni lo dudó. Creyó que podría instalar una “pata peronista” dentro de un océano de gorilaje. Que podría pronunciar la dimensión social, siempre despreciada y ninguneada por la dirigencia de alta cuna. No lo consiguió. Después de una breve pero extensa sobreexposición, que le valió desempeñar un protagonismo inédito a lo largo de toda su carrera, en la última semana previa a las PASO prácticamente le silenciaron el micrófono, demostrándole con la habitual brutalidad que nace del odio social que él era ajeno. Aunque se esforzara por no parecerlo. 

Los resultados de las PASO lo sorprendieron. No esperaba semejante diferencia. Un verdadero plebiscito que le bajó el pulgar a la política de saqueo y de degradación de la sociedad argentina. 

Pichetto tenía que optar, y eligió continuar en el Titanic hasta el hundimiento definitivo. Se sobreexpuso aún más, al punto de competir, cabeza a cabeza, con “Lilita” Carrió en una especie de concurso de irracionalidades y descalificaciones hacia todo el pueblo argentino. 

Hasta que llegó el fin de semana pasada. Los que lo conocen aseguran que no fue consultado al momento de tomar las decisiones económicas que se conocieron el domingo. Tampoco estaba de acuerdo. Incluso, algunos afirman que amenazó con desistir de su candidatura. Nadie tomó en serio esa amenaza. 

Este martes, en un reportaje televisivo, ensayó sus primeras críticas a Mauricio Macri. Le reprochó no haber construido “interlocutores propios” con los sectores populares, abandonándolas al liderazgo de los “gerentes de pobreza” heredados de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner. “En la organización de esa estructura distribucionista, los actores siguieron siendo los mismos gerentes de la pobreza que tenía el kirchnerismo, como Grabois, el Movimiento Evita, Barrios de Pie”. Un “descuido” muy grave, ya que -según indicó- “la estructura de seguridad social en la Argentina es el 65 por ciento neto del presupuesto”.

Tal vez esta afirmación haya pasado un tanto desapercibida entre la marea de críticas y descalificaciones que destinó a su antiguo partido y a la gestión de la ex presidente. Para quienes lo conocen, en cambio, significó una clara señal de distanciamiento, de rebeldía por sentirse destratado.

Con el resultado electoral de octubre prácticamente definido, habrá que analizar en detalle sus próximos pasos. Por ahora, el interrogante está planteado. Las próximas semanas serán determinantes para conocer cuál será su respuesta. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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Miguel Angel Pichetto, Mauricio Macri

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