Judiciales
En La Pampa
CFK y Alberto F. se mostraron juntos en el día de la Lealtad
A las 18,30 de ayer, 17 de octubre, el cielo gris y la lluvia impiadosa desaparecieron como por arte de magia en el parque Laguna Don Tomás de Santa Rosa, La Pampa. La multitud enfervorizada, interpretó el cambio climático como una señal: la del fin del gran diluvio de JxC que asoló estas tierras dejando paso a una nueva esperanza argentina.
Así lo expresó Alberto Fernández, en su discurso de cierre interrumpido reiteradamente por el clamor popular. ”Un país que contenga a todos los argentinos”, fue su consigna, a tono con una sociedad hastiada de la grieta que el gobierno nacional alienta constantemente en su campaña, sabiendo que sólo de la división de nuestro pueblo podrá obtener algún rédito electoral. No hace falta adjetivarlo. Los resultados de su gestión son la mejor definición para el mandato de Mauricio Macri.
El cielo se abrió en La Pampa a las 18.00, exactamente a la hora en que estaba programado el inicio de la celebración del día de la Lealtad por el Frente de Todos. Cerca de las 19.00 fueron apareciendo los referentes que ocuparon el escenario: los gobernadores Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Juan Manzur (Tucumán), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Hugo Passalacqua (Misiones), Sergio Uñac (San Juan), Gildo Insfran (Formosa), Sergio Casas (La Rioja), Mariano Arcioni (Chubut), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Alberto Rodríguez Saá (San Luis); el vicegobernador de Santa Cruz, Pablo González. También estuvieron el gobernador electo de La Pampa, Sergio Ziliotto; el candidato a gobernador bonaerense, Axel Kicillof; los diputados Eduardo De Pedro, Cristina Álvarez Rodríguez y Daniel Scioli; los senadores Anabel Fernández Sagasti y Carlos Caserio; los dirigentes Felipe Solá y Santiago Cafiero –muy próximos a Alberto Fernández-; y el presidente del Partido Justicialista, José Luis Gioja.
Primero fue el turno del dueño de casa –el undécimo gobernador-, Carlos Verna, quien hizo un detallado racconto de las divisiones del pasado y del paciente proceso de unidad que permitió construir el Frente de Todos. Al cierre de su intervención, sostuvo que había que pelear hasta el último día cada voto de amigo, vecino o pariente, convocándolos a una patriada que necesita de la participación activa de todos. El objetivo –concluyó Verna- es “poner en marcha el país, encender la economía y darle de comer todos los argentinos”.
Después tomó el micrófono Cristina Fernández de Kirchner. Una “nueva” Cristina, descontracturada, interactuando con simpatía con la audiencia que celebraba su presencia, haciendo alusión a los “machirulos” que últimamente proliferan en nuestro país, subrayando que, desde que apareció Evita, “ningún hombre manda a una mujer a lavar los platos”. La ex presidente destacó la unidad y la amplitud del Frente de Todos, y manifestó su convicción de que las elecciones del próximo 27 de octubre otorgarán una amplia victoria a la coalición.
Finalmente llegó el cierre, con la intervención del candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández. Su discurso fue breve y consistente, y se concentró en dos puntos: la crítica a la gestión de Cambiemos –y al daño que esta clase de gobiernos suponen para los intereses de los argentinos- y la reafirmación de los puntos programáticos sobre los que ha centrado su campaña electoral.
Alberto Fernández sostuvo que “una Argentina entera quiere que nos recuperemos y volvamos a tener dignidad” y retomó su propuesta de construcción de un país realmente federal, donde “cada argentino tenga la posibilidad de encontrar trabajo, desarrollarse y vivir feliz en el lugar donde nació”.
También hizo particular hincapié en las pymes, y el papel protagónico que habrán de desempeñar durante su gestión. “Lo que los argentinos queremos es que las pequeñas y medianas empresas levanten sus persianas y vuelvan a producir, queremos que esas pymes les devuelvan el trabajo al que no lo tiene, que las familias desayunen, almuercen, merienden y cenen en sus casas”.
Finalmente, Alberto Fernández hizo alusión al discurso histórico de Juan Domingo Perón del 17 de octubre de 1945, afirmando que, como el fundador del movimiento, no venía a hacer promesas electorales, que se diluyen el día después de la elección, sino a desempeñar una tarea beneficiosa para todos los argentinos, con todos los argentinos como copilotos.
El evento se desarrolló en un clima de entusiasmo y calidez, caracterizado por la empatía entre quienes se ubicaron sobre y debajo del escenario. Con la unidad como bandera y como convicción, una nueva esperanza argentina está en marcha. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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