Vidal ganó en seis de las ocho secciones electorales, pero no pudo con el peso de la tercera

La provincia de Buenos Aires resultó, ya desde el 11 de agosto, una desagradable sorpresa para los asesores de Juntos por el Cambio. Durante los primeros meses del año, puertas adentro del espacio se consideraba a María Eugenia Vidal como la dirigente mejor vista del país. Tanto, que incluso preocupaba el arrastre negativo que la mala gestión de Mauricio Macri pudiese tener sobre su figura y hasta se sugirió un “Plan V”, llevando a la gobernadora como compañera de fórmula a nivel nacional o tal vez, en una idea más osada, directamente reemplazando al presidente.

El resultado de las PASO, en las que Vidal cosechó una aplastante derrota en manos de Axel Kicillof, dejó en evidencia que, al contrario de lo que se esperaba, octubre presentaría una misión casi imposible para el oficialismo. El recuento provisional de resultados de ayer fue la confirmación de un final anunciado.

Con el 95,86 por ciento de las mesas computadas, Axel Kicillof sumaba unos abrumadores 5 millones de votos, muy por encima de los 3,6 de Vidal. De este modo, el candidato opositor rompía todos los récords y se posicionaba en el 52,8 por ciento, dejando muy atrás al 38,39 de la gobernadora.

La primera sección electoral, que incluye localidades en las que Juntos por el Cambio pisa fuerte, le dio la espalda al gobierno. Si bien retuvo ciudades importantes como Campana, en la que fue reelegido Sebastián Abella, y Vicente López, en el que Jorge Macri arrasó con más del 62 por ciento de los votos, la gobernadora quedó 14 puntos debajo de Kicillof.

La segunda sección, al igual que la cuarta y la quinta, brindó su apoyo a Vidal, que logró un empate técnico con su principal opositor en torno a los 45 - 46 puntos. Aquí entró en juego el campo, especialmente en ciudades como San Antonio de Areco, Arrecifes y San Pedro. Sobre el cierre del escrutinio, incluso, obtenía el triunfo en la mayoría de las localidades de las secciones cuarta y quinta.

El batacazo de la gobernadora se dio en la sexta sección, en la que obtuvo el 52 por ciento de los votos, superando ampliamente al 39,52 por ciento de Kicillof. No obstante ello, el peso específico de toda esta sección resultó insuficiente. A modo de ejemplo, en los 22 partidos de dicha sección hay una cantidad similar de votantes habilitados que los que hay sólo en Lomas de Zamora.

Fue justamente la tercera sección, muy posiblemente, la que sentenció la suerte de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires. Allí perdió por 30 puntos de diferencia, con algunos hitos de Kicillof como los más de 100 mil votos de diferencia que le sacó en Lomas de Zamora o los 20 puntos por encima de Vidal que obtuvo en Avellaneda. El sólo peso específico de estas localidades fue suficiente para lanzar al olvido los triunfos de Juntos por el Cambio en prácticamente el resto de los municipios bonaerenses. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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