
Gremiales
El secretario General de la CGT, Héctor Daer, es un líder sindical mesurado, tiempista. Ha sabido conducir los destinos de la central de los trabajadores en tiempos turbulentos, combinando la negociación con gestos claros de oposición a las políticas de saqueo impulsadas por el gobierno de Mauricio Macri.
En esas etapas clave, cuando el gobierno está en manos del adversario y es necesario resistir para consolidar lo ya conseguido, el sindicalismo debe probar su estatura. Algunos se dedicaron al confrontacionismo, y no les fue bien. En silencio, Daer puso a salvo lo posible, y concedió, a veces, en lo accesorio. La ideología puede inspirar la acción política, pero no debe convertirse en estrategia.
Entre aquel cauto Héctor Daer y este de hoy, constituido en el principal respaldo sindical de Alberto Fernández, hay un abismo. Pero un abismo que no tiene punto de fractura, sino de coherencia política y doctrinaria. Tanto él como Alberto Fernández, y la mayoría de la dirigencia sindical, tienen muy en claro la catastrófica herencia que dejará el macrismo. A ello hay que sumarle la previsible confrontación que ya han anunciado los movimientos sociales adscriptos a ideologías de extrema izquierda, y que Juntos por el Cambio, en la oposición, asumirá una actitud muy diferente a la que adoptó el peronismo en los últimos cuatro años. Es lógico: para el peronismo el pueblo está primero, y por esa razón adoptó una actitud de colaboración en aquellas escasas iniciativas de Cambiemos que podían beneficiar –o al menos no perjudicar- a las mayorías argentinas. En buena medida, la conclusión del mandato presidencial por parte de Mauricio Macri debe atribuirse a la vocación democrática del peronismo. Para Cambiemos, en cambio, el bien común es una utopía. Sólo interesan los negocios personales y corporativos.
En la reunión de la mesa contra el hambre del último viernes, Daer ensayó un discurso frontal, alineándose con el próximo gobierno. "Alberto y Cristina van a cambiar el rumbo del país”, aseguró y solicitó a los medios que destacaran que el presidente electo "está trabajando en políticas de estado antes de asumir. Nos hace entender que esto va en serio".
"La mesa del viernes era tan plural que el campo hasta propuso la reforma laboral”, destacó durante el fin de semana, remarcando el pluralismo y la voluntad de Alberto Fernández de alcanzar consensos amplios para traducirlos en políticas de estado.
Respecto de los críticas canallescas de los medios próximos al gobierno actual, que, al no poder oponerse a las iniciativas en favor de la lucha contra el hambre que instaló en la Argentina la gestión Macri, destacaron que los participantes concurrían al encuentro de Puerto Madero en vehículos de alta gama, Daer replicó: "Es legítimo que el que tiene plata vaya en el auto que quiera. Lo importante es que Tinelli se haya dado cuenta que su participación en la mesa contra el hambre es fundamental”. Y resaltó que "en vez de disfrutar su pasar económico, Marcelo Tinelli le dedica su tiempo y su vida a luchar contra el hambre. Eso es lo que hay que destacar".
Daer afirmó que, en la actualidad, "todas las organizaciones sociales y sindicales son parte de este proceso político". Y anticipó que las demandas sindicales estarán morigeradas, en atención a la catastrófica situación que heredará Alberto Fernández a todos los niveles. “No se va a pedir un bono generalizado, habrá que ver cómo está cada actividad, nuestra tensión es con los empresarios por la puja distributiva, no con un gobierno".
Daer anticipó que, para explicitar su respaldo, "vamos a movilizar el día de la asunción de Alberto para acompañarlo. Para los trabajadores que sufrimos tanto durante estos años es un día importante, nos sentimos parte". Sus afirmaciones pueden ser leídas, además, como una clara señal al segmento de sindicalistas que expresaron algunos cuestionamientos sobre el próximo gobierno.
"Le diría a los compañeros que es apresurado advertir manifestaciones contra un presidente que no asumió todavía. Cuando se tengan que movilizar que lo hagan con total libertad”, agregó.
Este sábado, en la celebración del día de la Militancia, el secretario General de la CGT fue premiado junto con otras figuras destacadas del peronismo, entre los que se encontraba Claudio Moroni, quien es número puesto para asumir el ministerio de Trabajo con Alberto Fernández. Rápido de refejos, Daer lo invitó a aproximarse a él en el centro del escenario, y, por si hiciera falta, les señaló a los fotógrafos que no se perdieran de hacer esa toma, ya que era “la foto”. Así, el secretario General de la CGT y el ministro de Trabajo del próximo gobierno confluyeron en un cálido abrazo, inmortalizado por las cámaras. Todo un gesto hacia el interior del Frente de Todos. Y también hacia afuera. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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