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26 de noviembre de 2019 | Nacionales

Aires de ruptura

Por aversión a Patricia Bullrich, la UCR comienza a marcar distancia del Pro

La continuidad de Juntos por el Cambio está puesta en duda. El giro reaccionario que adquirió el discurso de Macri y su posterior recrudecimiento a través de las alianzas consolidadas con sectores confesionales y con la decisión de bendecir a Patricia Bullrich como nueva presidenta del Pro, han generado reacciones muy negativas dentro de la UCR.

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por:
Alberto Lettieri

Desde hace semanas, la interna radical está a full. La confrontación entre Mario Negri y Alfredo Cornejo por la presidencia de Diputados de la UCR se resolvió en favor del primero, mucho más amistoso con Mauricio Macri, gracias al apoyo decisivo que le brindó el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. Cornejo, derrotado, manifestó públicamente su desacuerdo –de hecho, fue bastante crítico en los tramos finales de la gestión Macri con el gobierno nacional-, pero el jujeño lo amenazó con vetarle su renovación como presidente del comité nacional de la UCR, que deberá resolverse durante el primer semestre del año próximo. 

Ahí Cornejo bajó el tono pero no sus expectativas y exigió a cambio liderar el interbloque de Juntos por el Cambio. Una solicitud que la UCR no puede conceder, ya que resultará muy difícil que el Pro acepte cederle el liderazgo.

Quien expresó la posición más crítica fue el alfonsinismo, que desde hace tiempo mantiene un fluido diálogo con Alberto Fernández. El portavoz fue, esta vez, Federico Storani, quien llegó a afirmar este domingo que “la UCR no formó parte de Cambiemos” y que la coalición no debe romperse, pero sí “cambiar sustancialmente”.

Macri quiso congraciarse con un sector de la iglesia católica e inclusive de pastores evangélicos”, reafirmó Storani. “Ha tomado posiciones que lo está alejando de lo que fue el espacio Cambiemos en un principio. Yo estoy a favor de cualquier pluralidad religiosa, pero la incidencia política con ciertos sectores religiosos avanza contra la legislación civil”, remató.

Storani también alertó sobre el riesgo de que la catástrofe que atraviesa Bolivia se extienda a nuestro país, por obra y gracia del Pro. “No nos olvidemos que Camacho ingresó a la casa de gobierno con una biblia en la mano. No es un tema para dejarlo de costado”.

Sus declaraciones se sumaron a las formuladas, unas horas antes, por Ricardo Alfonsín, quien denunció que “hay una oleada de sectores ultra conservadores que intentan avanzar sobre conquistas sociales que estaban establecidos en una sociedad laica”. Y concluyó: “En los próximos años, me imagino a la UCR haciendo radicalismo, no proísmo”.

Diferenciados claramente dentro de las líneas internas de la UCR, Alfonsín y Storani de un lado y Cornejo del otro, coinciden en su evaluación crítica de la gestión de Mauricio Macri.

En los últimos días, a las cuestiones que generan resistencia dentro de la UCR –crítica de la gestión económica de Mauricio Macri, derechización del discurso y de sistema de alianzas sociales del Pro y el papel marginal que se le asigna a la UCR dentro de la coalición Juntos por el Cambio-, se sumó la anulación del protocolo publicado por el ex secretario del área, Adolfo Rubinstein, y el embanderamiento programático del Pro con los pañuelos celestes. Las expresiones de la Sociedad Rural y de los principales referentes del Pro (Macri, Patricia Bullrich y Miguel Pichetto) anticipan que adoptarán una estrategia similar a la de la oposición boliviana a Evo Morales frente al gobierno de Alberto Fernández. Una estrategia que implica la negación del legado de Raúl Alfonsín y del radicalismo democrático. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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