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Alberto Fernández asegura que en su gestión no habrá doble comando, rechazando la idea de un gobierno atado a los caprichos de Cristina, pero a juzgar por los hechos, esa afirmación estaría muy lejos de la realidad.
Este es el único país en donde un candidato a vicepresidente elige a su candidato a presidente. Ya electo, el señor Fernández dijo que sus principales aliados serían los gobernadores peronistas, pero se nota que su opinión no fue contemplada en la reunión que tuvo con la señora a su regreso de Cuba. Y muchos peronistas estarían quedando afuera, siendo la vicepresidente la encargada de la distribución de poder en las cámaras. Carlos Zannini y Oscar Parrilli, dos de los más fieles servidores de Cristina ocuparán lugares clave como procurador General del Tesoro y presidente provisional del Senado respectivamente.
Al presidente electo pareciera no agradarle del todo esta idea, ni tener poder para desestimar la selección.
No se puede creer cómo los caprichos de Cristina son satisfechos no solo por Alberto (vaya uno a saber la razón o los acuerdos) sino también por la gestión de Mauricio Macri.
En el gobierno de Macri aseguran que se amoldarán a lo que el equipo de Alberto Fernández prefiera, siendo claro que es lo que prefiere Cristina y no Alberto, pero nadie piensa en los que estamos en el medio: la gente.
A nosotros poco nos interesan las disputas partidarias o los espacios de poder. Solo queremos trabajo, salud, educación y justicia. Y a juzgar por las apariencias, nada de eso estaría en los proyectos de los funcionarios electos.
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