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4 de diciembre de 2019 | Nacionales

Banco Nación en bancarrota

González Fraga toma decisiones desesperadas para tratar de ponerse a salvo de una sanción penal

La despedida del presidente del Banco Nación no podría ser más vergonzante. No le alcanzó con ascender a dos de sus asesores como "subgerentes departamentales" de la entidad e incluirlos como planta permanente, con sueldos de 192 mil pesos, lo cual motivó la inmediata denuncia sindical de violación de la carrera bancaria, a días de dejar su cargo.

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por:
Alberto Lettieri

Ahora, en una movida desesperada, trata de afectar aún más las finanzas colapsadas que heredará el gobierno de Alberto Fernández, para cubrirse de las sanciones penales que podrían caberle por haberle prestado a Hernán Lacunza 30.000 millones de pesos para las elecciones del mes de octubre, y que dejaron al Banco prácticamente en bancarrota.

Las acusaciones que pesan sobre la gestión de González Fraga son gravísimas, a punto tal de incluir la alteración de la contabilidad de la entidad para equilibrar su balance. Para mejorar un poco sus números críticos, el funcionario macrista analiza solicitarle al Tesoro la devolución de esos 30.000 millones.

Al tomarse conocimiento se generó una gran preocupación en el ministerio de Hacienda, ya que su balance no es menos preocupante. De hecho, ha venido apropiándose de fondos de las principales cajas y organismos públicos de manera reiterada, empezando por la ANSES. El pánico llegó a grado tal que, informalmente, se decidió informar a los equipos de transición del Frente de Todos, quienes no ocultaron su decisión de que la comisión bicameral Permanente del Congreso ponga bajo la lupa los graves desmanejos financieros producidos durante la gestión de Cambiemos.

El problema principal de González Fraga, a esta altura, es tratar de cubrirse frente a las consecuencias penales que podrían devenir de su desprolijo manejo del Banco Nación. Sobre todo, resalta su aprobación de este préstamo electoral que resulta imposible de justificar dentro de las normas del buen gobierno. 

Los responsables del Banco Nación llegaron, incluso, a alterar el estado de las cuentas de la entidad para aprobar el giro de esos 30.000 millones exigidos por el ejecutivo. La resolución fraguada por el directorio autorizó su liberación argumentando que el Banco presentaba "un exceso en la posición de efectivo mínimo de septiembre de 66.000 millones” y estimaba "tener una posición significativamente holgada en octubre, en los meses siguientes, en un escenario en donde no hay incrementos ni caídas significativas en el nivel de depósitos".

Pero esos números eran el producto de una falacia. Para el mes de septiembre –cuando se produjo la transferencia- el saldo favorable de la entidad era de apenas 2.000 millones. En octubre se redujeron a 1.300 millones, para desbarrancarse y presentar un saldo negativo de -13.000 millones en noviembre, con una proyección negativa de -40.000 millones en diciembre.

Esta caída en los activos de la entidad –a diferente de lo consignado en la resolución de aprobación del préstamo- es habitual a esta altura del año, cuando los depósitos públicos disminuyen drásticamente por la acumulación de gastos de fin de ejercicio.

Por este motivo, la resolución en cuestión no fue avalada por ninguno de los funcionarios de carrera de la entidad, por lo que el directorio se encuentra en situación de ser querellado por "cumplimiento indebido de deberes de funcionario público".

El Banco Nación, bajo la presidencia de González Fraga, es la peor de los últimos veinte años según los especialistas, por lo que su titular pretende recuperar el dinero para tratar de equilibrar un tanto el balance, y escapar del procesamiento penal.

Según los números oficiales que maneja la contaduría General, la entidad tenía un rojo de -4.110.254 millones al 31 de agosto, que mágicamente se habrían convertido en saldo positivo en el mes de septiembre, según la resolución aludida, por la simple alquimia de pasar a contabilizar los títulos públicos de la cartera de inversión a la de "trading" (comercio), lo que permitió presentar una ecuación positiva para autorizar el préstamo.

Sin embargo, esta maniobra implica una falsificación de las cuentas del Banco Nación, que sería impensada en una entidad privada. Ahora la comisión que audite la gestión de González Fraga tendrá la palabra. Y las expectativas no son precisamente auspiciosas para el funcionario macrista.  (www.REALPOLITIK.com.ar)


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Javier González Fraga, Banco Nación

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