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7 de diciembre de 2019 | Nacionales

Lo que vendrá

Alberto Fernández puso en marcha una nueva epopeya argentina

Finalmente cayeron los velos y se acabaron las especulaciones. Este viernes por la tarde, según lo prometido, Alberto Fernández presentó su gabinete. No hubo sorpresas respecto de la composición que adelantamos tres días atrás. Sólo la definición, en algunos casos puntuales, que se resolvieron a último momento. Sin misterios. Sin sorpresas.  

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por:
Alberto Lettieri

De este modo, Alberto Fernández cumplió su primera promesa. Anunció su gabinete en tiempo y forma. Con eso ya le alcanzó para diferenciarse de Mauricio Macri, quien sólo cumplió dos de las veinte promesas formuladas al pueblo argentino antes de asumir. En su tono sereno, en la explicación de las razones de cada designación, en el conocimiento de las trayectorias de sus funcionarios, estableció una distancia aún mayor.

El desafío asumido por Alberto Fernández es formidable e inédito en nuestra historia. Recibe un país endeudado en un 100 por ciento de su PBI, con 42 por ciento de pobreza y casi 9 por ciento de indigencia. Con salarios que cayeron al 50 por ciento de su capacidad de compra a lo largo de la gestión de Juntos por el Cambio. Con la educación destruída, la salud colapsada, el retorno de enfermedades medievales como el sarampión, que habían sido erradicadas hace largo tiempo en nuestra sociedad. El consumo de leche cayó un 30 por ciento en los últimos tiempos, las jubilaciones y pensiones que se fueron a pique, a lo que debe sumarse un PAMI que dejó de cumplir con sus objetivos esenciales en aras del ajuste. 

En dos años -2018 y 2019- soportamos dos defaults. El lazo social se dañó gravemente, la desigualdad de multiplicó. Por no hablar de la tremenda crisis que se llevó a buena parte de las pymes y del empleo en blanco. En síntesis, Cambiemos hipotecó y puso en duda el futuro de los argentinos. Las consecuencias de la gestión de Macri se sentirán por décadas. 

Tal como lo señaló Alberto Fernández ante la requisitoria periodística, ojalá tuviera la suerte de recibir el país que presentó Macri en su cadena nacional y en su serie de spots denominada “momentos”. Pero ese país no es el nuestro. Para encontrar a la verdadera Argentina que legó Mauricio Macri hay que escarbar en el barro y hundirse en el subsuelo. Sin salvavidas y sin red.

En la composición de su gabinete, Alberto Fernández debió tratar de consensuar y dar coherencia a las expectativas de los distintos actores y agrupaciones que componen el Frente de Todos. Trató de combinar experiencia con juventud, a propios y ajenos. Algunos señalan que casi un 50 por ciento de los ministerios fueron asignados a actores próximos a Cristina. Era lógico, ya que la ex presidente aportó el 80 por ciento de los votos. También está su círculo íntimo, sus camaradas de siempre para cuidarle las espaldas. Hubo reconocimiento para los intendentes, para el Frente Renovador, para los gobernadores, que, en definitiva, fueron los menos favorecidos en el reparto, pero que, como compensación, deben afrontar el desafío de administrar sus propias provincias. Algunos podrán disentir –como siempre ocurre- con algunos de los nombres. Nadie podría negar los méritos de los componentes del equipo.  

El discurso de Alberto Fernández fue moderado. Evitó caer en la trampa de algunos periodistas que intentaron llevarlo a profundizar la grieta. Su mirada estuvo puesta en el futuro, por lo que hizo mínimas referencias al gobierno saliente. Los indicadores sociales, económicos y culturales hablan por sí mismo. El índice heladera es el que mejor define la gestión de Cambiemos. 

Alberto dio algunas precisiones sobre los temas que serán privilegiados en un primer momento: el combate a la pobreza y el hambre, la actualización de salarios y la economía. Sobre todo, la negociación de la fabulosa deuda que tomó Cambiemos y de la cual sus funcionarios deberán dar explicaciones ante la Justicia, por el bien de la salud moral de nuestra sociedad. 

Este viernes Alberto Fernández puso en marcha una nueva epopeya argentina. Planteó un gobierno con todos y para todos, y no sólo para los amigos o los más poderosos. Ojalá que lo acompañe la fortuna, ya que su éxito será el de todos los argentinos. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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