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12 de diciembre de 2019 | Nacionales

Derechos Humanos

Malvinas: En su informe de gestión, Avruj mintió sobre la cantidad de héroes sin identificar

El informe de gestión de la secretaría de Derechos Humanos de la Nación y sus funcionarios salientes, fue difundido el 9 de diciembre por el ex secretario Claudio Bernardo Avruj.

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por:
Alicia Panero

El mismo, bajo el titulo “Memoria de una Agenda Ampliada de Derechos Humanos”, consta de 191 páginas y entre las 33 y 45 brinda un informe amplio en números, sobre el plan Proyecto Humanitario que logró la identificación de 115 soldados en Darwin.

Entre cuadros y números, se destaca por primera vez la actuación del CECIM, Centro de Ex Combatientes de Malvinas, cuya acción junto a madres y familias de caídos del Chaco, dieron origen a este proceso, por la vía judicial, con la intervención de la Cruz Roja Internacional, convirtiéndolo en una política de estado que trascendió gobiernos.

Describe todos los actores que formaron parte de tres etapas, redundando en números de muestras tomadas, soldados identificados y excluidos. Es decir, aquellos que no se encontraron.

Recordemos que el plan Proyecto Humanitario solo incluía tumbas con la leyenda “soldado argentino solo conocidos por Dios”, con esas características fueron 121 tumbas con 122 restos, ya que en una de ella había en realidad dos. Firmado entre los gobiernos de Argentina y Reino Unido y la Cruz Roja Internacional, siempre estuvo viciado porque nadie dijo la verdad sobre las dos tumbas conjuntas, con terribles irregularidades producidas en 2004.

El informe de gestión concluye, respecto del tema identidad en Darwin: “A la fecha de redacción de este informe quedan por identificar siete cuerpos. Por ello, el equipo interdisciplinario continúa con las tareas de contactar a las familias que aún no fueron localizadas a la fecha, con el fin de obtener muestras de referencia para la continuación de las tareas de identificación”.

Y es aquí donde empiezan las omisiones, el ocultamiento de la verdad a la gestión entrante. No son siete, son trece.

Las dos tumbas conjuntas que el informe solo menciona como eso, “conjuntas”, se encuentran bajo la lupa de la Justicia por una denuncia realizada por quien escribe. Gracias a la insistencia, la excelente predisposición del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y un miembro comprometido del Centro Ulloa, el licenciado Mariano Flores, siempre dispuesto a encontrar la verdad, es que se identificaron tres soldados más, en tumbas individuales y cuyos nombres fueron “plantados, puestos a dedo o falseados” en una de esas dos tumbas múltiples.

Todo está probado en torno a las irregularidades de las dos sepulturas, la documentación es copiosa y demuestra que no fue un error involuntario sino una acción inexplicable, con inexplicables fundamentos. Pese a la aparición de los cuerpos en otras tumbas, diferente a donde estaban desde 2004 puestos sus nombres, sus familias jamás recibieron una  explicación.

Tampoco lo hace el informe, donde se adivina que fueron identificados, como si hubiesen estado incluidos dentro del PPH, pero porque solo son señalados en la etapa dos, que va desde enero de 2018 hasta diciembre del mismo, como un salteño y dos santiagueños. Ellos son los soldados Walter Aguirre, Luis Sevilla y Mario Luna, del BAM Cóndor de la Fuerza Aérea Argentina.

Siguiendo con las sepulturas B 4 16 y la C 1 10, las tumbas conjuntas, en los últimos días se publicó en los principales diarios al ex canciller Jorge Fourie, trabajando hasta último minuto por el pedido de firma de una adenda con el Reino Unido para la apertura de la tumba C 1 10, donde aparecían los nombres de Aguirre, Sevilla y Luna, pero donde, como pudimos demostrar, no estaban.

El único identificado por los británicos en esa tumba era el subalferez de Gendarmería, Sánchez, que murió junto a sus compañeros en un helicóptero que cayó en Monte Kent, a 80 kilómetros de donde murieron los soldados de la Fuerza Aérea, cuyos nombres plantaron junto al de él. Por estos resultados, al quedar Sánchez junto a tres restos NN, como bien lo señala el informe original en el que se basaron para el desarrollo del PPH, también se difundió en los medios que la viuda de Sánchez había dado la autorización para la apertura de la tumba. Nada de esto aparece en el informe de gestión como pendiente.

Simplemente se invisibiliza, se esconde, se omite a un puñado de muertos que tienen deudos, que esperan. Si la nueva gestión se preocupa por este tema, deberá adivinarlo, o remitirse a la denuncia penal, o buscar en los diarios. Una omisión que agrega escandalo al escándalo de dejar pasar irregularidades que tienen que ver con la identidad, como agua va.

La responsabilidad en aquel 2004 de la puesta en valor del cementerio y la implantación de nombres sin procesos científicos de identificación es tanto de la comisión de Familiares de Caídos, que tuvo a cargo esa puesta en valor y es hoy la administradora del cementerio de Darwin, como del coronel británico Geoffrey Cardozo, que sabiendo que él no identificó a esos muertos en 1983, prefirió el silencio en 2017 para poder posicionarse como el héroe inglés que nos enterró los muertos.

El coronel británico solo cumplió con lo que cumple el Reino Unido después de una guerra como un dogma, las normas de la convención de Ginebra. Si los funcionarios salientes hubiesen leído el punto 15 del informe que el mismo firma, jamás se hubiesen desatado en torno a su persona las cualidades casi místicas que adquirió. En el punto 15 de ese informe dice que los militares británicos tienen “expresamente” prohibido tocar los cuerpos de los soldados, para eso se contrataron sepultureros civiles. Entonces, o Cardozo desoyó órdenes del gobierno británico o exageró sus dotes humanitarias, que seguro las tiene, pero no tocó los muertos. Lo demás es marketing.

La agenda de gestión también esconde, omite, un segundo informe confeccionado por Cardozo que llegó a la Argentina, redactado por él, a fines del año pasado. Tal vez aclare muchas de las dudas que existen sobre hallazgos posteriores a su trabajo en febrero del 83, pero constituye un nuevo misterio, del que tampoco sabrá la nueva gestión.

Respecto de la tumba B 4 16 , no mencionada como en conflicto judicial por el informe de la secretaría de Derechos Humanos, tiene cinco nombres de tripulantes de un avión Lear Jet de la Fuerza Aérea, donde solo hay dos restos NN, por el área del hallazgo se puede presumir que son miembros de esa tripulación, no sabemos cuáles ni cuántos, porque en la isla Bordón, años después de la guerra, aparecieron otros restos que poseen la misma placa que está en Darwin. Allí puede estar como homenaje, en el cementerio no, este debe reflejar la verdad histórica.

Al ser preguntado por esta tumba, y la inclusión en la adenda, el ex secretario de Derechos Humanos, Claudio Bernardo Avruj, respondió que no tenía acuerdo de las familias. Mal puede tenerlo, si no hubo proceso científico de identificación que acredite nada. La hija de uno de los tripulantes respondió que la parcela era de ellos y hacían lo que querían. Las familias no están obligadas a la identificación, pero el cementerio debe reflejar la verdad histórica basada en procesos científicos.

Recordemos que Darwin es un cementerio de guerra, un lugar histórico por ley donde descansan héroes nacionales por ley. No hay parcelas privadas. Esos dos restos debieron, si Cardozo hubiese dicho la verdad en su momento, ser extraídos para el macheo con el resto de las muestras de los familiares, porque tanto esa tumba como la C 1 10, tenían la leyenda “soldado argentino solo conocido por Dios”.

Un informe no es un documento público, por lo tanto, no se puede denunciar falsedad ideológica. Siempre habrá personas comprometidas con la verdad que harán hasta el último esfuerzo por honrar esos muertos, custodios de nuestra soberanía. La mentira y la omisión no son un homenaje sino una afrenta a sus memorias y a sus deudos. Con las buenas intenciones no alcanza.

Como el propio ex secretario escribió en Télam el 21 de noviembre, sobre una frase que quien escribe uso en la notificación del teniente Juan Domingo Baldini: “Cuando un soldado recupera su nombre, vuelve a casa”. Para él fue una inspiración para que los argentinos volvamos a encontrarnos, nos inspiremos en eso, pero partiendo de la verdad. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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Claudio Avruj, Mauricio Macri

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