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15 de diciembre de 2019 | Opinión

Las cosas por su nombre

El desafío de AF: Evitar que su gobierno se convierta en una patocracia

Cristina Fernández de Kirchner, es una psicópata que llegó al poder. Las cosas, por su nombre.

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por:
Constanza Moragues Santos

Esta afirmación parece subjetiva, pero no lo es. Lo aclaro, ya que a ésto me refiero con “llamar a las cosas por su nombre”. A discernir, en principio, y desde una perspectiva filosófica, que doxa y episteme no son lo mismo. En términos estrictamente comunicacionales, información y opinión tampoco.

Retomando lo anterior, se trata en realidad de una afirmación objetiva, y más precisamente, descriptiva. Dado que puede deducirse lógicamente de la observación de dos variables concretas: por un lado el resultado que arrojaron las urnas, y por otro, la bibliografía especializada en psicopatía que existe tanto a nivel nacional como internacional sobre el tema en cuestión.

Para el lector, que por ignorancia o reticencia quiera negar ésta realidad, recomiendo acudir a las fuentes y comprobar por sí mismo que la psicopatía de CFK, no es producto de mi opinión. Ni de la opinión de nadie. Es producto de cotejar la teoría con la evidencia empírica, nada más.

Desde “La máscara de la cordura” de H. Cleckley, pasando por “Sin conciencia” de Robert Hare, hasta “Mobbing” o “Las cinco trampas del amor zero” de Iñaki Piñuel, y “Un curso sobre psicopatía” y “Ancladas en psicópatas” de Hugo Marietán, la identificación de los rasgos psicopáticos que éstos autores proponen, sujeta  al conocimiento que tenemos de la manera de ser de Cristina, producto de haber sido testigos de su comportamiento durante gobiernos anteriores, resulta harto ineludible que, psicópata, es el calificativo que mejor la describe.

Esta realidad, Cristina es psicópata, nos lleva a establecer la siguiente relación de causa y efecto: si el individuo es, la minoría más pequeña que existe, y si para la entrada en rigor de un gobierno de características patocráticas sólo hace falta que “una pequeña minoría o élite de psicópatas llegue al poder, por medios tanto democráticos como por la fuerza” resulta evidente hacia dónde vamos.

Una de las características esenciales de este tipo de gobiernos, es que se establecen valores patológicos, por ejemplo, la mentira, la manipulación y el engaño, como formas privilegiadas de intercambio. Así, toda comunicación se ve plagada de falacias, y todo argumento, teñido de razonamientos de tipo pseudo lógico y psuedo morales.

La identificación de estos elementos presentes en el discurso del gobierno, posibilita el establecimiento de un contexto adecuado para salir de las ambigüedades y los matices que dificultan, engaño mediante, la tarea del receptor del mensaje a la hora de decodificar la intencionalidad del emisor, en primer lugar, y de comprender el contenido del mensaje, en segundo lugar. ¿Qué nueva etapa se inaugura, si las propuestas de fondo son las mismas? ¿Cómo será posible que la Argentina salga de pie, aplicando las recetas que la pusieron, antes, de rodillas?

En el ejemplo del discurso de Alberto Fernández sobre la creación de un plan de solidaridad en la emergencia, se homologan dos principios económicos de naturaleza contrapuesta; creación de riqueza y transferencia de riqueza. Uno basado en la libertad, la igualdad y el crecimiento, otro basado en la opresión y los privilegios, mediante mecanismos de expoliación legal e intervención estatal.

En el primer caso, la libre competencia y la posibilidad de emprender, innovar y acumular capital, permiten el desarrollo humano y productivo de individuos y empresas que se expanden y ofertan más y nuevos puestos de trabajo, mientras que en el segundo, la riqueza no se crea, sino que se trasfiere, desde los lugares de mayor productividad, a los de menor o nula productividad; un sistema apunta a generar condiciones de crecimiento productivo, el otro, a redistribuir “mejor” lo ya producido.

Esta decisión, ya experimentada, además, de optar por la meta de la “redistribución” frente a la opción de “crear”, es incompatible con el resultado esperado y propuesto para salir del endeudamiento: crecer. Sin embargo es percibida como viable, por una mayoría acostumbrada a aceptar sin cuestionar, premisas inconsistentes como ésta.

Por último, quiero compartir, que la alusión en once oportunidades, al “nunca más”, fue reconocida, por quien escribe, como una peligrosa intención (por parte del emisor real del mensaje), de instalar y legitimar, la analogía falaz entre el gobierno de facto de la última dictadura militar, y el gobierno democrático e imperfecto, del saliente ex presidente, Mauricio Macri.

A modo de predicción y siguiendo el razonamiento pseudo lógico que se deriva de allí, cabe esperar que el propósito estratégico de esta alocución se cumpla: preparar el terreno de la opinión pública, para, en el corto o mediano plazo, asistir a la puesta en escena del indulto a la ex mandataria, CFK.

Escena que, seguramente será aplaudida y recogida como una especie de “victoria popular”, por la multitud de ingenuos desinformados que, carentes de toda conciencia del funcionamiento habitual de estos seres, son y serán, una y mil veces más, durante los próximos cuatro años, indudablemente estafados mediante todo tipo de mentiras y engaños.

 “No hay peor ciego que el que no quiere ver”, versa el refrán…


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