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16 de diciembre de 2019 | Cultura

Aniversario punk

Pil Chalar: “London Calling es una obra de arte”

El cantante de Pilsen y Los Violadores recuerda junto a REALPOLITIK la emblemática obra de The Clash, de cuyo lanzamiento de cumplen cuarenta años. 

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por:
Juan Provéndola

El punk embrionó a mediados de los 70’s y tuvo su nacimiento “formal” en 1977, pero recién en los últimos días de esa década viviría el episodio que lo refundaría para siempre: el 14 de diciembre de 1979 salió a la venta el disco doble “London Calling”, tercera obra del grupo inglés The Clash y acaso uno de los mejores trabajos en estudio de toda la historia del rock mundial.

El éxito que generó ese lanzamiento en las islas británicos provocó un poderoso oleaje hacia el otro margen del océano Atlántico, llegando rápidamente a Estados Unidos para terminar de consolidar la expansión de Clash primero por el mercado angloparlante, y casi inmediatamente por todo el mundo occidental. El resto… es historia conocida.

“Yo compré la edición americana de ‘London Calling’ la primer semana de enero de 1980”, confiesa Pil Chalar, quien entonces tenía diecinueve años. Faltaba todavía un año para convertirse en el cantante y principal letrista de Los Violadores, pero ya en ese entonces estaba interesado por la cultura punk y vinculado con otros jóvenes que compartían ese gusto. “Conseguí el disco en una tienda de Belgrano sobre Juramento, cerca de donde vivía Pedro Braun”. Se refiere a Hari-B, el guitarrista que había fundado con el baterista Sergio Gramática Los Testítulos, algo así como la proto-historia de lo que luego devino en Violadores. 

“Sinceramente esperaba encontrarme con un punk rabioso, pero la primera impresión que me dejó ‘London Calling’ cuando lo escuché fue: ‘Mmm, esto es otra cosa’. Evidentemente ese punk ya estaba quedándose en el pasado, ya que poco antes había comprado ‘Setting sons’ de The Jam y sentí algo similar”, evoca Pil. “Sin embargo, a medida que pasaron los días, el disco empezó a ofrecerme otras sensaciones”.

TRABAJO EN EQUIPO

Después del disco debut homónimo (1977) y de “Give 'Em Enough Rope” (1978), The Clash cerró 1979 en la línea de publicar un material por año, aunque con una novedad: “London Calling" salía en formato de disco doble por expreso pedido de la banda. Los cuatro músicos eran jóvenes pero para nada adolescentes (Mick Jones, Paul Simonon y Topper Headon tenían 24 años, mientras que Joe Strummer era “el mayor” con 27), por lo tanto esa especie de madurez biológica quedó clara en dos negociaciones victoriosas frente a las oposiciones de la discográfica: no solo lograron imponer ese formato (la CBS inicialmente admitía un solo LP y un maxi simple), sino también la orden de que el álbum se vendiera en el mercado como si en verdad fuera un vinilo solo y no dos, como terminó siendo. 

“De todos modos en Argentina salía más caro que un disco normal. Más o menos equivalía al valor de un disco y medio. En fin: la famosa viveza criolla”, recuerda Pil

“El disco fue grabado casi como si fueran una tropa: jugaban al futbol, ensayaban y graban… jugaban, ensayaban y grababan. Esa era su dinámica. Cuando jugaban a la pelota, se pegaban, ¡porque estaban todo el día juntos!”, explica Pil, uno de los próceres del punk argentino más influenciado por la obra de The Clash. “Otro dato es que el productor estaba medio chiflado: tiraba escaleras y creaba conflictos dentro de la banda para motivarlos, aunque de una manera violenta”.

CANCIÓN POR CANCIÓN

“Inicialmente me impactó la canción ‘London Calling’, porque era lo más pesado del disco y, en definitiva, lo que yo estaba buscando de ellos”, asegura Pil Chalar. Sin embargo poco a poco comenzó a valorar las otras canciones, incluso aquellas que estaban alejadas del patrón sonoro que The Clash sugería inicialmente. ¿Un ejemplo? “Lost in the Supermarket”, indica el actual cantante de Pilsen, apuntando a una que (a diferencia de la gran mayoría del disco doble), no era cantada por Joe Strummer, sino por Mick Jones. “Es un gran tema que, si no fuera de ellos, diríamos que es una pieza pop más…. Aunque al ser de Clash naturalmente toma otro carácter”.

Otra canción que Pil valoró “como un temazo recién con el devenir de los días” (y que tampoco es cantada por Strummer, sino, en este caso, por el bajista Paul Simonon) es “The Guns of Brixton”. “Quizás tuvo que ver porque en esa época también estaba escuchando mucho a Bob Marley y me generaba alguna vinculación”, supone el ex Violadores. “Esa canción tienen una coloratura reggae y hasta casi de semicumbia, diría, aunque con un estilo británico. Con Pilsen tocamos muchas veces esa canción. Lo mismo pasó con ‘Brand New Cadillac’”.

“Con los años tuve la oportunidad de viajar a varios puntos del caribe y, entre esas islas, fui encontrando muchas cosas que están en ‘London Calling’. Como por ejemplo el ska ‘Wrong ‘Em Boyo’”, señala el cantante. En efecto, ciertos sonidos jamaiquinos fueron muy influyentes en la médula espinal del punk inglés primigenio, aunque esa sinergia llegó al paroxismo de la mano de The Clash no sólo a través de estos rasgos que bien señala Chalar, sino también de la presencia física que la banda londinense tuvo en la isla centroamericana (posterizada para siempre con la grabación no oficial del show ofrecido a fines de 1982 en Montego Bay). 

“El inglés mío de esa época era bastante rudimentario, aunque por suerte pude ir mejorando algo con los años y eso me permitió también valorar muchas canciones por el poder de sus letras”, dice Pil. “En el caso de ‘Spanish Bombs’, por ejemplo, se entendían muchas cosas y me hizo interesar por la guerra civil española. Recuerdo especialmente escuchar ese tema volando hacia Madrid, ya que una compañía aérea tenía el disco entre las opciones de pantalla, por lo tanto puedo al mismo tiempo afirmar que ‘London Calling’ es álbum que más veces escuche arriba de un avión”. 

Además Chalar aporta una data propia de un melómano que comparte info sobre un disco que ama: “‘Train un Vain', ese temazo medio pop y medio country de Mick Jones, no está anotado en algunas ediciones”.

UN CLÁSICO A LA ALTURA DE LA BEATLEMANÍA

“Ya al año de su salida, ‘London Calling’ me parecía un disco clásico, del mismo modo que lo sostenían tantos otros. Y, pasado el tiempo, no dudo en calificarlo como uno de los discos fundamentales en la historia del rock”, sostiene Pil. “Fue una obra de arte incluso a pesar de que nadie lo premeditó como tal: fíjate en la imagen de tapa con Simonon rompiendo el bajo (N: una foto casual e incluso fuera de foco) y hasta en la información interna del álbum, donde las letras aparecen manuscritas, a veces incluso tachadas y sin demasiada preocupación estética”. 

“Actualmente muchos buses londinenses están plateados con el disco y hasta los Juegos Olímpicos de 2012 tuvieron a ‘London Calling’ como canción oficial, ¡a pesar de que era una letra apocalíptica que decía que Londres se iba a ahogar!”.

No conforme con eso, el cantante de Pilsen y Los Violadores se envalentona y redobla la apuesta: “ Después de la Beatlemanía, creo que ‘London Calling’ fue el último gran disco del rock, una efervescencia insuperable, a pesar de que The Clash siguió intentando ampliarse con proyectos siguientes, tal como pasó con ‘Sandinista!’, que era triple, o ‘Combat Rock’”.

“Si tuviera que elegir a mis tres álbumes favoritos, incluiría a ‘London Calling’ junto a ‘Sgt. Pepper’s’ y ‘Revolver’, porque me gusta que entre esos dos discazos de Los Beatles esté la cuña del punk… A pesar de que entonces Clash ya no era tan punk como en sus dos discos anteriores. ¡Y bien que así pasó! Gracias a eso salió esta preciosura para que lo podamos disfrutar todes, como se dice ahora”. 

BONUS TRACK: EL CONTACTO CON STRUMMER QUE NO FUE

“Trato de olvidarlo… pero Joe Strummer estuvo cerca de ser el productor del primer disco de Pilsen”, afirma Pil. Tras la primera separación de Los Violadores, el cantante retomó su carrera con aquella otra banda que salió a la palestra en 1993 a través del álbum “Bajo Otra Bandera”. A pesar de su gran legado, Strummer (que terminaría falleciendo en 2002) no pasaba por su mejor hora: “Estaba más bien dedicado a hacer bandas sonoras de películas y también cameos, pero más allá de eso tenía problemas con el alcohol y no era sencillo ubicarlo. Además nosotros tampoco teníamos muy en claro ciertos parámetros de Pilsen, así que la compañía que nos editó directamente decidió cortar el chorro”. 

“Digamos que las condiciones de salud de Strummer no eran las mejores para producir un álbum, y menos aún con la necesidad de tener que viajar hasta Sudamérica para hacerlo, jaja”, sonríe Chalar. “Al final la producción del primer disco de Pilsen la terminó haciendo Steve Jones, de los Sex Pitols, así que tampoco estuvo tan mal. Pienso, sin embargo, en las charlas que pudiésemos haber tenido con Strummer, o cosas que él hubiese encontrado para ajustar nuestro sonido. En fin: cosas que no sucedieron ni podrán suceder”. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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