Según una encuesta, la sociedad no quiere volver al macrismo pero la grieta continúa vigente

Según la consultora, “hasta el momento el gobierno no ha conseguido saldar la grieta, haciendo que los puntos de vista estén condicionados al voto”. De este modo, mientras que el 49 por ciento de los encuestados expresa una visión positiva de los cambios realizados en el país, un 42 por ciento los desaprueba.

El informe respectivo sostiene que “la gestión de Alberto Fernández está fidelizando a sus propios votantes más que tratando de captar a la oposición”.

Los resultados son los esperables, habida cuenta del escaso rodaje de la nueva gestión, por lo que no es dable esperar cambios sustanciales respecto de las preferencias expresadas en las urnas. 

Pero lo más destacable de este informe es la evaluación contrastada entre las gestiones de Alberto Fernández y Mauricio Macri, ya que mientras el actual presidente de los argentinos registra un diferencial positivo a su favor del 7 por ciento (+7), Mauricio Macri concluyó con una diferencial negativo de un 33 por ciento (-33). 

Y aquí el dato destacable es que un 47 por ciento de los votantes de Juntos por el Cambio evalúan como muy buena (5 por ciento) o buena (42 por ciento) la gestión desarrollada por Alberto Fernández en las primeras semanas de su gestión. 

De este modo, cuando los encuestados son consultados sobre la gestión del nuevo presidente en sí, priva la visión de la grieta. Pero cuando se analiza de manera comparativa esta gestión respecto de la anterior, los argentinos dejan en claro que no quieren volver ni por asomo a la gestión de Cambiemos, que condujo al país a una catástrofe económica, social y financiera, que nos acompañará durante largos años. 

También surge de este trabajo la contradicción que experimenta el votante de Cambiemos, que si bien al momento de votar privilegia una especie de odio social hacia el peronismo, optando incluso por un espacio político que ha perjudicado los intereses de buena parte de este universo, deja en claro que no quiere retornar a la gestión por la que se ha expresado. 

A juzgar por los resultados, el votante anti-peronista experimenta una “crisis de representación”: sabe lo que culturalmente no quiere, pero no se siente representado por la coalición Juntos por el Cambio. 

Esta situación debe llamar la atención de unos y otros sobre la dimensión cultural del sufragio, y la necesidad de operar sobre ella. Del lado del Frente de Todos, deberá prestar muchísima atención a su política educativa, a sus iniciativas culturales y a la manera de comunicar sus acciones y decisiones, tratando de bajar los decibeles del conflicto que agrieta a nuestra sociedad. La profundización de la “batalla cultural” anunciada en la gestión de Cristina Fernández, pero revisando sus procedimientos y estrategias. 

Del lado de la oposición, en cambio, sería el momento de pensar si realmente el discurso confrontativo, excluyente socialmente y aristocratizante en su concepción de la sociedad es el más apropiado para mejorar su adhesión social. Y preguntarse también si la alianza y los liderazgos actuales de Juntos por el Cambio son los apropiados, o si debe reconvertir esa alianza asignándole un perfil menos radicalizado, más democrático y plural. 

Si bien es aún muy temprano para sacar conclusiones definitivas, los resultados de esta encuesta pueden ser útiles para revisar diagnósticos y caracterizaciones y definir estrategias de acción. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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