Jueves 28.03.2024 | Whatsapp: (221) 5710138
13 de enero de 2020 | Nacionales

Elementales pero sin ministerios

Beliz y Argüello, dos piezas clave del think tank de Alberto Fernández

Desde antes de las PASO, Alberto Fernández se esforzó por redefinir la relación con los medios y los comunicadores del establishment. Consciente de que la comunicación sería uno de los escenarios fundamentales para determinar su perfil ante la sociedad, tenía en claro que debería definir una estrategia basada en la cordialidad y la predisposición.

facebook sharing buttonCompartir
twitter sharing button Twittear
whatsapp sharing buttonCompartir
telegram sharing buttonCompartir
print sharing buttonImpresión
gmail sharing buttonCorreo electrónico

por:
Alberto Lettieri

Un poco por disposición natural al diálogo y al debate, y otro por la certeza de que había que llegar al público independiente y opositor, para expresar sus ideas y propuestas y para imprimirle un sesgo político propio a su imagen hacia “los de afuera”.

Los ministros y funcionarios de su gestión han recibido instrucciones de replicar este modelo comunicacional. “Nuestros votantes y militantes saben perfectamente quiénes somos y hacia dónde apuntamos. El desafío radica en que el resto de la sociedad tenga en claro que no somos bestias negras”, confía un miembro vitalicio de su entorno. Por esa razón no llama la atención que se haya privilegiado garantizar un contacto fluido con los medios “ajenos” mucho antes de definir las autoridades del sistema de medios públicos, y de una política específica para ellos. 

Por esta razón, resulta habitual que los funcionarios de primera línea aparezcan reiteradamente en la pantalla de los multimedia, incluso aquellos que, durante la gestión de Cristina Fernández, eran remisos a hacerlo. Esta es una de las cuestiones en las que se advierte una diferencia mayor entre la gestión actual y la que concluyó el 10 de diciembre de 2015.

Sin embargo, hay dos funcionarios clave en el diseño de las políticas y estrategias de Alberto Fernández que han tenido escasa exposición mediática, aunque su ·invisibilidad es inversamente proporcional a las responsabilidades que se han depositado en ellos. Uno es Gustavo Béliz. El otro, Jorge Argüello. Ambos exhiben una extensa trayectoria política y son fuente de consulta permanente de Alberto Fernández

Gustavo Béliz es ahora secretario de Asuntos Estratégicos y tiene su oficina en la Casa Rosada, en el mismo piso que el presidente. Fue ministro del Interior con Carlos Menem y ministro de Justicia con Néstor Kirchner. En su primera gestión pegó el portazo, en disidencia con muchos de los manejos y decisiones que confrontaban de plano con sus estrictos códigos morales. En la segunda, le fue requerida la renuncia después de su denuncia sobre la incidencia del espía Antonio Stiuso, que por entonces se encontraba en pleno apogeo. Después llegó el obligado exilio y doce años de trabajo en el BID, en Washington. Sus contactos son ilimitados. Su predisposición al trabajo y su profesionalismo sorprenden a la mayoría de sus compañeros de gestión, que lo consideran una especie de “bicho raro”, una especie de monje laico llamativamente fiel a sus principios. 

Si bien su función principal es la de ocuparse de la formación del Consejo Económico y Social, ha jugado un papel determinante en la vinculación de la nueva gestión con sindicalistas, entidades religiosas, movimientos sociales y destacados actores y organismos internacionales. En particular, ha sido determinante en el establecimiento de relaciones con los organismos de crédito internacional y con los Estados Unidos. También ha sido el encargado de definir el organigrama de la gestión y el de la mayoría de los ministerios. Es remiso a la exposición mediática, pero nadie pone en duda su rol estratégico junto a Alberto Fernández


Barack Obama y Jorge Argüello.

Otro funcionario que tampoco ocupa un ministerio pero que resulta clave para la gestión es Jorge Argüello. A sus 63 años cuenta con una extensa trayectoria en el campo de la diplomacia, en la que se destaca su actuación como representante permanente de la Argentina en la ONU entre 2007 y 2011, y su desempeño como embajador en los Estados Unidos entre 2011 y 2013, y en Portugal entre 2013 y 2015. 

Argüello cuenta con un amplio reconocimiento en la diplomacia internacional y, sobre todo, con fluidos lazos en los Estados Unidos, un escenario clave para la gestión de Alberto Fernández. Su designación como embajador argentino ha sido muy bien recibida en el país del norte. Pero Argüello no será un embajador común en Washington, ya que además tendrá a su cargo la coordinación de las acciones de los representantes de nuestro país en la ONU, el FMI, la OEA, el Banco Mundial, el BID, los diversos consulados y será el consejero encargado de asesorar a Alberto Fernández en la cumbre del G20 que se realizará en Arabia Saudi. Es la persona de referencia del presidente argentino en las ligas top de la diplomacia internacional y habrá de jugar un papel de vinculación decisivo en las negociaciones con el FMI que arrancan en el mes de marzo.

Menos expuestos a la exigencia mediática y, tal vez, menos populares que muchos de los funcionarios del gobierno argentino en la consideración pública, Gustavo Béliz y Jorge Argüello son dos de las figuras más relevantes de la actual gestión. Ambos resultan referencias imprescindibles en el think tank de Alberto Fernández, aunque no ocupen ministerios en su gobierno. (www.REALPOLITIK.com.ar)


¿Qué te parece esta nota?

COMENTÁ / VER COMENTARIOS

¡Escuchá Radio Realpolitik FM en vivo!