El FMI se lavó las manos con el endeudamiento argentino: “Es un problema del gobierno”

Si bien Georgieva declaró que, “en términos generales”, respalda el compromiso del gobierno de estabilizar la economía, aclaró que no habrá “excepción alguna” para la Argentina respecto de las políticas generales del organismo. 

La titular del FMI fue terminante al momento de subrayar que la decisión de analizar “cuidadosamente” el proceso de endeudamiento durante los años del macrismo es “un problema del gobierno y no del FMI”. En buen criollo, se lavó las manos.

Al ser requerida sobre la posibilidad de que se realizara alguna quita sobre la colosal deuda argentina, la más abultada que registra la entidad, Georgieva consideró que las contravenciones de su propio estatuto que efectuó el FMI durante la gestión Lagarde, o el hecho de que se tomaran compromisos de manera ilegal, contraviniendo las leyes argentinas, al esquivar la intervención del Congreso, no constituyen factores a tener en cuenta. 

“Nuestra formulación legal es tal que no podemos tomar medidas que puedan ser posibles para otros sin esta gran responsabilidad global”. E insistió en que, si bien “entendemos la necesidad de analizar cuidadosamente la carga de la deuda, es el trabajo del gobierno, no del FMI”.

En el gobierno argentino se habían generados ciertas expectativas sobre la posibilidad de una quita a partir de comentarios informales realizados por un miembro de la delegación del FMI que actualmente visita la Argentina. También la renuncia de un economista jefe del Banco Mundial, a consecuencia de haberle sido rechazado un informe en el que comprobaba la existencia de una especie de conspiración entre las anteriores autoridades del FMI y el gobierno de Cambiemos, incluidos retornos del 5 por ciento que se depositaban en bancos suizos, había sido tomada como una señal alentadora. Sobre todo porque quien había supervisado la investigación había sido la propia Georgieva, en su paso previo por el Banco Mundial.

Por el contrario, y aunque las autoridades del FMI de la etapa Lagarde fueron prácticamente removidas en su totalidad, entre otras cosas por la irresponsable negociación con la Argentina, las declaraciones de Georgieva certifican que los trapos sucios se lavan en casa. Por lo tanto, el FMI no admitirá públicamente responsabilidad alguna en un acuerdo en el que ambas partes se esmeraron por transgredir la legalidad. 

La presidenta el FMI hizo una demoledora síntesis de la situación financiera externa de la Argentina, omitiendo cualquier responsabilidad de la entidad al respecto. “La Argentina es el principal deudor del FMI, con una línea por 44.000 millones de dólares, que equivale al 43 por ciento del total que hoy tiene prestados el organismo a sus países miembro. Las tenencias de acreedores privados más que duplican esa cifra”.

Después de declaraciones tan negativas y terminantes, Georgieva eligió concluir con una frase alentadora. “En términos generales, apoyamos mucho el compromiso de este gobierno de estabilizar la economía y volver al crecimiento”.

Si eso se consigue, después del reportaje concedido a la cadena Bloomberg, quedará claro que será, exclusivamente, mérito del gobierno nacional y de los argentinos. Solo faltó que Georgieva parafraseara a aquel funcionario de Raúl Alfonsin, y declarara: “Me hablaron con el corazón, y les contesté con el bolsillo”. (www.REALPOLITIK.com.ar) 

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