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9 de marzo de 2020 | Opinión

Historia de un campeón

Boca contra River, un clásico celestial

El día que este partido se transformó en celestial y en una guerra total entre las fuerzas del bien y del mal, “luz versus tinieblas”, “verdad versus mentira”, “mafia versus justicia”.

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por:
Sergio Parodi

¿Cuándo se desató esta batalla en todos los frentes? En el preciso instante en que River Plate optó por hacerse delincuente recurriendo al satánico doping. Ese día, el clásico se hizo eterno ya que, detrás de las trampas, el engaño y el encubrimiento, se mueve el príncipe de las tinieblas y padre de todas las mentiras, el enemigo eterno de nuestro Dios. Por ello, a Boca Juniors hoy lo defiende el Dios de todas las verdades y el Señor de la Justicia.

Lo que debía ser una final deportiva se convirtió en una batalla espiritual y judicial entre la luz y las tinieblas, entre el cielo y el infierno. Hay finales que se ganan en la Justicia y eso ocurre en esta histórica séptima Copa Libertadores, hoy en manos del Dios vivo. El error más grande en la historia de River Plate fue hacer un pacto con satanás y encubrir todos sus delitos. Fueron ellos quienes decidieron ser parte del delito y las trampas, ahí se condenaron ese fatídico día de junio del 2017, cuando públicamente mintieron para seguir ganando con trampas y siniestras ayudas químicas. El mundo vio la cara de Pedro Hansing, médico de River, convertido en un agente satánico del doping. Esa mentira sobre el uso delictivo de diuréticos para encubrir el doping colectivo es, fue y será el fundamento legal, espiritual y deportivo que destruirá institucionalmente al campeón más mentiroso de la historia del fútbol.

Señores, una sola mentira puede hacer caer un imperio, el ejemplo de Rusia es más que suficiente. Una sola mentira destruyó la vida deportiva del ciclista más ganador de la historia, Neil Armstrong. Una sola mentira dicha como verdad nos hizo salir del Paraíso. Miren si es peligrosa y letal la serpiente que nos envenena con el engaño. Como podrán ver, el origen del doping es satánico, él envenena la mente y las conciencias de los médicos y entrenadores haciéndoles creer que ganarán sin que nadie descubra lo que hacen en secreto. Hasta junio del 2017, los clásicos entre Boca y River se disputaban en un estadio de fútbol. En cuanto este último buscó apoyo en la mafia del doping, el clásico no sólo se hizo eterno, ahora continúa en sede penal, ámbito donde el mundo sabrá la verdad real sobre el campeón del diablo, el cual será aplastado, destruido y humillado en público por el poder de la acción penal, con el impulso celestial de un Dios que todo lo ve, todo lo sabe y todo lo saca a la luz pública, para avergonzar a sus enemigos. La historia universal nos dice que nuestro Dios siempre hace ganar a la verdad; Dios es la Verdad, por eso digo que River ya perdió ante Dios su honor, su prestigio, su credibilidad y sus títulos. El pesado e implacable martillo celestial de la Justicia ya lo ha condenado, en un tiempo se hará extensiva a la Justicia Penal, Deportiva y Civil, vaciando las vitrinas de un nefasto campeón de las mentiras.

Decidí escribir esto y compartir con los amantes de Boca esta tremenda profecía que concluirá con un inolvidable Bombonerazo Celestial, en donde sentiremos el respaldo y la presencia omnipotente del Dios del fútbol, los talentos y las pasiones. Cuando muchos creían que Boca estaba muerto y sepultado, el Dios de la Justicia lo resucita de entre los muertos y lo corona campeón de américa por ayuda celestial.

Nuestro eterno rival, al buscar ayuda en Satanás, hizo entrar en este clásico el vencedor del diablo y sus mentiras, nuestro señor y salvador Jesús de Nazareth. Te lo tenía que contar para que lo creas, Dios hará campeón a Boca para humillar al enemigo del hombre y del fútbol. Esta hazaña, como todas, la hicieron posible un puñado de valientes que aman a Boca pero que más aman a la verdad. Sin dudas, después vendrán los documentales y la película. La prensa comerá mucho tiempo de este caso. Mi hermano, Darío Canepa, tendrá su emotivo lugar en mítico Museo de Boca, y mi otro hermano, el mejor penalista argentino, Alejandro Sánchez Kalbermatten, será por este caso el penalista más famoso del mundo. Los tres, con ayuda divina, le devolvimos a Boca Juniors todo lo que el enemigo y sus cómplices le robaron con engaños, traiciones y trampas. Obviamente que el martillazo en sede penal hará caer a las cúpulas de FIFA, CONMEBOL, AFA y a los encubridores políticos y judiciales que facilitaron el accionar delictivo y satánico del campeón del doping: River Plate.

Hoy les he compartido la visión profética sobre cómo Dios ve y vio el engaño de River.

La próxima vez que nos veamos será en un Bombonerazo Celestial para festejar la conquista de la séptima Copa Libertadores que entrará en la historia por haber sido ganada con ayuda celestial. Dios los bendiga a todos los amantes de Boca y de la verdad.

“El más grande sigue siendo Cristo Rey, único campeón invicto de la historia”.

 

 

(*) Sergio Parodi es referente de Deportes Sin Droga.


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