
Interior
Se iniciaron las paritarias universitarias y preuniversitarias, con la presencia del ministro de Educación, Nicolás Trotta, y los representantes de los sindicatos CONADU Histórica, CONADU, FEDUN, FAGDUT, CTERA y UDA.
Apenas diez días atrás, el presidente de la República Argentina, Alberto Fernández, definió al suyo como un “gobierno de científicos”, por oposición al “gobierno de CEOs” de la gestión anterior, conducida por el bloque Cambiemos.
Sin embargo, debe reconocerse que a los CEOs les iba mucho mejor que a los científicos, puesto que, ya en el primer encuentro, el mensaje oficial fue que las arcas están vacías, por lo que la gestión actual no está dispuesta a abonar la cláusula gatillo equivalente a la inflación de octubre 2019 a febrero 2020, que arrojaba un indicador del 14,57 por ciento. A cambio, se ofreció un porcentaje del 9,7, con una poda del 5 por ciento.
La universidad fue un sector muy maltratado por el gobierno de Mauricio Macri. A pesar de los paros, clases públicas y otras modalidades de lucha, el recorte excedió el 25 por ciento, con el agravante de que los universitarios quedaron afuera de los bonos de emergencia otorgados, tanto por el gobierno de Cambiemos como por el Frente de Todos, con la excusa de que se cobraría la cláusula gatillo. Ahora, el gobierno de Alberto Fernández ha decidido desconocer aquel acuerdo. Ni cláusula gatillo ni bono. Ni con un “gobierno de científicos” los universitarios se benefician en la Argentina. Las gestiones cambian, pero no tanto.
Lo más sorprendente –para quienes no manejan la interna gremial universitaria- es que la eliminación de la cláusula gatillo fue aceptada por cinco de los seis gremios participantes –CONADU, FEDUN, FAGDUT, CTERA y UDA–, con la única excepción de CONADU Histórica, que manifestó explícitamente su negativa. Lo que piensen al respecto sus representados se mantiene en la nebulosa.
Trotta también ofreció para la negociación del 2020 un primer aumento de un 2,3 por ciento con el sueldo de mayo y un 3 por ciento con junio, la realización de nuevas reuniones a posteriori.
Otro de los puntos reclamados por los docentes universitarios fue la provisión de una partida de emergencia para las obras sociales universitarias y el aumento del presupuesto para Ciencia y Universidad. Ni una cosa ni otra fueron concedidas. El presupuesto del macrismo seguirá intacto.
Como si el desconocimiento de la cláusula gatillo y de las demandas gremiales no fuera suficiente, el Consejo Superior de la UBA se sumó a la ola del tijeretazo y dispuso, por amplia mayoría, aumentar la retención para afiliados docentes y duplicar el aporte de los jubilados (de 4,5 a 9 por ciento) destinada a la obra social, DOSUBA.
El próximo lunes se retomará el encuentro paritario. La aceptación de la mayoría de los sindicatos de la poda a sus ingresos ya acordados ha puesto a la comunidad universitaria en estado de alerta y parece comenzar a delinearse un año de conflictos. Los universitarios no se endeudaron con el FMI, se opusieron a las políticas de ajuste del macrismo y fueron una de las principales víctimas de los recortes de la gestión de Cambiemos.
Ahora, el gobierno de Alberto Fernández se inicia con una llamativa continuidad con las políticas de recorte a la universidad y el desconocimiento de los acuerdos existentes, algo a lo que ni siquiera la coalición gobernante anterior se había animado.
Según apuntó un participante de la movilización convocada para aguardar los resultados de la negociación en el Palacio Pizzurno, el de Alberto sería un “gobierno de científicos precarizados”.
El malhumor del sector va en aumento, y eso debe llamar la atención de la gestión actual, ya que ha sido, desde hace tiempo, uno de los principales sostenes de las políticas del Frente de Todos. Sólo que entre las propuestas electorales y la dura realidad de la negociación paritaria parece haber surgido un abismo.
Mientras los universitarios recibían la mala nueva, los porteros de Víctor Santamaría tuvieron la confirmación de que, en el mes de marzo, los trabajadores de edificios recibirían efectivamente el 9,5 por ciento de aumento, correspondiente al tercer tramo acordado por nuestra Federación con el sector empleador en el pasado mes de julio.
La gacetilla oficial del sindicato subraya: “Una vez más el Suterh reafirma su compromiso con la irrenunciable lucha en defensa de nuestros derechos laborales y el poder adquisitivo de nuestros salarios”.
A excepción de la CONADU Histórica, el resto de los sindicatos universitarios no podría ni soñar con presentar una leyenda similar a sus afiliados.
Quizá el presidente cometió un error y quiso decir que el suyo era un “gobierno de porteros”, pero por su amor a la universidad cometió una involuntaria equivocación. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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