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El país asiático tiene la sociedad más longeva del mundo y recibe a ocho millones de ciudadanos chinos por año. Sin practicar ningún tipo de aislamiento, lograron tener sólo 813 contagios y 42 fallecimientos en los últimos dos meses. Menos que la Argentina en una semana.
Con la enorme mayoría de las empresas cerradas y millones de personas quedándose sin trabajo, una gran parte de la población comenzó a pensar ya no sólo en los beneficios de la cuarentena, sino también en sus consecuencias. La mirada se posó casi sin quererlo en Japón. Aquel país, que con el 28 por ciento de la población por encima de los 60 años tiene la sociedad más anciana del planeta y que, además, recibe a más de ocho millones de ciudadanos chinos por año, debiera haber sido el epicentro del Coronavirus en el mundo, con cuarentenas estrictas, el ejército en las calles y prohibiciones para prácticamente cualquier actividad.
Sin embargo, nada de esto ocurrió. De hecho, todo lo contrario. El fin de semana pasado, miles de personas se congregaron en los parques de Tokio para celebrar el inicio de la primavera y sacarle fotos a los cerezos en flor. Los bares y restaurantes rebozan de clientes y nadie tuvo que faltar al trabajo.
¿El resultado? A más de dos meses de su primer contagio, Japón acumula un total de 813 casos activos y 42 fallecidos. Sin practicar ningún tipo de cuarentena ni encierro alguno, tuvo en dos meses menos contagiados que la Argentina en una semana, practicando un encierro social que promete llevarse puesta a la economía.
“Los infectólogos que asesoran al presidente tienen ‘cabin fever’”, explica un reconocido economista y profesor de la UBA a REALPOLITIK. Esto suele ocurrir cuando varias personas se convencen a sí mismas de alguna idea sin tener en cuenta las consecuencias reales que tendrá en la realidad. “Se asustan entre ellos y toman medidas cada vez más extremas, sin pensar en el impacto real que esta recesión tendrá en la gente”, sentenció.
“No vamos a parar al virus, sólo a ralentizarlo y acompañarlo a que muera solo con los cambios de temperatura. Cosa que de todos modos hubiera sucedido sin la cuarentena. La única diferencia está en el número de contagiados y, por ende, de muertos. Pero yo me pregunto cuántas desgracias y cuántas muertes va a causar la grosera recesión económica que ésta cuarentena está creando”, explica un médico sanitarista, ex director de un reconocido hospital público de la ciudad de La Plata.
No son pocos los especialistas que cuestionan con cada vez mayor dureza a la cuarentena. “Es innecesaria. Una exageración. Los países que más éxito tuvieron en el control del Coronavirus sólo se limitaron a aislar a los más vulnerables y contagiados, mientras que al resto de la sociedad simplemente se le exige ser respetuoso al toser o estornudar, lavarse las manos con frecuencia y quedarse en casa si se sienten mal”, aseguró un grupo de infectólogos en un reconocido programa de televisión nocturno.
Según el reconocido fundador del Centro de Investigaciones en Prevención de la Universidad de Yale, David L. Katz, es vital tener en cuenta que, al igual que con la gripe común, la enorme mayoría de los que enfermen de Coronavirus se recuperarán en cuestión de días. Del resto, un número muy pequeño deberá ser hospitalizado y un porcentaje mucho más chico será el que, efectivamente, muera. Para Katz, luego del aislamiento de dos semanas, debiéramos mantener en cuarentena sólo a aquellas personas que manifiesten síntomas. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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