Enojados con Kicillof, empresarios bonaerenses organizan una rebelión fiscal

La situación de las pequeñas y medianas empresas en la provincia de Buenos Aires ya era difícil antes de la cuarentena. Luego de dos años de recesión, con la actividad ralentizada, atrasos en los pagos y el consumo tocando pisos históricos, la enorme mayoría de los empresarios llevaban el negocio al día, muchos de ellos tomando líneas de créditos para llenar los agujeros que las distorsiones de su rubro dejaban mes a mes.

La cuarentena no hizo más que elevar los problemas a la enésima potencia. “De repente, tenemos los mismos problemas de siempre, pero con cero ingresos”, explica un empresario de San Martín. Bares, restaurantes, monotributistas, autónomos, proveedores y pymes se enfrentan en las próximas horas al pago de sueldos, impuestos, servicios, alquileres y cuotas de créditos tomados, pero sin haber recibido ingresos en los últimos diez días y proyectando otros quince del mismo modo.

Esperaban medidas de auxilio fiscal durante el anuncio de ayer del presidente Alberto Fernández. Pero lejos de anticipar una ayuda, el mandatario los amenazó y hasta los chicaneó: “Llegó el momento de ganar menos, muchachos”, lanzó ante las cámaras.

“Él sabe muy bien, porque está informado las 24 horas, que nosotros venimos ganando menos desde hace dos años. Endeudándonos, enfrentando servicios deficientes y caros, impuestos cada vez más altos, intereses usureros, burocracia estatal, pagando anticipos de una ganancia que nunca llega. Y al mismo tiempo, damos trabajo. Una y otra vez, damos trabajo como no lo hace ningún otro sector en el país”, lanzaron ayer en un grupo de WhatsApp que nuclea a muchos de los empresarios más pujantes de la provincia de Buenos Aires.

Enseguida llegaron los mensajes alentando la ya famosa rebelión fiscal. “Debemos alzarnos todos juntos contra esta injusticia, suspendamos el pago de IVA, Ganancias e Ingresos Brutos”, expresó uno. “Por noventa días nadie presenta ni paga IVA e IIBB”, apoyó otro. Minutos después, la conversación había avanzado tanto que ya se hablaba de “abstinencia fiscal”. De cumplirse, la rebelión derrumbará aún más la recaudación estatal que, en los últimos días, se fue al piso. Esto implica, en pocas palabras, que el gobierno contará con menos dinero para el pago de salarios de empleados públicos, pero también con menos liquidez para enfrentar la lucha contra el coronavirus.

Las medidas concretas que esperaba el empresariado eran, básicamente, dos: créditos a tasa cero, dado que aún desconocen cuándo y cómo podrán reactivar sus actividades, y la posibilidad de pagar el IVA en sesenta días. Nada de esto ocurrió. La línea de créditos anunciada por el gobierno tendrá un interés del 24 por ciento y el IVA se continuará cobrando, incluso con un interés del 2,5 por ciento mensual para quien no lo pague en tiempo y forma.

Se vienen quince días tumultuosos, tal vez los más desafiantes que los empresarios bonaerenses deberán vivir en sus carreras. Y esto recién empieza. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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