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31 de marzo de 2020 | Provincia

La miseria política en plena pandemia

Alberto mina el conurbano y el Frente de Todos abandona a los intendentes opositores

Las tensiones entre el presidente Alberto Fernández y el gobernador Axel Kicillof tuvieron su apogeo en las últimas 48 horas. Mientras tanto, el conurbano entra en una delicada situación y el Frente de Todos retacea recursos a los intendentes opositores. Preocupación por lo que vendrá.

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El primer mandatario nacional se despegó de la figura de Cristina Fernández de Kirchner y decidió escuchar sólo a sus equipos de expertos médicos y económicos. En vano, Kicillof viajó hasta Olivos en su helicóptero a pedirle que levante la cuarentena obligatoria el lunes 6 de abril. Nadie lo escuchó y su viaje de regreso a La Plata, envuelto en la noche del 29 de marzo, solo trajo bronca y bochorno.

Según el propio equipo del ex ministro de Economía de la Nación, el conurbano no resiste quince días más. Las pymes bonaerenses tampoco. La posibilidad de un desastre económico y social es más real en Buenos Aires que en cualquier otro lugar del país. “La aparición de saqueos aumenta, es cada vez más incontenible para nosotros. Los bolsones de alimentos ya no alcanzan”, dejaron trascender allegados al gobernador.

Más allá de los cantos de sirena, la pandemia saca a relucir lo mejor pero principalmente lo peor de la naturaleza humana. Mientras gran parte de la población organiza como puede ayuda humanitaria y se involucra en la campaña para mantenerse puertas adentro, la clase política capitaliza el desastre llevando agua a sus molinos.

Mientras que la pelea entre Alberto y Axel pone en una difícil situación a la provincia de Buenos Aires y sobre todo al conurbano, los gobiernos nacional y bonaerense llevan adelante una violenta diferenciación entre municipios amigos y opositores. Mientras en La Matanza, los pagos de la vicegobernadora Verónica Magario, el ejército asiste a la población con alimentos nutritivos y cocinas de campaña para que los más humildes se lleven su comida lista al hogar, en La Plata Roberto Baradel y Axel Kicillof le prohibieron al intendente de Cambiemos, Julio Garro, entregar comida en las escuelas, lo que generó un sinfín de inconvenientes.

Esto se suma a los reducidos bolsones de alimentos que se entregaron en la periferia platense, adquiridos con míseros aportes del gobierno nacional, que difieren y mucho del recibido por los intendentes del Frente de Todos. Dos paquetes de fideos, dos paquetes de polenta, una lata de arvejas, una de aceite, un paquete de harina y un puré de tomates, todo de marcas genéricas, para una familia entera. Nada de frutas, verduras, carne, pollo o cualquier tipo de proteína para nutrir a los que menos tienen.

Los gestos del Frente de Todos evidencian más que las palabras y manifiestan un trato despectivo hacia los municipios gobernados por la oposición que se traduce también en la escasa asistencia de efectivos de seguridad, privilegiando a las gestiones kirchneristas, como Quilmes y La Matanza, que gobiernan Mayra MendozaFernando Espinoza respectivamente, donde los saqueos fueron mayormente controlados.

El grupo de intendentes opositores, que se encuentran en permanente comunicación, está al tanto del trato discriminatorio que sufren a diario por parte del Frente de Todos en una coyuntura económicamente complicada, pero es poco lo que pueden hacer. El nivel de popularidad sin antecedentes de Alberto Fernández hizo que cualquier crítica a la campaña contra el coronavirus sea poco menos que un acto de traición a la patria. Mientras tanto, el presidente se muestra frívolo y mediático respondiéndole tuits a Mirko, el hijo de Marley, o charlando con René Pérez, el cantante de Calle 13, por Instagram. Sin embargo, de medidas concretas para paliar la difícil situación que se vive en la provincia de Buenos Aires, poco y nada.

En lo que pareciera una constante en la historia política argentina, la sociedad no se resignó a la miseria política y tomó el toro por las astas. En distintos barrios de la capital bonaerense y de otros municipios gobernados por líderes opositores, surgen agrupaciones como La Poderosa, una organización social nucleada en asambleas vecinales que buscan capitalizar aportes privados para acercarle canastas de alimentos a familias de bajos recursos.

Mientras tanto, anoche se registraron cacerolazos en distintos lugares del país, como Lomas de Zamora, La Matanza, Villa Urquiza, Recoleta, Rosario y Palermo exigiéndole al gobierno que haga propios los ajustes exigidos a la ciudadanía argentina. El auge de la iniciativa fue tal que se convirtió en Trend Topic en Twitter rápidamente.

Una vez más, la historia se repite. La política de un lado, la crisis del otro y, en el medio, la gente. (www.REALPOLITIK.com.ar) 


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