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6 de abril de 2020 | Interior

Presiones en plena pandemia

En Santa Fe, instituto médico obligó a renunciar a un trabajador por creer que tenía coronavirus

Se trata del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) Doctor Emilio Coni, dependiente del ministerio de Salud de la Nación. El empleado de mantenimiento finalmente dio negativo en el test de COVID-19, pero desde el organismo le comunicaron -a través de su supervisora– que no vuelva a trabajar y le pidieron la renuncia.

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Diego Armando Britos se desempeñaba en tareas de limpieza y mantenimiento en la empresa de servicios Servi Sub, contratada por la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud Doctor Carlos Malbrán”, un organismo descentralizado de la cartera sanitaria nacional. Hace algunos días, por decisión de las autoridades del establecimiento, se quedó sin trabajo por “el revuelo que generó en la institución que sea un potencial infectado de coronavirus”.

Todo comenzó cuando Britos, en su casa, pidió una garrafa y el encargado de llevársela “se fue rápido” al dejársela, según comentó en diálogo con este medio. Luego, el ex trabajador del Coni se enteró por las redes sociales que la hija del garrafero estaba contagiada con COVID-19, momento que se “asustó mucho”, según confesó.

Dos días más tarde, Britos comenzó con dolores de garganta y mareos, por lo que se comunicó con su supervisora para contarle la situación e inmediatamente activó el protocolo contra el virus. Ante este panorama, el empleado de mantenimiento no fue a trabajar por un día, jornada que se suspendieron las actividades en el Instituto porque “quedaron todos asustados”, según versiones de la directora del INER.

Finalmente, se confirmó que el garrafero dio negativo en el test de coronavirus –sólo su hija fue un caso confirmado–, por lo que el 0800 santafesino que atiende consultas por coronavirus, le comunicó a Britos que estaba apto para reintegrarse a su trabajo. “Me intoxiqué diluyendo lavandina en agua”, detalló posteriormente el ex empleado del Coni, lo que explica el causante de su malestar, a pesar de su temor por haber estado en contacto con un hipotético portador del virus.

Ante el visto bueno para reincorporarse y volver a realizar tareas de limpieza, Britos recibió la negativa comunicada por su supervisora, quien alega que la empresa (Servi SUB) no es la obstaculizadora, sino que fue orden del cliente, es decir, el instituto. Su principal vocera, la directora Norma Bibiana Vanasco, fue la propulsora de negarle su vuelta al trabajo –según relató Britos– junto a la jefa de Laboratorio, Gabriela Kusznierz, y “el ingeniero” quien “quería que meta la cabeza en el horno para que me dé fiebre y me hagan el hisopado igual”, aseguró el ex trabajador de mantenimiento.

“Son las únicas personas que se manejaron mal conmigo; el resto del Instituto, tanto administrativos como doctores, no deja de preocuparse por mí y de preguntarme cómo estoy”, explicó Britos a REALPOLITIK. Y agregó que desde el establecimiento argumentan su ausencia laboral “por vago, para no ir a trabajar el viernes”, lo cual es un “prejuicio estúpido de una persona que no tiene dos dedos de frente para acusarme a mí de semejante cosa; se ve que es fácil negrear a los de mantenimiento”, expresó indignado.  

Cabe destacar que Britos terminó presentando su renuncia el último jueves y sostuvo que lo hizo porque la empresa Servi Sub “estaba entre la espada y la pared” ya que “le podían rescindir el contrato y quedaban todos en la calle (cinco empleados y la supervisora)”. Por último, destacó: “No tengo nada para decirle a la empresa, aunque sé que la presionaron desde el instituto para pedirle mi cabeza”. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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